Puede sonar extraño si se tiene en cuenta el virtuosismo de sus anteriores acompañantes, pero la actual banda de David Lebón es la mejor que el guitarrista tuvo en toda su carrera solista.
Esto fue lo primero que quedó en evidencia durante los conciertos navideños en el teatro Coliseo. Coronados por la masiva afluencia de público, los recitales fueron una rotunda muestra de lo que Lebón puede dar cuando quiere y cuando logra despojarse de cierta tendencia latina que le resta (o le restaba) contundencia a su propuesta. El repertorio elegido estuvo basado en ardorosos rockanroles y esas suaves baladas de aire blusero tan típicas en el guitarrista. Y esa, sin dudas, es la veta más fértil de la producción de Lebón.
Bien secundado por su banda y varios invitados, el guitarrista hizo una suerte de recorrida por toda su carrera interpretando temas de todas sus etapas solistas («32 macetas», «María Navidad», «No confíes en tu suerte», «El tiempo es veloz», «Bonzo», «Siempre estaré cerca») y temas de Seru Giran («San Francisco y el lobo», «Noche de perros», «Encuentro con el diablo»), aunque el mayor énfasis estuvo puesto en los temas de su último álbum. Del flamante material —al igual que en el disco— se destacaron «Quiero regalarte mi amor», «Tu canción me hace daño» y «No llores por mí, reina».
Todos los temas sonaron renovados, en especial por las bases de órgano Hammond de Bebú Cerviño, quien cumplió una destacada tarea. Otro de los puntales de la actuación fue la base rítmica, donde Beto Satragni, Daniel Colombres y Julio Sáez dibujaron una estructura sólida para los solos de Lebón y Cerviño. La acertada inclusión de un trío de vientos y un coro le dio un nuevo aire a los temas, dotándolos del color característico de una «bigband». Sobre el final, un octeto de cuerdas respaldó a la banda en dos temas y acompañó a David Lebón hijo en su debut como cantante sobre un escenario. La ovación final con que fueron despedidos Lebón y sus músicos premió con justicia una actuación en la que el guitarrista ratificó su enorme talento y demostró que en la actualidad tiene una auténtica banda de rockanroll para ayudarlo a plasmar su propuesta con la misma contundencia que un directo a la mandíbula.