«Es fácil esquivar, pero nosotros somos de enfrentar”, reza el estribillo de “Retrato”, tema perteneciente a “4mil revoluciones” y, quizás, una de las premisas que más identifica estos últimos años de laburo de Ojerosa. Tras semanas de arduos ensayos y una interminable espera, nos encontramos a tan sólo horas de golpear las puertas del Uniclub. El 29 de agosto se termina la ansiedad y la alegría y el trabajo de esta banda se verá reflejado en un show que promete y que continuará de trasnoche en el marco de lo que será la presentación oficial de su segundo material de estudio. Corriendo La Voz tuvo la oportunidad de charlar con Ale Falcone, la voz que da vida al arte Ojeroso y nos contó de qué va el nuevo disco y la noche revolucionaria que nos espera el próximo sábado.
Dicen que las batallas más difíciles se desatan en nuestra cabeza. Es la vorágine del día a día. El desafío que asumimos cada vez que despertamos. Todo es tan efímero, vivimos tan rápido que terminamos por acostumbrarnos a lidiar nuestros temores en medio del caos. Entre tanta existencia belicosa, las exigencias y responsabilidades se vuelven más pesadas. Entonces, el pedido de nuestro cerebro se torna reiterativo: STOP. Tan simple como suena, unos minutos de pausa. Aquí es cuando la música, la mayoría de las veces, llega para rescatarnos del naufragio rutinario.
“4mil revoluciones”, la segunda producción discográfica de la banda Ojerosa, gira en torno a las pequeñas y grandes contiendas que suelen desencadenarse a diario en nosotros mismos. La rutina, el trabajo, la superficialidad, el exceso de información, los temores, la desidia a los que estamos sometidos, son los responsables de estas revoluciones que se liberan en nuestras mentes. Asimismo, se permitieron jugar con todas las acepciones que implica el término “revolución” y hablar en sus letras de cuestiones sociales, cuestiones en las que nos vemos todos involucrados, realidades impuestas con las que no estamos de acuerdo y a las que les ha llegado el momento de una transformación.
La paradoja de todos los temas que fluyeron esa tarde quizás sea el lugar de reunión. A tan sólo unos pocos metros del Congreso de La Nación, sacudidas de realidad, revoluciones, música y rock se deslizaron entre todos aquellos libros que rodean la cafetería. El bar “MU punto de encuentro” nos recibió un tanto agitado por esas horas. Pero allí tuvimos la oportunidad de deleitarnos con las ansias y anhelos de Ale Falcone (cantante) acerca de la fecha más importante en la historia de Ojerosa. El 29 de agosto estallará el Uniclub con la presentación del nuevo disco y la voz de la banda nos contó cómo se vienen preparando y el proceso de producción de “4mil revoluciones”.
CLV: ¿Qué expectativas tiene Ojerosa para el show del 29 de agosto?
Ale Falcone: Estamos muy entusiasmados, muy ansiosos, a la expectativa de qué va a pasar, porque no sabemos. Hemos tenido un recibimiento bárbaro del disco. Ha gustado. El primer pasito se dio. Lo más importante es que a la gente le guste lo que hacemos. Esperemos que eso se vea reflejado el 29 en la gente que vaya. La verdad que para nosotros es una incógnita, lo cual lo tiñe de satisfacción. Nosotros creemos que vamos a estar a la altura de la noche, del lugar y tenemos armado un show con lo mejor de nosotros. Venimos ensayando a pleno.
Es una fecha que venimos preparando hace tres meses y, de repente, falta una semana. Representa la fecha más importante de Ojerosa en su historia porque además nos encuentra sacando nuestro segundo disco que, si todo sale bien, lo vamos a tener el viernes 28. O sea, un día antes. Así que para nosotros es una sucesión de metas cumplidas.
CLV: ¿Es la primera vez que tocan en el Uniclub?
