Una charla abierta reunió en Mu. Punto de Encuentro a siete sellos musicales independientes, algunos que editan en físico, virtual y hasta en cassete y vinilo, de bandas como Pez y otras que recién empiezan su camino, de todo el país y extranjeras.
Los nominados son: Elefante en la habitación, Azione Artigianale, Fuego Amigo, Cíncope, Goyo, Monqui Albino y Sólo le pido a Dior.
La excusa fue ninguna en particular; la convocatoria develó dos cosas: el interés sobre el tema, y la cantidad de sellos independientes que existen.
El más antiguo sentado a la mesa fue Azione Artigianale, creación de la banda Pez que edita sus propios discos y algunos –pocos– de artistas amigos. Maly, la representante de Azione en la charla, contó el impulso que parió todo hace ya quince años años: «Los primeros discos de Pez estuvieron hechos por Discos Milagrosos, y a partir del tercero dijimos ‘basta: lo hacemos nosotros mismos'».
Pez iniciaba así su camino autogestivo que iría envalentonando en la marcha a muchas otras bandas que fueron viendo un referente en la forma de laburar (y de tocar) en esta banda respetada del under. Lo que sumaron las nuevas generaciones, las nuevas bandas y los nuevos sellos fue, a ese «basta, lo hacemos nosotros», un: «lo hacemos juntos».
Cómo: «Somos una mesa de trabajo de cuatro personas», cuenta Elefante en la habitación, que reúne a 6 artistas. «Nos juntamos todas las semanas y abarcamos diferentes áreas de laburo. En general manejamos una agenda de contactos común y decimos ‘si hacés una gira en Uruguay te conviene hablar con tal’. También tenemos una rama que es muy importante para nosotros que es la comunicación: tiene una pata en redes sociales, tiene una pata en la construcción del relato y la imagen de cada proyecto, y una pata en la prensa tradicional, medios gráficos, radios… Y después, estar todo el tiempo con la antena parada».
Entonces: si pensamos que la palabra «sello» remite a una estampa que se imprime en el proceso final de las cosas, algo así como una etiqueta, vemos que esa vieja usanza que han consagrado a artistas-empresa hoy no es más que un mito o un hito para pocos. Los «sellos» hoy son más bien grupos de trabajo interdisciplinario, que básicamente llevan adelante la parte obrera de la industria musical: producción, comunicación, difusión, atención psicológica a bandas, etc.
El nombre aggiornado a esta época de estas misiones prehistóricas es gestión cultural y hasta algunas universidades han tomado esto como una disciplina que forma parte de los programas de las carreras: la Universidad de San Martín y la Universidad Tres de Febrero, entre otras. En la mesa estuvo Pablo, que se definió como gestor cultural, y explicó las responsabilidades del mote: «La gestión tiene que ver por un lado con administrar los recursos con los que contamos dentro de un proyecto, y por otro lado, generar un plus. En términos quizá no tanto creativos, porque eso es del artista, sino más bien en ayudarlo con la producción, comunicación, financiamiento… Está bueno estudiarlo y está bueno aprender a gestionar la cultura. No sólo hacerlo como vocación sino usarlo profesionalmente, entenderlo como una práctica profesional que hay que ir desarrollando, que es muy práctica, porque no hay mucha teoría sobre cómo hacer gestión cultural».
Dentro del gran paraguas que es la cultura, ¿qué particularidades tiene «gestionar música»?
Fuego amigo: el volumen. Creo que hay una producción, al nivel que trabajamos todos, que nos adaptamos a cualquier situación que surja, pero uno siempre quiere producir un poquito mejor. Un poco más de esfuerzo, de ingenio… Nosotros los involucramos en eso de tener un buen catálogo, que las bandas pudieran vincularse y que la gente a partir de ahí pudiera descubrir música nueva. Eso es un esfuerzo: mover cantidad de bandas, que toquen en todo el país, es una producción más ardua que hace la diferencia. Después, hay una gestión que implica los arreglos con los lugares, la mayoría de las veces para nada favorables, y quizá por ahí tenés una pequeña diferencia en cuanto a producción.
¿Cómo seleccionan las bandas que forman parte del catálogo?
