Emblemas de la poderosa escena under porteña, encarnan el tango y el rock que escucha la generación post-2001. “Muy rockeros para el tango y medio tangueros para el rock”, podría ser la frase que hermane a Acorazado Potemkin y la Orquesta Típica Fernández Fierro, que comparten mucho más que un cartel.
«Eran sólo cuadros colgados,
¡no era tango ni era rock!»
Cuadros colgados, Divididos
El shippeo de dos de las bandas que mejor combinan trayectoria y vigencia en el under porteño se hizo realidad y Acorazado y las Fierro compartirán escenario por primera vez. Sin embargo, los caminos que condujeron a unos y otros a sumar casi 30 años en la música tienen más similitudes que diferencias. El proyecto nacido en 2001 por un grupo de estudiantes de la Escuela de Música popular de Avellaneda, apadrinados por Rodolfo Mederos y deslumbrados por el sonido de la Orquesta de Osvaldo Pugliese, se ha vuelto una referencia fundamental en el llamado Tango nuevo, o Tango Siglo XXI. Con impronta y estética punk, se las arreglan para mantener, además, una radio, un festival de tango independiente (FACAFF) y el Club Atlético Fernández Fierro (CAFF), donde nos encontramos para charlar con Yuri Venturín, director de la orquesta, Natalia Lagos, cantante recientemente incorporada, y Juan Pablo Fernández, voz, guitarra y uno de los cráneos de Acorazado Potemkin.
¿Cómo llega la Fernández Fierro a la mayoría de edad? ¿Cómo describirían este momento de la Orquesta?
Yuri Venturín: Como siempre, madurando. Creo que bastante bien, tratando de hacer música nueva, un proceso que no se detiene, que tenemos la inquietud desde un principio de hacerlo, de no quedarnos en ningún punto en donde estemos parados. Así que a los 18 años, con algunos achaques pero con ganas de seguir haciendo música, que eso es lo que nos convocó a formar esta Orquesta.
En 18 años ya tienen su propia historia, su público, son reconocidos. ¿Cómo se logra esa experimentación constante con todo eso encima?
YV: Es importante conocerse a uno mismo, saber qué es lo que uno quiere y poder apuntar a satisfacer ese deseo. En los principios de la orquesta nuestro objeto de deseo era el sonido de la Orquesta de Osvaldo Pugliese. A través del trabajo y la experiencia de todos estos años de escribir música se fue transformando en algo cada vez más personal, más propio de la Fierro. Es una estética que se va puliendo continuamente, hay determinados elementos que nos van dejando de resultar atractivos y las cosas se van encaminando para distintos lugares.
Acorazado Potemkin vive un año de celebraciones. En mayo festejaron sus primeros diez años de vida con un show en El Teatrito, y están por lanzar su cuarto disco, a menos de dos años del inapelable Labios del Río.
Diez años no es nada menor. ¿Cómo está Acorazado Potemkin en este momento?
Juan Pablo Fernández: Acorazado está contento. Estamos sacando un nuevo disco en septiembre, y es como el momento más lindo, en el que estamos encerrados, componiendo y dedicando varios ensayos y momentos a la grabación, a escuchar. Nos da mucha pila. La banda, como dijo Yuri, está madura. Somos gente grande, ya arrancamos maduros, pero me parece que la banda fue construyendo un idioma común, por lo menos entre nosotros tres, con Lulo y con Fede. Empiezan a aparecer algunas formas de trabajo que descartamos y otras que ya nos hacen sentir plenos.
¿Están más aceitados en esa forma de trabajo?