Ale: Tantas veces nos encontró como espectadores. Ya tocamos en el Uniclub pero en el marco de fiestas. En un Gjira Fiesta. Pero es la primera vez que vamos a hacer una fecha propia. Uno asume los riesgos, asumís todos los éxitos y también todos los fracasos. Pero nosotros vivimos de esto, de apostar a seguir creciendo e ir proponiéndonos metas e ir superándolas y mientras eso vaya avanzando vamos a seguir siendo felices.
CLV: ¿Qué nos pueden adelantar del show?
Ale: Probablemente toquemos todo de “4mil revoluciones” porque es la presentación. Además de lo musical pudimos armar todo un show con varias puestas en escena de varios artistas. Va a ver un poco de baile, de circo, un poco de todo. También una puesta de luces importante, todo un marco que a nosotros nos parecía primordial. Fue una idea que surgió a principio de este año, de darle mucha importancia al tema de los shows. Por eso, decidimos empezar a tocar menos en capital y poder hacer shows un poco más pensados que puedan abarcar todo lo que nosotros queríamos expresar. Y todo lo que queremos expresar muchas veces, además de la música, hay que sumarle otras ramas artísticas. Somos músicos pero también artistas en esencia.
CLV: ¿Contaremos con la presencia de invitados compartiendo escenario?
Ale: El disco tiene muchos invitados. Nos dio mucho placer poder invitarlos. Se fue dando sobre la marcha de la grabación lo cual tiñó de improvisación que siempre tiene una cuota más de placer. Hay como 8 o 9 amigos que la gran mayoría de ellos van a estar presentes en la presentación.
Está Gonza de La Joven Guarrior; Ale Kurz de El Bordo; Maurito Ostinelli de Salta la Banca; Virginia que es profesora mía de canto; está Martina que es amiga nuestra y toca en Pánidamasa, que es una banda espectacular que yo recomiendo; está Guido Parisi de Atropello Carregal; Nico Simone de Me Quiero ir al Infiero y Achu (Agustín) Losada de Alasdies. Hay ocho bandas que pudieron confluir en nuestro disco que para nosotros es bárbaro porque representa un poco la idea que tenemos que es compartir la música, compartir con las bandas que tenemos amistad. La realidad es esta. Cada uno de los invitados ha potenciado cada una de las canciones. Fueron invitados e inmediatamente aceptaron por suerte y gran orgullo para nosotros. Vinieron con la mejor predisposición.
CLV: ¿Invitaron alguna banda que se encargue de calentar los motores de la noche antes de la fiesta ojerosa?
Ale: Si, tenemos el agrado de poder invitar a la gente de La Gran 7 que es una banda de Santa Fe, una muy buena banda, son muy buenos amigos nuestros. Nos conocemos hace dos años más o menos. Hoy en día somos hermanos. Nos han invitado infinidad de veces allá. Los invitamos como una forma de retribución y agradecimiento por todo lo que han hecho ellos por nosotros, prestándonos muchas veces su público, prestándonos la infraestructura de allá. Es una manera de retribuir prestarles nuestro público, que nuestro público los pueda escuchar y saber un poco más de ellos.
CLV: Cada vez se refleja más la unión que existe entre las bandas emergentes…
Ale: Creo que de a poco las bandas estamos reconstruyendo el under. Un under que fue muy diezmado, ya sabemos, la masacre de Cromañón. Si bien es un hecho que pasó hace casi 11 años, son procesos que llevan mucho tiempo y la verdad que fue un golpe muy duro al under a la música, a las bandas. Los pibes de Callejeros fueron los únicos que sufrieron la cárcel. Una criminalización de la música, de las bandas, del rock, y creo que ahora las bandas estamos intentando recomponer eso o es lo que nos toca y creo que somos conscientes un poco de eso y que si no nos ayudamos entre nosotros no nos ayuda nadie. Como dice la canción de Callejeros “a la gente sólo la ayuda la gente”. Básicamente, creo que todos somos muy conscientes, las bandas, el under, de que nos toca reconstruir un poco, volver a que la gente apueste a las bandas, a escuchar música, a no quedarse sólo con el status quo. La verdad que en todas las ramas de la música hay grandes artistas, grandes bandas, muy buena música dando vueltas que por ahí lo que le falta es difusión.
