Ricardo Tapia, de La Mississippi, definió al disco «Amor y paz» como «muy hard blues». La entrevista de U. G. Mauro, para La Capital.
«Seguimos con nuestra línea musical, pero evidentemente hay algunas cosas nuevas ya que es un disco con mucha polenta», indicó a La Capital Ricardo Tapia, cantante y líder de la banda La Mississippi, sobre su último trabajo, «Amor y paz», recientemente editado y con el que el grupo llegará a Rosario posiblemente en marzo.
—Sos el autor de casi todos los temas del disco. ¿Cuál es el protagonismo de los demás músicos?
—Todos los compañeros participaron en lo musical y también aportaron a las letras. Simplemente sucede que por lo general no son tipos muy propensos a hablar o mostrarse, pero en el trabajo participan todos. Se genera una mesa en la que se tiran ideas. A veces sucede que alguien llega con una base, con una frase y eso nos sirve a todos para tejer una canción como si fuera un pulóver (risas).
—¿Qué diferencia a La Mississippi de otros bluseros?
—Que a nosotros nos gusta —y eso esta muy claro en «Amor y Paz»—, combinar el sonido de una banda con algo emparentado con el cuidado en las letras y con el estilo de un cantautor, Eso es algo que generalmente no se ve mucho en el blues. La intención es hacer afinar la oreja al que escucha.
—¿El blues debe necesariamente ser demasiado simple en sus letras?
—No creo. Es cierto que nació contando historias populares y cotidianas con formas sencillas, pero no necesariamente debe ser siempre así. Por lo menos, nosotros intentamos hacer otra cosa.
—¿Se puede hablar de un crecimiento de la demanda de blues en el público argentino? Si es así. ¿a qué se debe?
—Creo que si bien es algo lento, efectivamente en los últimos años hay más público que se acerca a lo más puro del género. Tiene que ver con que el blues se identifica con una manera de pensar y de ser del argentino de las grandes ciudades. Es como que hay una mezcla perfecta de rock y tango. Cualquiera que escuche el blues más antiguo y puro y buen tango percibe que hay cosas en común, algo que yo defino como «ribereño», con viajeros, puertos, ríos y nostalgias y por eso pega tanto. Es algo que tiene que ver con el flamenco, el fado, las músicas del Mediterráneo. Hay cosas de viejos músicos de Nueva Orleans que, si les prestás atención, son tangos.
—¿Un rockero y un jazzero perciben al blues del mismo modo?
— Se ve según el lado donde te ubicás. En la banda tenemos músicos que vienen del rock, el blues y el jazz clásicos y creo que así nace el color de nuestro trabajo, Si no hubiera sido así, no creo que hubiésemos podido grabar tantos discos. Este último es muy hard blues. Fijate que la banda de rock más grande del mundo —que para mi son los Stone—, en realidad es una banda de blues, que incluso toca clásicos del blues.
—¿El blues es como una base de todo?
—Es una alquimia por la que se puede salir en muchas direcciones. De Jimi Hendrix se puede salir al hip hop. Si escuchás algunos temas suyos grabados hace 30 años atrás, te anuncian el hip hop que vino después. Todo está ahí, pero hay que saber encontrarlo.
—¿Qué ideas quiere transmitir La Mississippi?
— Nosotros metemos siempre letras algo más sociales, más críticas, cosas que otras bandas del género no hacen. y es algo que hacemos porque, al fin y al cabo, son otro color posible para nuestra música.