«Aquelarre», Aquelarre. Este lujoso box set, que además de su discografía completa incluye un disco de rarezas y un libro con fotos históricas y artículos periodísticos de la época, es un acto de justicia para una de las bandas más originales de los 70.
Este box set con la obra completa de Aquelarre tiene el mérito de ser la segunda caja dedicada a un grupo de rock nacional de los 70, y la primera con rarezas y material inédito, ya que la de Almendra se limitaba a compilar el material ya conocido. El hecho de que hayan conseguido recuperar los masters (que pertenecían a distintas compañías) y el cuidado que han puesto en todos los aspectos de esta producción, desde la gráfica hasta el sonido, es testimonio de la seriedad e independencia con que el grupo encaró cada paso de su carrera. Aquelarre fue una de las bandas surgidas de la disolución de Almendra, de donde provenían Emilio del Guercio y Rodolfo García (bajo y batería, respectivamente), quienes se unieron al virtuoso guitarrista Héctor Starc y al tecladista Hugo González Neira, a quien apodaban «Winwood», por el parecido de su voz con la del cantante de Traffic; su órgano Hammond y el clavinet eléctrico fueron parte de los elementos que dieron al grupo una distintiva identidad sonora. Editaron cuatro álbumes de estudio entre los años 1972 y 1975, emigraron a España -donde fueron de los primeros en cantar rock en castellano-, y regresaron a fines del 77, para despedirse con un recital en el Luna Park. Volvieron a reunirse los cuatro integrantes originales en el 98, y grabaron un álbum en vivo, que presentaron al año siguiente.
La caja contiene seis CDs: Aquelarre, Candiles (ambos de 1972), Brumas (1974), Siesta (1975), Corazones del lado del fuego (1999) y Otras pistas. Este último será el plato apreciado por los coleccionistas, ya que reúne canciones de simples que no fueron incluidos en los LPs (entre ellos, el clásico «Violencia en el parque»), un tema grabado en España para un compilado («Mágico y natural», una perla) y registros en vivo, algunos de Europa y otros de las diferentes reuniones en el país. En su conjunto, una obra de extraordinaria originalidad. Aquelarre reunía elementos de rock progresivo, blues, jazz, folk, música latina y folclórica, amalgamados por la interpretación de una banda con gran pericia instrumental y una estética depurada, que se traslucía también en la gráfica de sus álbumes, a cargo de Emilio. A esto hay que sumar dos primeras voces (Del Guercio y González Neira), precisas armonías vocales y letras con elaboradas metáforas que dejaban traslucir las tensiones y conflictos sociales de la época. Probablemente, la joya de la corona sea Brumas, seguida de cerca por Aquelarre, pero toda la obra tiene una solidez sin fisuras. La caja contiene también un hermoso libro con fotos históricas y artículos de la época. Los que ya tienen parte del material, a no desesperar: planean poner a la venta los CDs por separado.
Publicado en la Revista Rolling Stone Nº127