La banda de Superman Troglio tiene personalidad y reminiscencias de Sumo. La secundaron dos grupos de 9 de Julio.
Todo comenzó cerca de la 1:30 horas de la madrugada con un banda para mi debo reconocerla desconocida, llamada La 22 y Pico, un power trío muy joven, que con mucho desparpajo subió y demostró que tiene mucho para dar en un set sencillo, parejo y solvente. Vale la pena nombrarlos: Nacho en bajo y voz, Chapu en batería y voz y Matu en guitarra. Tienen una producción independiente llamada «A mil estrellas del ocaso». Atenti, después no digan que no les avisamos.
Los Perro e’ Sulky, oriundos de 9 de Julio al igual que La 22 y Pico, desembarcan en Capital para cerrar la gira verano 2003, donde se presentaron en 9 de Julio, Pergamino, Cosquín, La Falda, Huerta Grande, Venado Tuerto y Bragado.
Rock fiestero y satírico, con toque de marcha rioplatense, pegando donde se tiene que pegar y diciendo lo que se tiene que decir sin perder el contacto con la alegría que debe producir el tocar y escuchar música.
Integrada por Oso Palacios en voz y batería, Marcos Galván en guitarra y coros, Piter Marti en bajo y coros y Nene Arechavala en percusión y coros, con dos producciones discográficas «Levantando Polvo» y «Qué esperamos ¡Che!», este grupo debería tener ya su lugar en las bateas de la Capital.
Cierre de la noche, casi las 3:00 de la matina, trepa al escenario la banda liderada por Superman Troglio, secundado por Chiche, Ave y Fernando para descargar rock potente y salvaje con reminiscencias de Sumo y Las Pelotas pero sin dejar de ser personales.
Un buen aporte de rock interpretado con naturalidad y polenta, que deja entrever las posibilidades de la banda de crecer en popularidad donde le den un poquito más de bola en las compañías y los medios.
Como quedó claro desde el principio, una muy buena noche de rock, con sorpresas, fiesta y fuerza. Solo faltó que el público acompañara un poquitito más.