Y una (revolución) más…
De repente, una cachetada. Un golpe más de realidad que detuvo necesariamente la entrevista. Una mujer habló al micrófono y distrajo nuestra atención. Pidió disculpas y nos presentó a Ana Martínez, mama de Melina Romero, joven brutalmente golpeada, abusada, asesinada y arrojada al río en una bolsa de residuos hace un año atrás. El Bar MU le dio su espacio y ninguno de los allí presentes pudo hacer oídos sordos. Silencio. Un relato inhumano. Fueron 30 minutos de volver a poner los pies sobre la tierra, de detenerse. Esa famosa “pausa” de la que veníamos hablando. Y pensar…
La charla finalizó. Todos aplaudieron la entereza de esa mujer en espera de justicia. Pero la pausa fue corta y había que continuar. Resultó difícil retomar la conversación. Fue un asalto sorpresivo e inesperado cuando uno se encuentra inconscientemente ajeno a la realidad que lo rodea por estar viviendo el triunfo de las propias metas. Ale Falcone no fue la excepción y, tras desatar algunos nudos en la garganta seguimos dándole rienda suelta a “4mil revoluciones”.
Cada disco, una fotografía de un momento
CLV: ¿Cómo fue el proceso de producción de “4mil revoluciones”?
Ale: “4mil revoluciones” lo pudimos encarar con todo el aprendizaje del primer disco ¿Quién baila? Sabíamos lo que queríamos y fuimos a por eso. Cuando uno graba un disco, elige determinados caminos y descarta otros. Yo siempre digo que con el primer disco definimos nuestra identidad. Con este segundo disco pudimos enmarcar y apostar un poco a lo que nos gusta realmente, en las canciones pudimos tener más guitarras, música más rockera. Es un disco largo, de 14 canciones, entonces pudimos desenvolver todos los matices que queríamos, todas las vertientes de nuestra música están plasmadas en nuestro disco.
CLV: ¿Cuándo arrancaron con su producción?
Ale: Yo ya tenía algunas canciones. De manera individual te puedo decir que este disco me propuse componerlo. Fue un proceso de cuatro o cinco meses de componer el disco. Eso fue interesante también. Nunca lo había hecho. Los procesos creativos son sube y bajas. Hay días que compones 10 canciones y por ahí en cuatro meses no compones ni media estrofa. Había varias ideas dando vueltas. Tuve en la cabeza el disco durante varios meses y lo fui diagramando y pude ir llevando los temas a los ensayos y ahí pudimos darle la impronta Ojerosa en todo lo que es la parte musical.
CLV: ¿A qué hace referencia las 4mil revoluciones de las que habla el disco?
Ale: En realidad, “4mil revoluciones” es uno de los temas. Es el tema que abre el disco. Tuvimos la suerte que venga Ale Kurz. Es uno de los temas que mejor suena desde nuestra perspectiva. Tiene un sonido bastante propio, bastante bien logrado. El disco queríamos que se llamara como una canción. Nos gustaba esa idea. Era como la canción más representativa. Y la canción habla de las 4mil revoluciones de la cabeza. Esta cosa de que la cabeza nos cascotea, por ahí nos juega en contra, no nos permite conectarnos con nosotros mismos, con la parte más sincera del hombre y la mujer, como es la solidaridad, compartir con el otro, conectarse con una parte más espiritual. Estamos muy sujetos a la cuestión material y del exitismo, esta cosa superficial que tiene el sistema que nos rodea y que impera en este momento. Habla un poco de eso. De frenar eso. De utilizarlo como motivación para poder luchar por lo que a uno le parece, por lo que uno valora y le parece. Poner una pausa. A veces son importantes las pausas, para ver qué estamos haciendo con nuestra vida, en la sociedad que vivimos, con los vínculos que tenemos. Lo pudimos mechar también un poco con la idea de la revolución. Nosotros somos esencialmente revolucionarios de pensamiento.