Elefante: Recibimos muchos mails con propuestas. Nosotros siempre escuchamos, respondemos, pero explicamos que el nuestro es un sello que lo creamos los que estamos e intentamos mantener nuestro catálogo. Incluir nuevos artistas es una discusión íntima de la mesa, pero siempre está presente, y tiene que ver con la construcción de una relación de confianza. Si nos encanta la música nos preguntamos, ¿pero se puede laburar? ¿Queremos laburar con ellos?
Pez: a nosotros nos pasa que nos dejan una cantidad de mensajes de gente mandando demos. Les contesté uno por uno y dije: si querés editarlo, juntante con tus amigos, nosotros no lo vamos a hacer, pero vos lo podes hacer, no nos necesitás.
Cincope: en mi caso, no conocía a ninguna de las bandas. En Bandcamp escucho todo, si más o menos me gusta la tapa… Las que me gustan, las veo en vivo y si pareció que daban un buen show, después intento conocerlos. Miro si quieren una cosa parecida a la que yo buscaba. Ahí es cuando la banda se suma al sello.
¿Cómo envían los discos al interior? La pregunta parece simple pero forma parte de uno de los grandes escollos a nivel local, no sólo de discos: la distribución. Que llegue, que llegue a tiempo, que los costos rindan y que las bandas traspasen las fronteras todavía dependen de esfuerzos artesanales, como el que cuenta Maly, de Azione: «Es súper artesanal. Los discos los armamos nosotros toda la vida; recién ahora después de 15 años vienen armados y no lo puedo creer. Abrí una tienda online y la gente compra por ahí, y yo lo mando por correo. Después laburamos con una distribuidora de disquerías. Son muchos títulos y es muy difícil mantener el catálogo completo y buen volumen de cada título. Cuando hacemos distribución el tipo con el que laburamos nos pide éste, éste y éste. Y si tenemos pocos no se lo damos: nos encargamos nosotros. Y hay que hacer un control continuo del stock porque son muchos discos y es muy difícil conocer las cantidades. Pero nosotros nos financiamos los discos con guita de discos. Casi todos los años sacamos discos nuevos».
Fuego Amigo: Nosotros los llevamos pagando en destino, o sino les pedimos cobrar antes y hacemos el envío… Intentamos poner más copias o motivar con algo más para que no sea solamente un disco. Hacemos también una distribución acá. El disco se fabrica en Capital y lo enviamos a donde están las bandas: tenemos de Corrientes, Mendoza, Bahía Blanca. (Fuego amigo cuenta en su catálogo con 97 discos, la más prolífica de la mesa).
Elefante: Nosotros tenemos un convenio con una plataforma digital que se llama The Orchard: ellos lo distribuyen en todas las plataformas y siguen la creación de vistas a partir de eso. Ellos se quedan con un pequeño porcentaje. De cada disco hacen un lanzamiento digital y al mismo tiempo se sube a Bandcamp, Spotify, Amazo, y no hay exclusividad: nosotros podemos subirlo a YouTube igual. Y te dice de dónde viene esa guita de cada lugar: le decimos a los artistas ‘mirá, tu disco generó 30 dólares en el año’, y lo rendimos. Hacemos un laburo más chico, pero intensivo.
¿Qué se ve en el interior con respecto a producción de fechas?
Fuego amigo: Es complicado organizar y que sepamos que va a estar buena la fecha y que podamos producirlo correctamente. Cuando uno confía una gira en el interior ya depende de producción de terceros, ciertos gastos que se puedan cubrir. En ese sentido, uno confía en que el interior se produce cada vez mejor. Paraguay, Posadas, Resistencia, Corrientes, por ese lado hace un tiempo era complicado y hoy ya hay bandas que hacen lo mismo que nosotros acá. Es un corredor nuevo que se va abriendo, con gente nueva que está aprendiendo a hacer con la misma profesionalidad que hacemos nosotros acá. Con menos recursos también. Las mismas bandas ni siquiera esperan que los edite un sello de Buenos Aires: se agrupan. Hay una necesidad de expandirse: hacemos una fecha acá, y en dos meses hagamos una allá. Se da una confianza que está buena.
