Los marplatenses Buenos Vampiros han lanzado su tercer disco Entre sombras, una obra que refleja madurez, autonomía y una fuerte conexión con la naturalidad en el proceso creativo.
En esta charla con el periodista Matías Panaino, la banda habla sobre su manera de componer, el impacto de la autogestión, la influencia de la cultura y la importancia de la conexión con su público. Ignacio Perrotta y Mora Murguet, miembros clave del grupo, nos ofrecen un recorrido por los detalles más profundos de su nuevo material.
La conversación comenzó con una reflexión sobre la simplicidad de su sonido. Nacho comenta: “Creo que la simpleza a la hora de componer es clave, no meter mucha fruta. Es bastante directo, las melodías también son simples”. Mora añade que la banda no se planteó hacer temas pegajosos o fáciles de escuchar, sino que el proceso fue fluyendo de manera natural. “Fuimos haciendo lo que iba saliendo, no sé si pensamos tanto en que los temas sean pegajosos”, explica.
Uno de los aspectos más destacados de Entre sombras es la participación de la española Ana Curra, una influencia clave en el sonido de la banda desde el álbum Destruya!. Nacho revela: “Ella agregó sintetizadores, teclados y una voz en ‘Desorbitados’. La influencia de la música española ochentosa está presente en nuestras raíces, y fue un sueño tenerla colaborando”.
Sobre las influencias que se perciben en el disco, Mora destaca la diversidad musical que cada integrante aporta. “Escuchamos música muy variada. Nacho escucha tango, yo más rock o punk, Luana trae influencias diferentes… todo eso se mezcla y crea el sonido Vampi”. Por su parte, Nacho asegura que el grupo ya tiene su propia identidad sonora: “Ya estamos formando el sonido Vampi, llevamos seis años tocando juntos y hay un sello propio”.
La interacción con su público es otro aspecto esencial para la banda, quienes disfrutan de una relación recíproca con sus seguidores. Mora comenta, entre risas, que su pareja creó una de las canciones que el público canta en los recitales: “Mi novio creó la de ‘Soy un buen vampiro / fumo porro, tomo vino’. Está buenísimo, es el sueño del pibe”. Nacho, por su parte, reflexiona sobre la ansiedad que puede generar subir al escenario, pero la energía del público lo ayuda a relajarse. “Empiezo a cantar y escucho a la gente cantando, y pienso ‘¿qué voy a estar tímido si acá estamos en un ambiente re piola?’”.
El sentido de comunidad que se genera en sus shows es algo que valoran profundamente. Según Mora, aunque el público se renueva constantemente, el cariño y la energía siempre son los mismos. “Se siente un cariño re lindo, y eso también influye mucho a la hora de tocar. Es como estar entre amigos”, comparte.
Finalmente, los Buenos Vampiros también son conscientes de la situación social y política que atraviesa el país. “Nos toca a todos. Ya sea el fascismo, el machismo, lo que sea, somos clase obrera y hacemos música por amor a lo que hacemos”, dice Mora. Nacho agrega que, aunque sus letras no son explícitas, la banda no se calla en lo que respecta a temas importantes: “Es necesario que la gente sepa de qué vereda estamos”.
Con Entre sombras, los Buenos Vampiros consolidan su identidad musical y su compromiso con la autogestión, mientras fortalecen el lazo con su público y mantienen viva la llama de su mensaje cultural y político.