CLV: El disco, en su totalidad, ¿sigue una misma línea?
Ale: Siempre las letras intentan reflejar las ideas que tenemos. Por ahí en determinadas realidades impuestas con las que nos estamos de acuerdo, determinadas transformaciones que creemos necesarias, como colectividad en la que vivimos todos, algunas cuestiones con las que no podemos coexistir. Esto de Melina es una demostración de eso. Tratamos de no ser ajenos. Desde nuestra música tratamos de transmitir una idea y una convicción. Eso siempre está presente en las letras de Ojerosa. En “4mil revoluciones” pudimos jugar un poco con eso de la revolución. Tenemos un discurso de Fidel mezclado con el disco que es lo que divide el LADO A (4mil revoluciones) y el LADO B (Y una más). A nosotros siempre nos gusta la idea de las pequeñas revoluciones diarias, de poder transformarnos día a día y transformar la realidad que nos rodea. Creo que tenemos la convicción de que ese cambio se hace con pequeñas mutaciones diarias y tratando día a día de hacerle frente a las cosas con las que uno no está de acuerdo y con las cosas con las que uno se ve abrumado.
Pudimos plasmarlo en el arte también. Nos pone muy contentos, una vez más, poder llevar adelante un arte con el que estemos de acuerdo, nos guste, que represente algo, que quiera decir algo. El arte de nuestro disco son esencialmente chicas guerreras.
CLV: ¿Qué diferencias encontrás con el primer disco “¿Quién baila?”?
Ale: Cada disco es una fotografía de un momento. Por suerte y gracias a la vida no somos los mismos y vamos mutando y vamos transformándonos y celebro que así sea. Esa cuestión de permanecer todo el tiempo inmutable es una idea que aborrezco sinceramente. Si bien nuestra esencia se mantiene, uno va cambiando gustos musicales, la ropa, los autores que lee, cómo encaras la vida, todo eso va mutando gracias a la energía. El primer disco fue definir nuestra identidad. Era la segunda vez que entrábamos a un estudio. La primera vez fue bastante traumático. El primer EP fue bastante traumático. Por ahí no estábamos del todo preparados, nos comimos el buzón de un productor. Entonces fue superar ese primer temor. Yo pude descubrir, particularmente, que el estudio me encanta, grabar me encanta. El músico tiene dos facetas: el vivo que puede transmitir determinadas emociones más a flor de piel, pero por otro lado, está el estudio, donde uno puede jugar con los matices, se puede sentar a pensar las melodías, trabajar bien las armonías. Esas también son formas de transmitir. A partir de ¿Quién baila? a los seis meses ya estábamos grabando un EP (Retratos). Nos metimos bastante en el estudio. Ahí definimos identidad. Y pudimos decir este es nuestro proyecto de vida. Estamos hasta la manija con esto. En nuestro caso, siempre fue un camino, un proceso, fue ir descubriéndonos como grupo, compañeros de laburo, si bien somos amigos. “4 4mil revoluciones” fue entrar de una manera más relajada, sabiendo lo que buscábamos, no teniendo tantas ataduras. Descubrimos que son momentos y uno refleja un estado y no es nada más y nada menos que eso el disco. Nos adentramos en los caminos que nos habían gustado.
CLV: Hoy, después de “4mil revoluciones”, ¿cambiarías algo del primer disco?
Ale: No, para nada. Todo es aprendizaje. Todo es enseñanza. No hay que arrepentirse. Al pasado hay que utilizarlo para un mejor futuro. Las decisiones que se tomaron fueron las mejores que se pudieron tomar en ese momento. Hablar con el diario del día después no es mi estilo. Por eso, estoy muy agradecido de todos los pasos que fuimos dando y del recorrido que fuimos haciendo. Cuando por ahí me pierdo e intento volver tengo grandes compañeros a mi lado que me hacen volver y estoy muy agradecido. Autocrítica hay que tener pero no como arrepentimiento.