Puedo mirarte sólo de noche
para descubrir tu dulce canción.
Puedo encontrarte, magia de octubre,
en un instante siento tu frágil ilusión.
Cómo decírtelo,
cómo quisiera poder darte mi amor.
En una de esas siento tus labios
que arden locura, poder y pasión.
Esto no es fácil, cómo entregarme,
hace algún tiempo que tengo esta sensación.
Este es el mundo, nena,
dónde vamos los dos.
Este es el tiempo para comenzar,
esta es la brisa que despide ansiedad.
Trato de estar aquí, trato de comprender,
pero algo se sale de pronto de su caudal.
Sólo vos, sólo vos sabés,
que llevo algo todavía en mi piel.
Bajan las luces de esta gran ciudad,
cae el telón pero vos seguís igual.
No tengo miedo, yá no me escapo.
Dame un minuto más, nena, dejame relajar.
Este misterio de sangre y condena se vuelve hacia mí,
para gozar, para gozar,
para gozar tu inmensidad.