El ex bajista de La Portuaria lanzó «La Pentalpha», su segundo disco solista. El comentario de Germán Arrascaeta.
Christian Basso es un bajista devenido en multiinstrumentista que supo ser parte de Fricción, La Portuaria y de la banda de Charly García cuando ésta se llamaba Las Ligas. Sin dudas, la necesidad de darle un sedimento pop a la música de los inmigrantes, lógica que distinguió a La Portuaria, es lo que más afectó a su militancia musical. Y como pruebas se exhiben sus dos discos: El espectral Profania, con westerns alucinados de medio tiempo y sensación permanente de sound track de filme europeo del este; y el reciente La Pentalpha, un contubernio de más westerns, country, retazos de ópera, music hall, jazz y hasta ska.
Claro está que a este propósito hay que aislarse lo de la pretensión pop. Porque si hay un disco que no cuaja con lo previsible para el entretenimiento sonoro actual, es este.
La Pentalpha, estrella de cinco puntas cuyas diagonales se cortan determinando la divina proporción, es la coartada conceptual que le permite a Basso revestir de espiritualidad todo lo que toca. Un símbolo que movilizó a creyentes de todas las religiones, le da margen para hacer lo que se le antoje y para utilizar una rara diversidad de instrumentos. «La religión de la música no mata a los infieles, no comete atropellos; en ese sentido, parece inofensiva», escribe en el sobre interno, a modo de amparo. Colaboran Dani Melingo, Charly García, Axel Krigier, Alejandro Terán y las cantantes Kal Cahoone, Ava Faludi y Eugenia Vargas. Vale la pena.