Mientras Los Abuelos de La Nada ensayan intensamente el material que próximamente grabarán en Ibiza, España, para su tercer longplay, en estos días se editará «Hotel Calamaro» el debut discográfico como solista del tecladista del grupo. «Hotel…» es el esperado trabajo del compositor que más masivamente llegó en los últimos tiempos.
En pocos días más se editará «Hotel Calamaro», el esperado debut discográfico como solista del compositor de los éxitos más resonantes de Los Abuelos de la Nada. Andrés Calamaro estuvo trabajando en este proyecto desde principios de año y contó con la colaboración de algunos de sus más dilectos amigos.
«Hotel Calamaro» se anticipa como una continuación del estilo que el tecladista impuso en los últimos tiempos de Los Abuelos y que tanta repercusión ha tenido en el público masivo. Una vez que este álbum esté en las disquerías, Calamaro viajará a España con el resto de sus compañeros para grabar en Ibiza el tercer álbum de Los Abuelos. Ese tercer disco puede ser la gran oportunidad del grupo para introducirse en España, un mercado que desde hace tiempo se ha convertido en la principal meta del rock argentino.
UN ESTILO HOSPITALARIO
¿Cuándo te decidiste a grabar un longplay como solista?
Me decidí cuando estaba grabando la música para la obra «Tangosalsa», una historieta teatralmusical de Robertino Granados de próximo estreno. Yo grabé la música de esa obra en el mismo estudio y con el mismo técnico con que después trabajé para mi disco. Es una música que hice en mi casa con mis grabadores y que después grabé solo. Esa forma de trabajar me entusiasmó mucho para hacer un disco solista. De todos modos, la idea del álbum solista la tenía desde hacía un año, aunque recién me decidí cuando grabé la obra.
¿Encontraste un eco positivo en Los Abuelos de la Nada y en la producción cuando comentaste tu idea de hacer un disco solista?
Sí. En realidad, el eco positivo de la producción ya lc tenía de antes. En Los Abuelos encontré muchas ganas de ayudarme y eso quedó en evidencia cuando casi todos vinieron a participar de la grabación.
¿Cómo es el material que grabaste?
Son todas canciones, algunas de las cuales las tenía compuestas desde hace cuatro o cinco años. Durante la temporada ’79 ’80 compuse y grabé en demos con Gringui Herrera una serie de diez o quince canciones muy actuales. Algunos de esos temas los cantamos actualmente con Los Abuelos, como «Así es el calor» o «Levantando temperatura». Esa serie de temas resultan hoy muy actuales, tanto la letra como la música. En mi disco puse también algunas canciones muy nuevas que compuse este año en mi casa. Además, incluí algunos temas que compuse durante la grabación. Y también hay un par de temas de la obra «Tangosalsa», temas que yo arreglé y modernicé para meter en «Hotel Calamaro».
¿Cómo definirías el estilo musical del longplay?
En un estilo hospitalario. Y tratándose de un «Hotel», la palabra hospitalario le cabe. Es música popular argentina, aunque no parezca una definición para el tipo de música que yo hago. Yo pienso que de una vez por todas este disco es música popular argentina. En los temas hay muchos teclados y se trabajó mucho en función de los sintetizadores y de la batería eléctrica. Sin embargo, no por eso es más «tecno». No tuve ningún límite de swing o de expresión como músico pese a utilizar sintetizadores y máquinas de ritmo. Al álbum yo le quería poner un título. No quería que se llamara simplemente «Andrés Calamaro». Había pensado en algunos títulos de canciones, como por ejemplo «Radio actividad», «Hombre lobo» o «No me pidas que no sea un inconsciente». Una vez que tenía diseñada la tapa, se me ocurrió ponerle «Hotel Calamaro». Como consecuencia de esto le puse de título a un tema «Bienvenidos al hotel» para que sea el símbolo del nombre del disco.
NUEVAS EXPRESIONES MUSICALES
En la grabación participan muchos invitados, ¿no? Sí. Y eso es un punto curioso. Cuando se me ocurrió grabar un disco solista tenía pensado trabajar yo solo. En realidad tenía dos ideas: por un lado trabajar yo solo y por otro invitar a todos mis amigos por una simple cuestión de comunicación, de la ansiedad de tocar con la gente que no toco nunca. Empecé la grabación yo solo, pero a partir del segundo día opté por llamar a mis amigos. Como no había ensayo ni preparación previa, el disco me fue llevando por donde él quería y entonces participaron muchos músicos. Igualmente, hay canciones donde yo toco todos los instrumentos.
