Juan Subirá esperó durante años el momento exacto para que sus sueños personales salieran en formato de disco. Y el momento llegó. Como un coleccionista meticuloso, el tecladista, acordeonista y uno de los compositores principales de Bersuit Vergarabat definió su Ópera primera como «una antología» de su historia musical. Por eso no es casualidad que en esta primera excursión solista lo acompañen sus amigos de Bersuit, algunos compañeros de La Salud de los Enfermos (su grupo a comienzos de los 90) y artistas que se mueven en su misma sintonía de espíritu arrabalero, como Palo Pandolfo, Daniel Buira, Adriana Beltrán y Andrés Calamaro.
«Fisura expuesta» es un álbum de contra-canciones en el que asoman largos pasajes instrumentales que revisitan el pasado del rock nacional y diversas corrientes populares de la música sudamericana, como el tango y la murga, llevadas un poco más allá por el propio Subirá, quien corre los límites hasta donde la experimentación lo permite. Muchos de estos temas concluyen aquí la etapa final de su metamorfosis (algunos tracks comenzaron a tomar forma en el estudio móvil que Bersuit improvisó en una habitación de hotel en México durante el Vive Latino 2008). Así, en Fisura expuesta conviven King Crimson y Crucis («Relatos de un antisocial»), las viñetas experimentales («Soledades», «Cayendo arriba»), el tango oscuro y eléctrico («Suicidio fallido de un tango» y «Salvavidas de plomo», junto a Andrés Calamaro) y la canción rioplatense. Esa que Bersuit interpreta mejor que nadie junto a Los Piojos (imperdible la versión de «Al borde», un demo de Hijos del culo que se ilumina en la voz de su amigo Gustavo Cordera). Es probable que el debut de Juan Subirá no se encuentre a fines de este año entre los discos más votados, y tampoco hace falta. Sólo se trata de una estupenda oportunidad para bucear en el gabinete de curiosidades de uno de los músicos más intuitivos del rock argentino y motor creativo de la banda nacional más importante de la última década. No es poco.