El grupo prepara una gran despedida para su último álbum, “Activistas”: el primer concierto en un estadio de fútbol.
“Estamos muy entusiasmados. Materializar un show tan grande como una banda que trabaja desde la autogestión es un desafío que nos moviliza muchísimo porque trasciende el aspecto musical. Hacer este tipo de cosas nos mantiene vivos”, describe Martín Mortola, tecladista de Nonpalidece.
El octeto oriundo de Tigre ofrece “La fiesta más popular del reggae” en la cancha de Platense este sábado. Una propuesta al aire libre y para toda la familia. “Queremos que el público pueda concurrir sin inconvenientes. Si son muchos, los menores hasta doce años inclusive no pagan. Las entradas para un festival con dos bandas nacionales y tres internacionales, normalmente, no cuestan cien pesos durante cuatro meses”, explica.
“Estábamos de gira por Brasil cuando conocimos a Ponto de Equilibrio. Su propuesta nos fascinó y nunca visitaron nuestro país. Algo similar ocurrió con Daara J. Family Sound System. Ellos son de Senegal. Nosotros no pudimos viajar hacia allá pero logramos que vengan ellos. La idea era compartir con nuestro público artistas interesantes que tocan otras variantes de reggae”, relata Mortola sobre el vínculo con los invitados al festival. Además, Kenyatta Hill -el heredero de la emblemática “Culture” tras la muerte de su padre y vocalista de la banda- más el combo liderado por Luis Alfa -C4- compartirán escenario con los brasileños, los senegaleses y los anfitriones del convite rasta.
Tocaron en Obras, en el Luna Park y ahora debutarán en un estadio ¿cómo preparan el show?
Planificar un evento de éste tipo es muy difícil. El espíritu de la banda es involucrarse en todo lo que produce. Nos gusta ocuparnos desde las cuestiones más técnicas vinculadas al sonido hasta los flyers que promocionan un recital. Tratamos de generar los recursos para hacer lo que tenemos ganas. El camino es un poco más largo pero tiene su recompensa. Logramos cosas importantes pero todo el tiempo arrancamos de vuelta.
¡Activistas!
“El concepto refiere a ser protagonista de tu vida con lo bueno y lo malo que eso ocasiona. Si no tuviésemos la actitud de superarnos constantemente, más allá de las metas alcanzadas, no podríamos comunicar ese mensaje”, reflexiona el tecladista acerca de la idea que atraviesa su última producción discográfica.
Mortola tiene un recuerdo especial sobre la metodología de trabajo empleada durante la gestación del LP. “Es el primero que grabó nuestro sonidista, la persona que más nos conoce. La dinámica de laburo fue en vivo: los doce músicos tocamos simultáneamente. Llegó en un momento musical y lírico muy bueno”, detalla.
Tras dos años de extensas giras y una innumerable cantidad de shows, confiesa: “Sentimos que las canciones cumplieron un ciclo. Es un proceso que nos llega de un modo natural. Tocamos tanto que aparecen las ganas de crear algo nuevo. El año que viene, trabajaremos en un nuevo álbum”.
¿Están en una etapa de composición?
Somos una banda increíblemente miserable en ese sentido. Cuando sentimos la necesidad, nos encerramos a armar un disco. No tenemos la suerte de llegar al estudio de grabación con cincuenta canciones. Nuestro filtro natural es la sala de ensayo. Generalmente, ahí extraemos los doce o trece temas. Empezamos a conversar y eso es un indicio de que todos queremos producir algo nuevo.
El año próximo celebrarán dos décadas, ¿planean algún festejo?
En septiembre del 2016 cumplimos veinte años. Cada vez que tocamos en circunstancias excepcionales lo registramos. Quizás utilicemos algo de ese material que tenemos guardado para editarlo bajo ese concepto y hacer una gira. A fin de año, terminaremos de definir qué haremos.