JPF: Entiendo que sí, siempre le escapamos a los géneros, a las cosas que no las podamos apropiar, que no las podamos traducir a la forma de la banda. Incluso a veces haciendo covers, o los propios temas, descartamos muchos, tipo “esto ya lo hicimos”, los vamos sacando y tratamos de encontrar siempre un laburo de síntesis, pero evidentemente nos vamos encontrando más entre nosotros, qué cosas nos gustan. Igual uno no está exento de riesgos, porque este disco lo hicimos medio rápido y muchas cosas las fuimos terminando ahí, y me parece que aportó otra cosa. Queríamos hacer el disco, no tardar tres años en sacar otro, sino sacarlo este año. Entonces nos obligamos a cerrar temas, pedimos un subsidio al INAMU, nos salió, el INAMU nos pidió concretar en tiempo y forma unos plazos, los cumplimos, y la verdad que estuvo bueno. Como forma de trabajo nunca habíamos hecho eso y me parece que salió algo bueno. En la misma dirección pero una forma de obligarnos a tener material otra vez.
¿En la misma dirección de lo que venían haciendo con Labios del río?
JPF: Sí. Siempre la gente dice cosas lindas, pero siempre hicimos el mismo trabajo, una forma de trabajo muy clara: algunos temas los trae Lulo, otros temas los trae Fede, algunas letras las termino yo, otras Fede. En general lo que trabajamos son ideas que puedan trabajarse en grupo, nunca traemos los temas muy cerrados. Entonces, todo ese tiempo que se le dedica siempre hace que los temas sean muy claros, irremplazables, que tengan que estar en el disco.
¿Cómo nace el vínculo entre Acorazado y la Fierro?
JPF: Es generacional, casi. Teníamos pendiente una fecha el año pasado, que nos habían invitado pero no pudimos hacerla, así que esta vez teníamos la fecha nosotros y los llamamos. Era algo que teníamos ganas de hacer hace tiempo. Hay un camino recorrido, ellos tienen una forma, le deben decir mil veces, que son muy rockeros para el tango, nosotros somos medios tangueros en el rock. Hay algo de esa búsqueda, de personalizar lo que uno hace, y dar una identidad, me parece que es algo en común.
YV: Para nosotros es una especie de onda que se hace hacia el público, como cuando uno prestaba un disco y decía: “che escuchate esto”. No necesariamente porque todo el público de ellos no conozca a la Fierro o viceversa, igualmente eso pasa y a veces no se da el ámbito para compartirlo. Es como decir “mirá, te ofrezco esto, está bueno, disfrútenlo”, me parece que siempre la idea de tocar con otros grupos pasa un poco por ahí, como una especie de recomendación.
«Ellos tienen una forma, le deben decir mil veces, que son muy rockeros para el tango, nosotros somos medios tangueros en el rock. Hay algo de esa búsqueda, de personalizar lo que uno hace, y dar una identidad, me parece que es algo en común» – Juan Pablo Fernández (Acorazado Potemkin)
¿Reconocen esas tramas o esos motivos, tangueros en Acorazado y rockeros en la Fierro?
JPF: Sí, en general, como te decía, tratamos de escaparle, como seguramente ellos también, a los estereotipos del tango y a los estereotipos del rock, pero evidentemente hay algo, una forma de trabajo, por eso para mí es más generacional, y hay muchos amigos en común, muchos cruces con otra gente. Creo que es natural que estemos tocando juntos.
Pensando en esto de los vínculos, hay algo de la autogestión que aparece inevitablemente como algo que los une. Cuando recibieron el Gardel, el Ministro (Flavio Reggiani, bandoneonista de la OTFF) llamó a dejar de mirar a las corporaciones y bancar la escena independiente. ¿Cómo se lleva adelante la autogestión en un momento en que también algunas productoras “bajan” al under a buscar artistas?
YV: Yo particularmente, toda la gente con la que tengo algún tipo de relación dentro de lo que es el ambiente musical, todos trabajan de manera independiente, no sé si será que estoy un poco encerrado.
