Divididos presentó «Vengo del placard de otro», su nuevo disco, en un show con muchos invitados en Obras Sanitarias.
21:00 horas. Vos sabés, todo estaba normal. Las puertas se comenzaban a abrir, el público ansioso con entrada en mano permitía la requisa de la seguridad y se acomodaban cada uno en su lugar, esperando a la supuesta banda más poderosa de la Argentina.
21:30 horas. Con un estadio completo en un 75%, comenzó a sonar «Cajita musical» y no les quiero decir la desesperación del 25% de gente que aún estaba ingresando al lugar. Pero fue una falsa alarma, en el interior solo se estaba proyectando el video del track, obviamente para delirio de todos los presentes.
22:00 horas. La Catedral del Rock estaba completa, caliente, sudorosa y expectante a la salida de los músicos y…
22:13 horas. Los músicos con el respeto acostumbrado por su público subieron, saludaron en el medio del escenario los tres abrazados y se dedicaron de ahí en adelante a descargar toda su potencia en pos de que rodaran cabezas por el estadio.
La electrizante descarga comenzó con Tomando Mate, Alma de Budín, Capo Capón, Vida de Topo, Salir a Asustar, un medley de Que tal + La Rubia Tarada + Azulejo. Hasta aquí todo bien, pero ¿no era la presentación del nuevo disco? Ah, Mollo habla y dice «…bueno de aquí en adelante todo el disco, en el orden que esta en el cd, espero que les guste…»
22:50 horas. Diego Arnedo, el señor de la Cajita Musical da los primeros acordes para que de comienzo la presentación oficial de «Vengo del placard de otro», flamante disco de Divididos. De ahí en adelante, señores, fue un espectáculo musical-visual el que brindó el power trío, la conjunción de cada uno de los tracks del disco sumado a la excelente utilización de imágenes e iluminación en algún momento hizo transportar a los asistentes a otra parte del universo.
Alguien vio alguna vez, en un recital de Divididos, gente parada escuchando y deleitándose con la banda? Yo lo vi, yo lo viví. Era alucinante ver toda esa masa humana tan atenta a lo que pasaba en el escenario cantando las canciones, respetando los acordes uno a uno sin salirse de libreto. Los temas fueron el ya nombrado Cajita musical, Ay! Que Dios Boludo, Brillo Triste de un Canchero y Villancico.
23:30 horas. Primer invitado al escenario, el señor Tito Fargo, para hacer uso de la electroacústica en Pepe Lui. Todos tenemos un After Hour, preguntó Mollo y allá fue Miente After Hour, Despiértate Nena y llego el solo de Magú Araujo a dos baterías mientras en unas tarimas muy bien decoradas se trepaba la orquesta para deleitarnos con Vengo del Placard de Otro, Casitas Inundadas y Un alegre en este Infierno.
23:50 horas. Libre el Jabalí, Aburridos Peligrosos y Puertas se sucedieron como una catarata de efectos y música para que la banda por completo pidiera un fuerte aplauso para los próximos invitados que serían el grupo folclórico Vilka, proveniente de Jujuy que en manera magistral ayudó a que Guanaqueando sonara tan, pero tan bien que se llevaron un masivo e interminable aplauso para su tierra.
00:15 horas. Palabras de Mollo «…espero que esto les halla gustado es como escuchar el disco en el living de casa con un equipo un poco más grande…», «…se termino todo, tenemos que recurrir a algunos de los temas viejos, asi que invitamos a Alambrico Gonzalez a que se sume…». Ultima parte del show con una serie de clásico pegados que salieron en éste orden: Sobrio a las Piñas, Paisano de Hurlingham, Paraguay, Rasputin, Cielito Lindo, Ala Delta y el 38. Permiso, me tomo un descanso y sigo…
Trataré de citar las palabras de presentación de los nuevos y ¿últimos? invitados «…invito a un superhéroe, que vuela y que es un superhombre, de quien son estas manos que aparecen en mi pecho, Superman Troglio…». «…Por el otro rincón aparece nuevamente Tito Fargo y Andrea Prodan…», «…Por último necesitábamos un saxofonista, así que vení Roberto Pettinatto…», de esta forma con el escenario completo de ilustres del rock nacional descargaron como despedida De Be De de Sumo, obviamente, y todo termino ahí para el más poderoso trío del rock nacional.
00:45 horas. La banda se despide, pero no sin antes presentar al italiano del sur Gino Renni. Si, leyó bien, Gino Renni, y uno del norte, Andrea Prodan, que junto a un acordeonista dieron punto final a este show con un clásico del canto popular italiano llamado Eu Paisano.
Para destacar de este segmento las palabras finales de Renni, donde explico que «ésta canción fue hecha hace más de 50 años cuando los italianos tuvieron que venirse a Argentina después de la guerra y que ahora lamentablemente la cosa se esta dando vuelta». Y culminó con un «…Esto es para que nada ni nadie nos pueda sacar de nuestra querida Argentina…».
No puedo escribir más. Fueron casi tres horas de un show de imagen y sonido poderoso, eléctrico y divagante. Gracias Divididos por esto. Chau.