El rock argentino ha sido la banda sonora de generaciones enteras. Las voces de sus principales referentes han marcado a fuego nuestras vidas. Sin embargo, ponerse de acuerdo sobre cuáles son las voces más míticas no es tarea sencilla. Casi imposible. Los gustos personales, los recuerdos y la carga emotiva que cada uno le da a su música favorita influyen mucho en estas discusiones. ¿Cómo comparar a cada cantante? ¿Qué criterios usar?
Si bien cualquiera puede cantar, como dirían Los Auténticos Decadentes en su disco de 1997, tampoco alcanza con tomar clases de canto para llegar a este primer nivel. Las voces que han dejado huella en el rock nacional trascienden la técnica vocal. Hay algo intangible, un carácter único que hace que se instalen en la memoria colectiva de varias generaciones.
Es fácil caer en la tentación de medirlo todo por popularidad, pero esta métrica tampoco cuenta toda la historia. Los Redondos, Soda Stereo, Charly García, Andrés Calamaro, Callejeros, Intoxicados, y un largo etcétera son algunos de los nombres que aparecen una y otra vez en cualquier lista de los más escuchados. Sin embargo, la popularidad no necesariamente significa que sus cantantes tengan la técnica más pulida o la voz más poderosa.
Popularidad y trayectoria
Es innegable que el rock argentino ha producido voces que, más allá de la técnica, transmiten algo único. Desde la voz rasposa y desgarrada de Pity Álvarez (Viejas Locas e Intoxicados) hasta la suavidad sofisticada de Gustavo Cerati (ya sea en Soda o en su etapa solista), lo que estos artistas representan va más allá de su habilidad vocal. El impacto emocional y la historia que los rodea muchas veces son más importantes que una afinación perfecta o un registro amplio.
A pesar de los esfuerzos por mejorar la técnica, la historia del rock argentino está llena de voces que, aunque no perfectas, logran transmitir algo único. Pensemos en Charly García: su forma de cantar no es académica ni técnicamente «correcta», pero tiene una personalidad arrolladora y una capacidad inigualable para conectar con el público. Algo similar sucede con Andrés Calamaro, cuya voz, llena de matices y a veces incluso de imperfecciones, se volvió inconfundible con los años. Ni hablar de Fito Páez o Pappo.
Además, no podemos dejar de mencionar a artistas como el Indio Solari, cuya voz, más allá de sus particularidades, es adorada por una legión de fanáticos que lo colocan entre las figuras más influyentes del rock argentino. Lo que él representa, en términos de lírica y actitud, convierte su estilo vocal en algo memorable. Aunque en términos técnicos no lo pondríamos al lado de Cerati, su impacto es innegable.
Curiosamente, Gustavo Cerati fue reconocido internacionalmente por su voz. En un ranking publicado por la revista Billboard, lo incluyeron entre los 50 mejores cantantes de rock del mundo, compartiendo lista con gigantes como Mick Jagger y Freddie Mercury. Aunque aparezca en el puesto 33, su presencia en este tipo de rankings habla de su legado como vocalista.
No podemos dejar de lado a las voces femeninas que marcaron el rock argentino. Celeste Carballo, considerada por muchos como una de las mejores cantantes en la historia del género, aportó una fuerza y expresividad únicas. Patricia Sosa, en su época rockera con La Torre, también dejó una huella profunda, destacándose por su potencia vocal. Fabiana Cantilo, con una carrera prolífica tanto en solitario como colaborando con figuras de la talla de García y Páez, sigue siendo una referente indiscutible. Estas mujeres, con estilos distintos, han demostrado que el rock argentino no es solo terreno de voces masculinas.
La evolución de las nuevas voces
El panorama del rock argentino continúa ampliándose con el paso de los años, y hoy en día las voces emergentes vienen a aportar nuevas energías. Entre los más destacados están Piti Fernández y los hermanos Andersen, que con El Plan de la Mariposa han logrado hacerse un lugar en el corazón del público joven. Aunque su estilo es diferente al de las generaciones anteriores, mantienen viva la llama del rock nacional con propuestas frescas y auténticas.
Es interesante observar cómo, con el acceso a herramientas como plataformas de streaming, estas nuevas voces logran resonar más allá de las fronteras del país, llevando el rock argentino a nuevos oyentes y adaptándose a los tiempos que corren. Conociendo Rusia, por ejemplo, es una de las bandas que ha crecido más rápido en popularidad en los últimos años, demostrando que el rock argentino tiene todavía mucho por ofrecer.
Una discusión sin final
Es imposible cerrar este debate con una conclusión definitiva. Las voces que hoy consideramos míticas lo son en gran parte porque resuenan con nuestra historia personal y colectiva. Quizás para algunos la figura de Charly García sea intocable, mientras que otros encuentren en Cerati o en Pity a sus referentes más importantes.
Lo que queda claro es que el rock argentino sigue siendo un terreno fértil para el surgimiento de nuevas voces que, sin dudas, seguirán escribiendo la historia de este género. Tal vez en unos años estemos hablando de otras figuras, o tal vez los nombres de siempre sigan estando en lo más alto de la lista. Sea como sea, el rock argentino es, y seguirá siendo, una parte esencial de nuestra identidad cultural.