Ay qué lindo lugar…
que nos invitaron para tocar.
Ay que bien! Nos dieron cuarenta locos,
y encima nos dan de comer…
cada día más cerca de poder tener…
nuestra Motomel.
Sentados en la estación,
escuchando entre tantas voces,
las canciones caminan, las podemos ver.
Esos días eran como un esclavo…
de una montaña como gigante que me decía,
día a día… no te vayas, no te vayas sin mi…
Le dije espérame, te esperaré solo, sin mi…
Aquí mirando… aquí mirando…
un cóndor baja lento.
Y al bajar, esquiva entre ríos y pinos,
va dibujando al pasar…
las canciones que pronto iremos a cantar,
con amigos de allá.
Montañas de los Andes…
tus rocas se empezaron a mover,
van brotando canciones,
las podemos ver.