Misteriosamente agazapado,
preso de tus piernas que no paran de tirar.
Busco una respuesta en tus mejillas,
se endurecen más y más.
Se iluminan los pasillos
y me animo a caminar
por el túnel más vacío
por el que voy a cruzar.
Llévame hasta donde pueda ver el sol
y déjame antes de que no lo merezcas.
De nada sirve esforzarme hacia tus pies,
obsequiar la simple armonía de un soñador,
y si nada puedes ver, no hay rencor,
en este garabato voy con vos.
En garabatos te miré,
En garabatos olvidé,
fruta nevada de sal.