Lo que pasó en el rock nacional ’83
El año rockero comenzó cuando aún no se habían acallado los comentarios despertados por el multitudinario recital dado por Charly García en la cancha de Ferrocarril Oeste. El primer sacudón del ’83 fue la muerte de José Luis González, baterista de Orions, pocos días antes del festival cordobés de La Falda. En ese evento, una suerte de apertura del año para el rock nacional, participaron las más importantes bandas: Riff, Spinetta Jade, Raúl Porchetto, Charly García, Nito Mestre, Pedro y Pablo, Celeste Carballo, Alejandro Lerner y La Magia, La Torre,. Punch, Fantasía, Orions, Litto Nebbia, Juan Carlos Baglietto, Tantor y otros. De ahí en más, el foco de atención se trasladó a Buenos Aires, ciudad que recibió a una de las más importantes bandas de heavymetal del mundo: Van Halen.
Ya para esa fecha se hacía evidente que, superado el conflicto del Atlántico Sur, la difusión del rock decrecía día a día. Tras los conciertos de Van Halen, y mientras la mayoría de los grupos realizaban las tradicionales giras de verano, se comenzaron a gestar los primeros Obras del año. Charly García fue el encargado de abrir el fuego. Lo siguió un grupo chileno radicado desde hace varios años en Francia: Los Jaivas. Luego vino el bombardeo de otoño, clásico ya dentro del rock vernáculo. Cuando nadie lo imaginaba, Rubén Rada reventó Obras con sus negros y su candombe. Los dos días subsiguientes fueron para el rock pesado: Riff presentó a su nuevo. integrante —Danny Peyronel— y grabó en vivo un álbum. Algunos hechos de violencia registrados durante esos dos días confirmaron que el asunto de las cadenas y la agresividad esgrimida por Pappo y compañía se les estaba yendo de las manos. Esto se confirmaría en posteriores conciertos del grupo.
La paz renació en Obras una semana más tarde con Raúl Porchetto y dos funciones a full. Para esa fecha ya se conocían dos separaciones: las de Tantor y La Magia.
El estadio Obras continuó acaparando el grueso de los conciertos importantes. Por su escenario pasaron Los Abuelos de la Nada, Orions, Púrpura, Baglietto y el Rosariazo, Pastoral. En mayo, el rock nacional perdió a otra de sus figuras, Alejandro De Michele murió en un accidente automovilístico a los 29 años de edad. Para esa fecha, Pedro y Pablo arrasaban con todo en una interminable gira nacional. Con junio llegó el «boom» de este año: Alejandro Lerner. Dos recitales en Obras y miles de discos vendidos confirmaron su creciente popularidad. Los Obras siguieron con Celeste Carballo, Virus, David Lebón, Sueter y Oveja Negra.
A mediados de año, Charly García resolvió irse a Nueva York y su partida dio nacimiento a un grupo: G.I.T., tal vez la promesa más firme y más concreta para el ’84. Antes de viajar, García produjo a Los Twist, acaso lo más moderno del año.
En esos días se anunciaron dos importantes visitas que finalmente se frustraron. Ni Kiss ni Queen tocaron en escenarios argentinos.
Como es habitual dentro del rock nacional, el final del invierno sorprendió a los músicos grabando o preparando sus recitales de fin de año. Mestre, Los Abuelos, Fantasía, Zas, Lerner, La Torre, Baglietto (sin Silvina Garré que se lanzó como solista), Lebón, Spinetta, Gieco, Virus, Cantilo, etc.
En septiembre llegó la sal o sa con Rubén Blades. Para la primavera se realizaron dos festivales, uno con éxito y el otro no: Bicicleta en el K.D.T. e Hidroaero Rock en Parque Norte.
Mientras Lerner seducía a las audiencias del interior, Pedro y Pablo entraba en una etapa de silencio a raíz del viaje a Estados Unidos de Cantilo, Mestre trabajaba con Mercedes Sosa y Charly García continuaba elaborando su disco en Nueva York, Raúl Porchetto se decidía a graba su nuevo álbum con producción independiente y para.tal fin creaba R.R., su propio sello.
Octubre fue un mes con escasa actividad —salvo la llegada de Barón Rojo— debido a las campañas proselitistas y el acto eleccionario. En noviembre, el rock volvió con todo. Cantilo inauguró la etapa democrática en el Broadway, con poca aceptación. Le siguió el Negro Rada, con murga y lleno total. Simultáneamente, Baglietto brindaba uno de los mejores espectáculos del año con la presentación de su nuevo y exitoso disco. El distanciamiento de los productores con los administradores del Obras provocó que el rock volviera a los teatros del centro y también a los estadios. Mestre fue el primero en tocar en un campo de fútbol con buena respuesta del público y una música moliólona. Ante la cancelación del ambicioso ciclo «Los creadores», Miguel Mateos/Zas tuvo de apuro la oportunidad de presentar su disco. El bombardeo de fin de año prosiguió con Lerner y Spinetta Jade y se prolongará hasta el último día del año con los programados conciertos de Charly García, Riff, David Lebón, Javier Martínez, Los Abuelos de la Nada, Orions, Isa y Virgem, entre otros.
El ’83, pese a la crisis económica vivida por el país, no fue un mal año para el rock ya que hubo infinidad de conciertos, muchos discos nuevos y surgieron bandas que prometen (G.I.T., Oveja Negra, Los Twist, Teléfono Rojo, Autobús, Nylon, Abrelatas). Como reflejo de que Riff se afianzó como número uno, muchos grupos nuevos adoptaron la onda heavy y también buscan su lugar dentro del panorama nacional. De los conocidos, III Torre espera su oportunidad para demostrar todo lo que vale; Cantilo trata de superar su bajón creativo; Lerner busca afianzarse como el nuevo ídolo; Charly García muestra su nueva propuesta; Mestre insiste con su música serena; Claudia Puyó espera que la dejen grabar; Gieco se repone de su gira por Australia y planea nuevas excursiones por el exterior; Lebón rearma su grupo; Spinetta disfruta el éxito de «Mondo di cromo»; Baglietto recibe buenas críticas por sus últimos trabajos; Riff, Orions y Los Abuelos preparan sus conciertos de fin de año; Celeste Carballo y María Rosa Yorio elaboran sus nuevos discos, Fantasía sigue esperando que la producción por fin se acuerde de ellos; Púrpura, Sueter, Espíritu y V8 buscan jugar en primera y los grupos nuevos ansían de una vez por todas la posibilidad de hacer conocer su propuesta sin trabas de ningún tipo.