La nota de Cristian Vitale, para el No de Página/12.
Este nuevo disco de Richter tiene un tratamiento cuidadoso, casi artesanal, de producción. Así se desprende de «El enemigo duerme en casa» (dark de los ochenta) o «Televidente», una ironía sobre los medios masivos. «A diferencia de Epicentro (2001), pudimos tomarnos libertades para exprimir todas las posibilidades tecnológicas, desde sintetizadores virtuales hasta el procesamiento de sonidos y voces, profundizando la integración entre guitarras y bases electrónicas», apunta Gustavo Scheller, el bajista de la banda. Ritcher combinó detallismo y caos (electrorrock) en el formato EP elegido. «Lo preferimos porque es corto, veloz y directo», aseguran. «La comunicación y los medios constituyen el hilo conceptual del disco, donde situaciones cotidianas son llevadas a extremos casi teatrales. Hablamos de la relación de la gente entre sí y de la relación de ésta con los medios», remata Sheller.
Frase: «Amapola… tantos rayos católicos matan» («Amapola»).