Recién decías qué el disco te había llevado para donde él quería. Musicalmente, ¿se desvirtuó tu idea original?
No, pienso que no. Musicalmente se pulió la idea original. Lo que ocurrió fue que no llegaron al disco ciertas ideas que yo tenía. Por ejemplo, una canción que compusimos con Pipo (Cipolatti) terminaba con el himno británico y una voz de un brigadier diciendo un discurso, pero al disco no llegó así. En el álbum hubo aportes inesperados, aportes nuevos. Como dijo el poeta Valerie, acerca de un libro, «nunca se termina sino que se abandona». Como si yo fuera un poeta, me resigné a que un disco jamás se termina sino que se abandona. Cuando llegué al tiempo reglamentario de un álbum, abandoné este proyecto para empezar a concretar el siguiente disco de Los Abuelos. Y seguramente que cuando vuelva de grabar en Ibiza con los Abuelos me voy a meter en algún estudio a grabar otro disco. Mi hermano Javier tiene un grupo que se llama Bingo y yo lo voy a ayudar en la grabación de su disco debut. Tengo muchos proyectos en la cabeza pero no querría saturar el mercado de canciones mías. Me parece que en determinado estilo voy a hacer hasta lo que hice ahora con mi disco. Quiero buscar cosas nuevas, nuevas expresiones en la música, cosas culturales diferentes. Quiero trabajar con tango, por ejemplo.
Entre todos esos proyectos que tenés actualmente, ¿figura el presentar en vivo el disco?
Mirá, eso todavía no es un proyecto. Por momentos me lo imagino, pero es tal el equilibrio que tengo en estos momentos sobre el escenario con los Abuelos que por ahora, como trabajo, me basta con editar el disco. Sacar este álbum fue muy trabajoso porque fijate que empecé en febrero y todavía hoy me estoy ocupando de él.
YENDO HACIA EL MUNDO
Vamos a hablar un poco de Los Abuelos. Están definiendo todo lo concerniente al tercer disco…
Así es. Estamos ensayando mucho el nuevo material. Yo te quería hablar de los Abuelos porque nosotros encontramos después del concierto del Luna Park —un concierto que nos pareció ideal y que al público del grupo por lo visto también— un eco desfavorable en ciertos sectores. Y eso nos sorpendió. En muchos artículos nos recriminaban no haber presentado material nuevo, pero nosotros presentamos «Vasos y besos» en diciembre … Seguramente antes de que se cumpla un año de esa actuación vamos a estar presentando un nuevo disco. El material del tercer longplay recién va a estar en el éter después de grabado.
¿Se aceleró el proceso de grabación del tercer disco?
Lo que se aceleró no es el momento del año en que vamos a grabar sino el tiempo en que vamos a grabar. Generalmente los discos se graban no en un tiempo tan dilatado como en el que yo grabé «Hotel Calamaro» pero no tan corto como el que vamos a utilizar en Ibiza. Sin embargo, acá se da siempre que desde que el músico está en su momento ideal para grabar hasta que entra al estudio pasan un mes o dos meses; nosotros nos vamos a ir de acá en nuestro punto óptimo y eso nos va a hacer ganar mucho tiempo. Realmente hubiera sido al cohete presentar en la Luna un material que recién en Ibiza, dentro de un mes, va a estar en su punto óptimo de maduración. Tenemos un montón de canciones nuevas. Para nosotros hubo una diferencia muy grande entre grabar el primer disco y grabar el segundo porque nosotros hicimos «Vasos y besos» con una idea más cabal de lo que íbamos a hacer en el estudio. Y ahora tenemos una idea todavía más precisa de lo que vamos a grabar. Lo que no sabemos es hasta dónde se va a extender nuestro sonido en un estudio tan impresionante como el de Ibiza.
¿Los tiene muy entusiasmados el hecho de poder ser lanzados en España?
Sí, mucho. Las noticias venidas de España empezaron a ser alentadoras ahora. Hace muchos años que hay intentos de salir en ese mercado. Acordate que Los Gatos fueron a España en el ’70.. Desde hace un año tengo noticias de que Virus, Celeste Carballo, Baglietto y Charly están editados allá. Sin embargo, es obvio que ninguno fue todavía un éxito comercial. Igualmente, tengo noticias de que hace unos días Celeste tocó como telonera nada menos que de Bob Dylan y Santana, y Santana la invitó a cantar una canción con él en el escenario. También sé que Charly se encontró con un personaje internacional. Y eso me hace pensar que estamos yendo hacia el mundo. Como la montaña no se acercó, nosotros nos vamos para la montaña.
Osvaldo Marzullo