Con un sonido impactante y la voz inigualable de Patricia Sosa, «Sólo quiero rock and roll» consolidó a La Torre en la escena del rock argentino. Un álbum que, cuatro décadas después, sigue siendo un clásico. Acá rescatamos la crítica del disco publicada en la Revista Pelo.
«Sólo quiero rock and roll», La Torre
Rescate de una nota de la Revista Pelo Nº228 de noviembre 1984.
Este es el mejor disco de rockanroll que ha hecho un grupo argentino. Esto es lo primero que uno nota cuando termina de escuchar el álbum. Con un sonido perfecto, una cuidada producción y una música decididamente cautivante, La Torre hizo el disco que los amantes del buen rock esperaban desde hace años. El primer tema del lado A es ya una muestra clara de lo que vendrá después: dos guitarras aguerridas, una base pesada y la maravillosa voz de Patricia Sosa, «Quédate en mi corazón», el segundo tema, es lo más rockanrolero del disco, con un estribillo melodioso y pegadizo. En una línea similar se ubica «Confusa confusión», aunque la base está más cerca del heavy metal. Después viene «Tiempo de descuento», un tema que bien podría haber sido una balada tradicional, pero que el grupo arregló en forma tan original como atractiva. Y ahí radica la gran diferencia de «Sólo quiero rock and roll» con los dos discos anteriores del grupo: en los arreglos. La Torre simplificó las cosas y logró un producto que, más allá de las variantes estilísticas, es infinitamente más contundente. Buenas muestras son tres temas del lado B: «Fuera de mi casa», «Sólo sé que estoy perdida» y «Sólo quiero rock and roll», este último destinado a ser un himno del rock vernáculo. Obviamente, en el cambio del grupo mucho tiene que ver el ingreso de Fernando Lupano, quien cumple la función de bajistabase (algo que Gustavo Giles, por su estilo personal, no cumplía), fundamental para una banda de rockanroll. Es difícil destacar un tema porque el nivel es sumamente parejo. Sin embargo, «Sólo quiero rock and roll», «Fuera de mi casa», «Rompe, mi amor, rompe» y «Quédate en mi corazón» son los de más rápido impacto. Este tercer álbum marca el definitivo encumbramiento musical de La Torre, un grupo excelente que pese a no tener la masividad de otras bandas se dio el lujo de grabar el mejor disco de rockanroll de la historia del rock argentino.