Todas las tardes, aproximadamente, a partir de las seis los cuatro integrantes de Almendra se reúnen en la casa de Luis Alberto Spinetta, en Núñez, para ensayar. Desde hace cuatro meses en lo único que insisten como endemoniados es en la intrincada, compleja música de la ópera que están componiendo, para muchos la obra musical más arriesgada e importante que hasta el momento produjo la música pop de la Argentina. Sólo se conocen dos antecedentes en el estilo, ambos son ingleses: Tommy, de los Who, y Arthur, de los Kinks.
Aunque su estreno está planeado (por los representantes de Almendra) para el mes de marzo, es probable que la presentación no se efectúe hasta promediar abril. Los motivos son muchos: la ópera, que aproximadamente tiene una hora y media de duración, necesita un correcto ensamble musical, los textos deben ser revisados hasta el cansancio, la ambientación (aunque no habrá actores) es otro elemento importante, y además es necesario complementar ideas con otros autores como Moris, Litto Nebbia, Miguel Abuelo, etc. que también compondrán temas para integrar el contexto musical.
La anécdota central de la ópera, en alguna medida continúa la línea temática de Almendra, en especial la de Spinetta: la descripción a través de lo irreal y de lo mágico. La historia cuenta la búsqueda de la pureza por parte de un mago que llega a la ciudad. Narra sus desventuras en un medio hostil, hasta que se encuentra con cinco trovadores de los cuales uno está loco. No es mucho lo que se sabe sobre el resto del argumento. Almendra tiende a no divulgarlo demasiado, de la misma manera, son pocos los que escucharon fragmentos de la obra. Hoy, entre productores, disc jockeys y periodistas, existe una árdua competencia para informar con respecto a la ópera. La incognita, al menos, está creada.
A pesar de todo, lo que más se comenta en estos momentos sobre Almendra es su primer long play, una reunión de nueve temas con el gran mérito de ser incomparables con lo conocido hasta el momento en música pop. Inclusive para quienes conocieron en recitales los temas que incluye, el álbum vuelve a ser una sorpresa: la grabación es perfecta y varias composiciones tienen nuevos arreglos. En el momento de aparecer esta edición de Pelo, buriando todos los pronósticos, el long play llevaba más de diez mil ejemplares vendidos: una cifra inesperada para los que creen —o creían— que la música de Almendra no era comercializable. Ante los resultados la compañía grabadora que los representa estima que las ventas alcanzarán los veinticinco mil ejemplares. Después de un año y medio de espera Almendra consiguió superar las vallas de los recitales, único reducto donde teniá alguna popularidad.
Pero el panorama no ha cambiado demasiado para ellos: la buena venta del long play (que más que nada significa un reconocimiento masivo) y el entusiasmo demostrado por la ópera al parecer no son suficientes para alejar el fantasma de la emigración. Desde sus comienzos ellos mismos, y sus más allegados sugirieron la posibilidad de una partida al exterior «para hacer la música que ellos quieren pero a nivel masivo». Quizás ahora la idea no se justifique tanto ante los excelentes resultados de sus discos y actuaciones. Pero como ellos mismos dicen: «nosotros le cantamos a quien nos entienda mejor».
«Yo se que mucha gente considera que Almendra es conjunto que a nivel técnico no está capacitado para presentarse en el exterior —asegura Spinetta—. Lo que no saben es que la técnica no existe, no existe para limitar el amor que un músico le ponga a su música».
Desde hace algunos meses circulan comentarios de que «Almendra está haciendo cosas que se le escapan de las manos: un caso tipico es la épera». Sin embargo a ellos no les inquieta demasiado: «Lo digo sin ningún prejuicio —ex plica Emilio— Almendra va a ser siempre lo gue es porque antes de tocar ya somos un conjunto».
Pelo: ¿Cuáles son los argumentos que tienen para presentarse en Europa o Estados Unidos, por ejemplo?
Emilio: Fundamentalmente, nos gusta cantar, en cualquier parte. Pero, además, supongo que tenemos algo diferente que dar: un toque especial, algo que es inherente a nuestra música.
Luis Alberto: Nos interesa presentarnos en otros países porque tenemos interés en vivir (ojo: no en el sentido de habitar: queremos atrapar experiencias). Hay algunas sociedades muy evolucionadas y necesitamos captarlas.
Pelo: ¿Sinceramente que posibilidades le adjudican ustedes a la música Almendra en el exterior?
Rodolfo: No vamos a Inglaterra, por ejemplo, a tocar blues, iríamos a llevar nuestra música popular con intenciones de que sea universal.
Pelo: ¿Esa música popular que ustedes dicen interpretar puede tener, eventualmente, elementos de! tango y el folklore?
Edelmiro: Por supuesto. Es muy natural: yo no me doy cuenta que tengo una mano; la tengo y la utilizo. Lo mismo ocurre con la música que gira alrededor de todos nosotros. Si estuviéramos en otro pais seguramente utilizaríamos otros elementos musicales.
De todas maneras el long play de Almendra es bastante ecléctico. Adopta soluciones intermedias entre el folk (como en «Muchacha»), el blues («Color humano»), el folklore («Plegaria para un niño dormido»). Aunque en sus últimas composiciones, como en el caso de «Hermano Perro» (de la que anticipamos, la letra en lugar aparte) parecen inclinarse por el hard-rock, y al que Luis Alberto Spinetta, su autor, le reconoce, sin prejuicios, que está influenciado por los Who «no en la melodía ni en las armonizaciones —aclara, pero si en el tratamiento rítmico». Posiblemente, según algunas versiones, la ópera – que están preparando también tenga mucho de rock and roll (elemento básico en toda la música pop), pero con toda seguridad el planteo temático será el mismo de siempre: la exuberancia de la fantasía, el color y los imposibles, elementos básicos de la poesía, que es lo que Almendra tiene adentro, aún antes de ser un conjunto.
