Sueños sobre la pared para descifrar
lo que resbala por la lengua.
Los peniques en la red nublan la visión,
la prisión siempre estuvo a tierra.
Me suena de otra vez,
me suena de otra vez.
Los sonidos eran ruinas
por no resplandecer.
Me suena de otra vez,
me suena de otra vez.
Las guirnaldas eran rojas
y verdes como un pez.
Solo efectos de placer pueden requisar
lo que se esconde entre la niebla.
Voces para obedecer tapan la noción,
esa unión siempre estuvo abierta.
Me suena de otra vez,
me suena de otra vez.
Los sonidos eran ruinas
por no resplandecer.
Me suena de otra vez,
me suena de otra vez.
Las guirnaldas fueron rojas
y verdes como un pez.