Son de errar la profundidad,
divagar en la opacidad
que parte y se parte en vos.
Son de hurgar en la oscuridad,
en la onírica tempestad.
Qué errantes, gigantes que son.
Viajan como en un sin saber
de palabras que sé nombrar
y estallan, no callan su voz.
Los fantasmas todavía siguen viviendo,
los fantasmas todavía siguen viviendo.
Una vez creí que al desterrarlos
nunca volverían por su gloria.
Ellos que han varado en mi memoria
una vida de fantasmagorias.
Saben bien cuando van a entrar,
traza un diedro en la soledad
que arrasa con el corazón.
Hoy intuyo que están acá
pero hacen como que no están
y te hablan en la sinrazón.
Los fantasmas todavía siguen viviendo,
los fantasmas todavía siguen viviendo.
Una vez pensé que esto era incierto.
Vierten los espectros en mi cuerpo.
La eficacia el símbolo y la euforia
solo sé que encallan en mi historia
Una vez creí que al desterrarlos…
Una vida, una vida, una vida de fantasmagorias