El tipo supo vivir en ese barrio
de los gallos afónicos y las mujeres pintarrajeadas
ahora, con la divorciada de otro escritor
solía distraer sus horas desoladas.
Sucedió que encontró el amor en unos ojos pardos
y la divorciada enloqueció y quiso fletarlo
el tipo que escribía no tenía adonde ir
y quedó aferrado a un pesado diccionario.
Entonces la mina enfureció y se condenó
y salió corriendo a los gritos al cuarto de al lado
donde estaba la estufa a leña y quemó aquel libro
que el tipo escribía desde hacía años.
Al otro día solo había uniformes azules
yo creo que al tipo todavía lo están buscando
Porque el diccionario tenía tapas duras
pero será tan grave que le haya partido el cráneo?
El peso de las palabras
es a veces mas asesino que cualquier arma
hay palabras que dan la vida
pero también hay palabras…, palabras que matan.
(basado en un cuento de Eduardo Pérsico)