El trío G.I.T. comenzó a causar expectativas desde el mismo momento de su union. Lo que podían llegar a realizar Pablo Guyot, Willy Iturri y Alfredo Toth juntos y bajo su propio nombre era de por si muy promisorio.
Cuando a esto se sumo la noticia de que el grupo grabaría su disco en los estudios Mediterráneo (Ibiza), esas expectativas aumentaron. El disco llegó. Y es un producto bien definido. Guyot, Iturri y Toth vienen trabajando desde hace tiempo y saben bien lo que quieren. Aunque el grupo como tal es nuevo, la propuesta es madura. No puede decirse que el disco cumple con las expectativas. Lo nuevo siempre sorprende y seguramente muchos esperaban otra cosa. Porque estos tres músicos no tocaron todo lo que podrían. sino simplemente lo justo y necesario para lograr sus objetivos. G.I.T. lleva la canción a su expresión más sintetizada. Lo fundamental (la melodía, la letra, el ritmo y una armonía sólida) están muy bien logrados en la mayoría de los temas. Los adornos son pocos:, algunos solos de guitarra (justificados) y arreglos ajustados. La música, el producto, se ajusta perfectamente a la concepción de lo moderno. Pero no por divertido, como muchos confunden, sino por simple, directo y concreto. Aunque el trabajo es parejo, los mejores temas se encuentran en la primera cara del disco. Pero el álbum en si incluye varios hits: «Viento loco», «El juego comienza», «La calle es su lugar». También hay otros temas un poco más complejos pero muy logrados, como el cambiante «Aventura nocturna» (tal vez lo mejor del disco) y «Dos días después», de ritmo más lento. El único tema que no se ajusta al concepto de la totalidad del trabajo es «Roca de Ibiza», una especie de injustificadamente incluida zapada pero esto no empaña los logros considerando sobre todo que se trata de un debut. G.I.T. es, sin duda, la revelación del año. Su disco muestra un nivel poco común en los grupos nuevos y raras veces logrado por los más experimentados. Es un trabajo ejemplar en cuanto a lo que se puede llegar a hacer aquí.