De niño tuvo un sueño quería ser el mejor.
Su vida no sería nada, Dios guardo para el un gol.
Caminarás entre odio y amor el precio de ser el mejor.
Tuvo el mundo en sus manos lo alzó y lo besó.
Gritó gol, gol, gol, con la bendita mano de Dios.
Se burló a su antojo de un sucio juego que lo condenó
Fue una mala jugada y aquella misma prensa lo aplastó.
Y hoy ya nada importa será siempre el Diez
Vamos Diego… siempre el mejor.