Su paso por Cosquín Rock fue interrumpido por la policía, pero ellos dicen que ya lo superaron. Ahora van por su segundo disco.
Cuenta la historia que en Bell Ville un grupo de maniáticos se reunieron para hacer realidad sus más profundos sueños. Los viejos del lugar aseguran que por las noches pueden escucharse sus gritos sobre un fondo de cuerdas y parches. Mucha gente los vio en febrero de este año deambulando por el escenario del Cosquín Rock y la policía intentó ahuyentar sus espíritus fracasando en el intento. Sobreviviendo a las persecuciones, llegan a la capital cordobesa para reunir en sus oscuras ceremonias las almas en pena que vagan por el ex-abasto. Cinco espíritus que no alcanzaron su lugar en el cielo y se quedaron a mitad de camino: Subcielo.
Leandro Galeto (voz y letras), Pablo Calzolari (bajo), Facundo Oliva (guitarra), Fernando Sillem (Teclados) y Sergio Sosa (batería) son los responsables de esta fantasía que poco a poco se va plasmando en la escena roquera de Córdoba. Desde algún lugar de esta provincia, dialogaron con nosotros para contarnos su historia y delirar sobre su futuro.
Nadie mejor que ellos mismos para definir su estilo, que por cierto es muy difícil de encuadrar dentro de un parámetro fijo: «La banda, definitivamente, no se encasilla dentro de un estilo único, y tampoco lo pretende. Subcielo es una banda de rock, aunque en realidad decir esto y decir nada es lo mismo en lo que respecta a la definición del estilo. Pueden advertirse mezclas diversas, propias, creo, de los tan diferentes gustos y habilidades de cada uno de nosotros. Se pueden escuchar pasajes Santanecos (sic), otros Floydanos (sic), por momentos se deja entrever Rock Sinfónico al estilo de El Reloj en Al Borde del Abismo, o algún riff a lo Zeppelin. Pero todo es tal cuál surge en un primer intento de tema, no buscamos que esto suena esto y aquello a esto otro», señaló la banda.
El grupo atravesó por distintas etapas y después de grabar su primer disco, «Subcielo», en el 2000 mucha agua a pasado bajo el puente. Detenerse y analizar lo transitado es una taréa a la que le rehuyen pero que intentaron realizar para nosotros: «Hay dos perspectivas: Una es cómo sentimos que está internamente parada la banda, y otra cómo o donde sentimos que está parada la banda en el contexto provincial y nacional. Con respecto al primer punto, la banda está fortalecida, con sus aires renovados, mucho más madura musicalmente y con mucha mas experiencia. Con respecto al otro punto, sabemos lo mucho que hemos hecho hasta ahora y que realmente Subcielo se ha construido un lugar dentro de las bandas respetadas de Córdoba, pero no sabemos realmente el alcance final de todo esto», comentó Facundo.
Las repercusiones de su actuación en el Cosquín Rock 2003 todavía continúan y aún reciben mails de gente que los vio tocar «mandándonos un aguante increíble», como señalan. Rememorando su paso por la Próspero Molina, Sergio decía: «Lo de Cosquín, a pesar de todo, fue una buena experiencia. Nos hizo entender un montón de cosas con respecto al «Mercado del Rock». La conclusión más importante, es que, lamentablemente, el mercado le ganó a la cultura rock. No está mal que el rock tenga un mercado mediante el cuál se pueda vender discos, promocionar y hacer recitales que permite a mucha gente vivir de esto, siempre y cuando el mercado acepte el rock no como un estilo de música sino como lo que realmente es: un movimiento, el cuál tuvo sus orígenes en himnos a la libertad, en actitudes que buscaron despabilar a la sociedad, en revelarse contra situaciones, muchas veces todavía elitistas y marginalistas», manifestó el baterista quien agregó: «Pero aprendimos, a fuerza de palos(esto último es literal) que el rock ya no es todo eso, por lo menos al nivel de recitales como el de Cosquín. Y no solo los empresarios que comercian con el rock han logrado destruir la cultura roquera hasta ponerla al servicio de sus intereses, sino también algunas grandes bandas, aceptando estas condiciones y haciendo la vista gorda, han contribuido a destruir el rock por el cuál sangraron generaciones».
Apoyados en «Subcielo», su primer trabajo, afianzaron sus lazos con el público y llegaron a las radios cordobesas de la mano del corte de difusión Exiliado. «Generó más cosas de las que nosotros nos imaginamos. Tuvo aceptación con fuerza, al punto de arrastrarnos a nosotros mismos en momentos que necesitábamos que nos empujen».
Por estos días las energías están puestas en lo que será su segunda placa, para la cual esperan «llevar a los extremos el concepto musical del primer disco», en el sentido de la experimentación y la incursión en mezclas de estilos. «Puede llegar a tener algunos temas mas potentes que Exiliado, otros más abajo que A través de la sien, hay varios temas ya compuestos en los que hay que trabajar», señaló la voz del grupo y concluyó: «Por supuesto, nos mantendremos coherentes con nosotros mismos, no vamos a forzar nada, será lo que tenga que ser o simplemente no habrá segundo CD este año y habrá que esperar la inspiración. Literalmente, nos mantendremos en el mensaje original, el de las vivencias cotidianas, en la denuncia social, en la imagen, etcétera. El proyecto principal es tocar, sumar gente a nuestra propuesta, el disco es solo una consecuencia de todo esto, o bien una herramienta para hacer llegar nuestro mensaje».
¿Qué es Subcielo? Ellos afirman: «Es solo una excusa para decir cosas, dar mensajes, es mucho más que simplemente música. Es el medio más adecuado, y el que más disfrutamos, para el tipo de mensajes que queremos transmitir. Subcielo no piensa en donde está ni hasta donde va a llegar, simplemente avanza en el medio de la tormenta con un mensaje claro y popular».
