Todas las personas se parecen,
somos sólo arena en el desierto.
A veces mil palabras no dicen nada,
y a veces una sola pone el freno.
Todas las preguntas con sus respuestas
y todos los sueños en la frente,
las ausencias con sus fotos, con sus fotos quietas
esperan como flor, la primavera.
En cambio, la pasión no se parece a nada,
misterios de mil puertas abiertas y cerradas.
Caminos incansables, furia desatada,
que cobra vida para que otros vivan.
Todos los finales alguna vez nacieron,
toda inocencia inmaculada,
sólo algunas historias logran resiliencia,
con la tristeza, muchos no pudieron.
Todas las medallas de haber ganado,
todos los tormentos con sus infiernos,
todo peregrino en su reposo,
planea cómo seguir enfrentando el viento.
En cambio, la pasión no se parece a nada,
misterios de mil puertas abiertas y cerradas.
Caminos incansables, furia desatada,
que cobra vida para que otros vivan.
Esos ojos que me miran desde siempre,
como parte de los años y de los tiempos,
es una luz que emana, que emana de este pueblo,
lumbre eterna que jamás se apaga.
Lumbre eterna que jamás se apaga.