El de Andy Chango es un pop efectista y simplón. Es rock nacional ochentoso, retro y remanido; deliberadamente polémico y pretendidamente escandaloso. Y Andy Chango es un clon de Calamaro. Un argentino snob que la va de cheronca en Madrid. Un niño rico con tristeza. Un bocón que no habla más que de drogas.
Tal vez todo esto sea verdad; tal vez, no. Lo decididamente cierto es que, digan lo que digan, las canciones de Andy Chango son irresistibles.
El debut solista de este ex Superchango, además de ser uno de los pocos discos de rock argentino absolutamente dedicado a las drogas -¿acaso alguien antes se había animado a hacerlo con el mismo desparpajo y cuidado musical?-, es uno de los mejores álbumes de rock/pop nacional de los últimos doce meses. Son canciones súper accesibles, sin más pretensiones que las de buscar como reacción el tarareo inmediato; armónicamente redondas, bien tocadas, bien cantadas; arreeladas con buen gusto y grabadas con un excelente nivel de producción. Con letras autorreferenciales y egocéntricas -“Welcome to the Chango’s World”-; delirantes -“¡Qué lindo es drogarse en familia!”-; hasta protestonas -“No se puede prohibir una planta”-, y absolutamente drogonas, Andy Chango armó un disco temático, construido a partir de las instrucciones que sugiere un hipotético manual del pop argentino de los 80: estrofa-estrofa-estribillo boligoma (liviano e hiperpegadizo)-estrofa-estribillo, y muchos pianos y teclados y el influjo beatle a flor de piel. Y, claro, las voces definitivamente 80 de sus padrinos e invitados: Andrés Calamaro, Fito Páez, Ariel Rot… Mientras que aquí todavía no saben cómo difundirlo sin que el escándalo llegue al programa de Chiche Gelblung, en España -donde Andy vive desde hace poco más de un año- su disco ha sido muy bien recibido por la crítica y el Chango se ha convertido en un personaje que hasta escribe columnas de opinión en un diario madrileño. Eludir con inteligencia el peligro de pasar de “simpático muchacho alocado” a “monigote tontuelo y reventado” sólo depende de él mismo y de sus próximas canciones.