Este flamante quinteto cordobés se muestra como una propuesta original y de buena proyección.
La movida de Córdoba es tan grande que a veces algunas bandas se nos pierden
en la marea de grupos. La movida de Córdoba es tan rica, que hay un poco de
todo para ver y oír. La movida de Córdoba está generando cosas tan
interesantes, que vale la pena mirar un poco hacia adentro y rescatar
algunas propuestas que, si bien no están en primera plana, bien podrían
estarlo. La Madre del Borrego, con sus incipientes seis meses de formación, es una de esas formaciones musicales que merecen ser escuchadas por la mayor
cantidad de oídos posibles.
Un quinteto que se destaca por la utilización de instrumentos tan disímiles
como el acordeón, las tumbadoras, maracas, contrabajo y guitarras
eléctricas. Nacho (bata y tumbadoras), Franco (guitarra), Leonardo
(acordeón, tumbadoras, trompeta, armónicas, maracas), Ignacio (voz y viola)
y Emiliano (bajo, contrabajo); son los responsables de dar vida a una fusión
de sonidos que atrapa a quienes los escuchan desde el primer momento.
Bajo ningún concepto buscan enrolarse detrás de un movimiento establecido y
describen su estilo como «una mezcla de rock con instrumentos diferentes,
una mezcla de rock con lo latino. No tan exagerado, pero termina siendo rock
con una mezcla de latinos, candombes, folclore, etc.»
En diálogo con ROCK.com.ar, Ignacio hizo hincapié en algo fundamental para
la banda: «Luchamos por los temas propios». Aunque en vivo suenan un par de
covers de grupos como Divididos y la Bersuit, asegura: «Metemos nuestras
versiones de esos temas porque la gente suele pedirlos, pero la idea de la
banda es hablar de la libertad de las personas, de no encerrarse por la
guita, pelear por lo que uno quiere, irte al campo (no nos gusta la ciudad). Son varias ideas, porque mezclamos un poco lo de cada uno, son varios los
chicos que escriben los temas.»
Un poco nerviosos aunque seguros de su trabajo, se le animaron al Abasto. Un
poco por la lógica necesidad de buscar nuevos públicos y otro tanto debido a
las viejas normas ahora vigentes: «Nosotros recién nos estamos asomando por
el Abasto porque hace poco que estamos juntos y nos encerramos a ensayar.
Tocábamos en pubs cerca del barrio y en los centros vecinales, donde se
armaban unas jodas bastante buenas. Con lo de Cromagnon se suspendió todo,
eso ya no se puede hacer más. Tocábamos ahí donde nos iban a ver los amigos
nuestros y gente de la banda, pero ahora estamos incursionando por el Abasto
porque es el único lugar que queda».
Entre el bombardeo de hits, las bandas consagradas y la numerosa oferta
local, La Madre del Borrego pone toda la carne en el asador para hacerse de
su espacio. La voz del grupo comentó: «Nos estamos preparando, ensayando dos
veces por semana, para mejorar nosotros y prepararnos para salir a tocar y
brindarle lo mejor a la gente».
Si bien ya grabaron su primer demo, el desafío es llegar al disco. Como en
la mayoría de los casos, la tarea no es sencilla. «Buscamos grabar un disco,
pero sale mucha plata, la estamos juntando, no tenemos quien nos banque
obviamente porque somos una banda nueva», relata el cantante y agrega: «Pero
no tirarnos de cabeza, por ahí te salen propuestas de algunas radios o cosas
así, pero nosotros preferimos salir a tocar. Porque no te merecés por un
tema que le gustó a un chabón de una radio estar saliendo. La gente no se
conforma con eso y no podés salir en la radio por un tema… por ahí no te
lo merecés: primero queremos tocar para que la gente nos conozca».
La invitación está hecha para todos aquellos que quieran descubrir esta muy
buena banda. Y aunque a veces los nervios se hacen notar sobre el escenario,
el objetivo es claro: «Esperamos que entiendan lo que nosotros queremos
transmitir, porque por ahí nos tratan de chetos porque mezclamos con
candombe y otras músicas. Acá es meter al estilo nuestro los intrumentos que
sabemos tocar, aprovechar lo que tenemos en función del estilo. Y el que
este de acuerdo con las letras y la ideología de la banda, deseamos que nos
venga a escuchar», finalizó Ignacio.