Elefante: nosotros laburamos la idea de los «aliados», ya sean salas de conciertos en otros lugares, lugares para tocar, sellos, gestores. Un productor, una persona de confianza para intentar hacer un ida y vuelta. El modelo nuestro es «primero invitar». Producíamos ciclos y el concepto era invitar a una banda del interior, con una banda del sello, y eso estuvo buenísimo, porque los ves laburando. O a veces te encantó cómo tocan pero no laburaría nunca más con la banda. Y así se va construyendo una red de gente con la que se puede trabajar. Es entenderse como un sector, no somos proyectos que estamos ahí flotando. Necesitamos que todos laburen mejor: músicos, managers, productores, que caigan un montón de pibes y salgan con toda a hacer cosas. Necesitamos que se fortalezca todo el sector.
¿Cuál es el eslabón más débil de la cadena?
Lautaro, de Goyo discos: Mirá, nosotros tenemos un problema que es de volumen, claramente. Para mí el bolichero es un hijo de puta que busca la rentabilidad de la cerveza, te da un arreglo de mierda y le llenes o no le llenes, nunca se va a arriesgar. Y el centro cultural que por ahí te pone una movida más acústica, más chiquito, más grandes, te dicen lo mismo: si no metes 100 personas… Son todos iguales. Hay 2 ó 3 lugares de la ciudad que no les importa la puerta, pero por ahí tienen deficiencia de sonido: Mi casa, Naranja verde, Casa Trash. Cada vez hay menos lugares y la verdad que nuestras bandas tienen un sonido bastante fuerte y un poco experimental. Y cuesta.
Azione: hay muchísimas bandas, muchos sellos, pero faltan en proporción productores. Gente que quieran armar movidas. Yo tengo ejemplo de tres amigos míos que hacen fechas en Temperley y se encargaron de armar un ciclo que la gente va y ya no sabe qué banda va a haber, pero sabe que la que haya va a estar buena.
Solo le pido a Dior: en Capital estamos perdidos. Más arriba de Niceto no hay nada.
Pez: o la Clandestina es una fiesta bastante main, que tocan bandas que están buenas pero te tenés que fumar los payasos, la espuma, y vos lo que querés ver es la banda.
Varios: Pero también hay gente que va por los payasos y la espuma.
Elefante: yo estoy de acuerdo con que faltan productores.
Ivo, de Monqui Albino: hay productores que estamos en otro lado y no el vivo también. Yo hago Musiquita en la Cocina y ahí también se genera un circuito.
Azione: ahora está haciéndose lentamente el click.
¿Cómo ven la relación con el Estado de la música under?
Elefante: En nuestro caso particular, fui muy defensor de las políticas públicas al sector de la música en particular: aprovechamos todas las convocatorias, el programa Recalculando que acompañó los sellos de gestión colectiva… Creímos en el Estado ayudando a financiar algunas cosas de los proyectos y es una cagada que venga un gobierno que pareciera que va a ser otro tipo de políticas. Pero estamos curtidos y si tenemos que laburar sin acompañamiento, estamos preparados.
Sólo le pido a Dior: el Estado siempre va detrás. Me parece mucho más importante el trabajo nuestro propio, porque el día de mañana te cambia la política y vos quedás culo para arriba. En cambio nosotros siempre vamos a seguir trabajando.
Elefante: está buenísima la ayuda del Estado en pos de que se desarrolle el sector. No que pase que este año saqué el disco barato porque me dieron plata y después no pude sacar más discos.
Fuego Amigo: hay que ser cuidadoso en eso. Los favores también generan cierta dependencia. Sea el estado de Buenos Aires o nacional, sabíamos que estamos haciendo un poco su juego. Nos interesa tomar distancia y saber que dependemos de nosotros, no de favores. Y ver qué pasa. Utilizarlo cuando haya algo interesante, cuidado, que sirva.
La charla culmina hablando de música. Para contraponer a las piedras en el camino, todos en la mesa coincide en la calidad de los proyectos con los que trabajan. El que se carga la respuesta es Ivo, desde su termómetro casero de recibir artistas todas las semanas: «Hay perfiles de todo, generalizar no se puede. Todos tenemos acceso a poder generar nuestro material, y esa libertad también está del otro lado: en el acceso a la información. No creo que haya patrones muy definidos. Sí creo que hay escenas dentro de las escenas. Pero creo que todos también tratamos de hacer las cosas cada vez mejor y de generar un buen acontecimiento. Que el recital esté bueno, que el disco esté bueno, que circule, que sea sustentable»…
Cyncope: Las bandas argentinas están en primer nivel, a nivel internacional. A nivel escena, falta.
Fotos: Nacho Yuchark