Te decían «Mariquita», te decían;
te decían que no eras hombre.
Te decían «Basura», te decían;
no te llamaban por tu nombre.
Pero pusiste tu sello
y las pasaste a degüello.
Agarraste la escopeta
y las hiciste boleta.
Experto en dentaduras
y en minas que se ponen duras,
no te arrepentís de nada
sos el héroe de la jornada.
Odontólogo, La Plata
te debe una vida grata.
Terror de abuelas y niñas,
¡y el rey de la misoginia!
Un mal día te casaste
y por eso la embarraste,
pero con grueso calibre
te volviste un hombre libre.
Te decían «Mariquita»…
Aunque ahora estés en cana,
¡qué lindo es a la mañana
cuando el sol te ilumina
y no ves ninguna mina!
Quiero que triunfe la verdad,
el dentista en libertad.
Pero qué digo dentista:
¡vos más bien sos un artista!
Te decían «Mariquita»…