Son una de las nuevas promesas de la música argentina, o por lo menos eso dicen algunos… Desde La Plata una nota a El mató a un policía motorizado, la banda con el nombre más estridente del circuito.
Una frase de Fabián Casas asegura que uno puede creer que escucha buena música cuando sabe la va a escuchar solamente en la propia casa. Si nos dejáramos llevar por esta cita, podríamos suponer que lo que hace El Mató jamás podría clasificarse como «buena música». Hay algo en ellos que invita a aseverar que algún día van a explotar y serán entonces muchos los hogares donde se oigan los discos de El Mató. Y sin embargo, esa oposición de guitarras fuertes y corazones dóciles, la actitud cautivante y las letras con mirada loser, el sonido punk y las reverencias del ambiente snob, la temática tóxica y el envión saludable que le imprimen a la música argentina, encajan perfectamente dentro de lo que se entiende como «buena música». Tantas contradicciones hacen que algunos periodistas le pronostiquemos exitosos augurios y otros le endosemos estar un poco inflados por la prensa…
Una tarde de mayo, Santiago (voz y bajo) y Manuel (guitarra) le hablan a un grabador de periodista en una mesa del Café de las Artes de La Plata.
Santiago: Nos gusta lo que hacemos. Mezclamos influencias como Jesus & Mary Chain o la parte oscura de My Bloody Valentine para sacar un sonido como no saca ninguna otra banda ni acá, en La Plata, ni en Capital. Tenemos un sonido sucio, las canciones son minimalistas y simples, con mucha carga de guitarras, como las de Pixies, Weezer o Ramones. Tratamos de hacer canciones despojadas con arreglos sutiles, sin recargas ni elementos barrocos. Y atraemos gente que tiene ganas de ver un show como el nuestro, pero que no tiene donde ir. Es distinto y llama la atención. Punto. Toda la parte mediática, está buena, pero solamente para que nos conozca la gente. Lo de promesa y esos motes que nos ponen, no se bien qué significan, pero nos causan simpatía.
¿Y les provoca alguna expectativa?
Es difícil tener una banda independiente. No apuntamos a vivir del rock… la Bersuit vive del rock. Quisiéramos apuntar a que sea cómodo tener una banda. Nos gusta viajar conocer gente, lugares….
¿Lo de las guitarras fuertes es una actitud definitiva o piensan que el sonido lo van a mutar disco a disco?
Manuel: Ehhhhhh… la guitarra distorsionada y en primer plano es como una suerte de esencia de la banda. Lo que van cambiando son las canciones y el modo de hacerlas. Algo de lo que vamos a grabar ahora puede tener teclados, pero las guitarras bien arriba van a estar siempre.
Santiago: Hace poco estuvimos grabando unas cosas un poco caseras, con un sonido más low. Y en estos días entramos a grabar un EP para el sello Mandarinas Records y la idea es colgarlo en Internet. Además, para la segunda mitad del año queremos grabar en Buenos Aires el segundo LP.
¿Por qué «Tormenta Roja» y «Sábado» son hits y las otras no tanto?
Santiago: Que se yo… a mi me gustan todas, pero la gente tiene sus hits. Por ahí es que tienen un formato más rápido, más ritmo… las dos se acercan al punk y al pop, son más pila.
Las canciones de su disco debut (El Mató a un Policía Motorizado, 2004) suenan tímidas, honestas, sufridas, delicadas y muy efectivas al momento de desparramar melancolía en los ambientes donde se reproduce la placa. Casi todas obligan a esforzar un poco el oído ya que parecen estar escondidas detrás de las densas capas de guitarras que le dan ese sello determinante. Incluso muchas veces el oyente puede quedar afuera del mensaje, ya que cada tanto la vocalización es un tanto indescifrable y el booklet no adjunta las letras. Igualmente, daría la sensación de que las composiciones se podrían llevar a un formato umplugged e igualmente se defenderían bien. Todas los temas le pertenecen a Santiago y los arreglos al grupo. «Llevo la canción bien simple y les muestro la base, la melodía, la estrofa y la letra. Después, la armamos entre todos y como cada uno tiene sus gustos, llegamos al sonido de El Mató. Lo que vamos a grabar en el EP surgió más en la sala de ensayo, partiendo de la nada. Es una nueva manera de componer, va a haber temas de Gustavo (guitarrista)…», explica el autor.
La formación actual lleva dos años y medio, pero todo empezó antes, en la secundaria, donde se conocieron Willy (batería) y Santiago . «Manuel tenía una banda y me invitó a tocar… fuimos armando temas propios, llamamos a Willy y después a Gustavo. En realidad somos un grupo de amigos y hay otras bandas en nuestro entorno, como Colecovision, Grupo Mazinger (su actual cantante, Diego, fue baterista de El Mató), El Destro y otros… medio como que fuimos pasando de banda en banda hasta que formamos esto.»
¿Qué le aporta La Plata a El Mató?
No se si hay un género, algo que se note musicalmente, pero creo que lo que cambia es la actitud. La forma de tener una banda y encarar la música es distinta que en otros lugares. En Capital se busca más lo mediático y acá, estamos un poco lejos, hay otra tranquilidad, en el ritmo de la vida.
Manuel: Acá hay un montón de gente con bandas. Cualquiera de mis amigos tuvo alguna vez un grupo. Hay como mucha movida. Lo que me parece es que acá están más abiertos y hay un cruce de géneros más jugoso. No esa tribu urbana de Capital.
Santiago: Además está el factor de que la ciudad es chica y compartimos fechas con bandas como Psicovendetta con las que el género es muy distinto y al final terminamos mezclándonos en algo.
Hacerle una nota a estos músicos y no indagar por las causas de ese nombre tan explosivo es un poco inevitable. Da la sensación de que es un karma que los va a acompañar durante años. «Elegimos un nombre que no sea típico para salir del molde. Es un chiste, para reírnos de esos típicos nombres de artistas o bandas», asegura Santiago y le agrega un elemento chistoso para no ser tan obvio «estábamos en una fiesta, medio borrachos…»
Manuel: estábamos medio al pedo y teníamos algunos otros como «¿Querías un milagro Jhon? Te presento al FBI», que es una frase de Duro de matar, una de mis películas de cabecera. Ese día estábamos mirando una película medio trucha y salió un subtítulo que decía el mató a un policía motorizado y dijimos «véngale»…
Santiago: sonaba bien…