Extraña aleación de furia, descalabro y melodía en sus estados más puros, Dante y Emmanuel dan aquí por terminados un ciclo de siete grabaciones y una mucho más larga aún relación profesional como equipo. «Kuryakistán», invento geográfico que les permite pavonearse con una imaginería de guerrilla-fashion y tropas de minas pulenta, es una despareja recopilación-estreno que incluye cuatro temas nuevos, cuatro remixes y seis canciones en sus versiones originales. El resultado es una suerte de pesquisa tras cada una de las pisadas del dúo, desde las patadas karatecas de “Abarajame 2001” o “Jaguar House 2001” (remixes; este último, verdaderamente mejorado) hasta los encantadores pas-de-deux de “Ninja mental” y “Expedición al Klama Hama”, pasando por las huellas de pezuñas de fauno-funk en celo que dejan “Jennifer del Estero” o el remix de “Cool-o”. ¿Y las canciones nuevas? Tienen su punto más alto en “A-Dios”, una plegaria de inquietante belleza dedicada a la memoria de José Luis Miceli, su manager y amigo fallecido en un accidente hace poco más de un año; la sugestiva “Hermano” sigue el mismo rumbo; por su parte, “Masaje (Vainilla)” parece un clip de los hermanos Fattoruso circa Opa trompeándose con Run-DMX y “She dances” suena como el último estertor del IKV guaranguete y cachondero (“Entrégate a tu cama/ acábame en la cara/ She dances y coolea/ Are you feelin’ me, mami?”). Para coleccionistas, dos temas que no habían aparecido en ningún álbum kuryaki: la poco memorable versión de “Another One Bites the Dust”, del disco homenaje a Queen, y “Stop muerte”, de la banda sonora de Amores perros.
Después de gozar Versus y Leche, lamentamos nunca enterarnos de qué otra cosa hubiera nacido del talento de IKV, una de las bandas argentinas con más futuro (ahora no) y la única que logró transformar el idioma de Cervantes en una lengua que se separe en sílabas anglosajonas y rime en blanco como un negro. Pero se acabó. Estuvo bueno, brotha.