JPF: Para nosotros es muy natural el trabajo independiente, hace años que lo hacemos. Un amigo decía que los grupos o las movidas independientes están hechas para que se puedan hacer las cosas, no para que no se puedan hacer. No es una defensa sino una concreción de que las cosas pueden hacerse, que las cosas tienen que seguir pasando. Eso podés ligarlo con el Do it yourself, con la cosa punk, con los fanzines, con no esperar que te vengan a llamar. Desde el esfuerzo de poner un bar, hasta una editorial de poesía, o un sello, o armar un ciclo, me parece que somos bandas que estamos acostumbradas a generar las movidas, no esperar que otros nos propongan. Igual, por supuesto, estamos en un mercado, vos hablabas de productores, hay gente que se acerca, hay que ver quién, y no estamos exentos de eso, estamos siempre negociando, y recibiendo ofertas, que tal festival que quiere que toquemos, se hace, se discute, con el mismo compromiso con el que discutimos ir a tocar a un boliche en el conurbano, en Rosario o Montevideo.
Natalia Lagos: Para mí también es importante hacer lo que uno sueñe como artista, sin ajustarse a un modelo, a una forma, a un negocio, hacerlo porque estás siendo sincero con vos mismo, porque es lo que querés decir y esa es la forma que tenés para trabajar. Suscribo a eso de tener alternativas para la persona que te va a ver, que tiene una banda, que hace música, que sepa que hay una alternativa, que no es sonar en la radio permanentemente o que te produzca Sony, que se pueden hacer las cosas de otra manera. Eso es algo que me gusta a mí de la Orquesta porque yo también vengo trabajando así hace muchos años, ocho años con Alto Bondi, que también es un quinteto que integra Galpón B, que es un espacio inspirado por la Fernández Fierro, en el que siempre trabajamos de forma cooperativa, siempre fuimos nuestros propios managers, nuestros propios prensa y nos pusimos a hacer millones de cosas. Es todo experiencia que yo veo que ahora la capitalizo en otro proyecto que está mucho mejor plantado que yo en ese nivel.
JPF: El espíritu independiente tiene que ver con eso, con ir a concretar lo que tenés ganas de hacer, y no perder de vista que en cada movida que hacés estás poniendo en cuestionamiento que hay una sola forma de hacer las cosas, que hay un solo libro o que hay solamente un mercado y una sola forma. Hay miles de formas, como bandas, y hay miles de reglas del juego. Somos muchos que estamos dispuestos a pedir que nos mejoren las condiciones, que haya plata para los músicos, que haya buenas condiciones de sonido, camarines, todas las cosas que en cada fecha se discuten y por suerte cuando somos varias bandas las que hacemos eso vamos generando lo que se llama una movida independiente. No siempre tiene que ver con un movimiento, pero sí con la suma de muchos impulsos y esfuerzos de cada banda que después terminan siendo alternativas a un modelo imperante, a algo hegemónico, a unas reglas del juego dominantes. No solamente los músicos, en una época se hacía el Festipulenta, se hacían movidas independientes, sellos discográficos, que son las que abren y posibilitan que la rueda siga girando sin esperar que desde los medios masivos o las multinacionales discográficas haya una legitimación. Creo que ya no se espera eso, se espera que la banda siga tocando, siga generando, mantenga un espacio como los chicos, y haciendo obra, o nosotros haciendo discos, y vamos sacando material…
«En los principios de la orquesta nuestro objeto de deseo era el sonido de la Orquesta de Osvaldo Pugliese. A través del trabajo y la experiencia de todos estos años de escribir música se fue transformando en algo cada vez más personal, más propio de la Fierro.» – Yuri Venturín (OT Fernández Fierro)
En cuanto a lo musical, ¿cómo viene la integración de Natalia al grupo? Teniendo en cuenta que los registros o la dureza vocal de lo que venía haciendo en Alto Bondi es distinto de lo que acostumbra la Fierro.
NL: Supongo que bien. ¿No, Yuri? Él lo puede decir mejor que yo.
YV: ¿Qué panadero va a decir que el pan que vende es malo? (risas)
NL: Yo estoy recontra conforme la verdad. Lógicamente, es tiempo, es laburo, es estar atento, no quedarse cómodo tampoco, no zarparse en la autoconfianza tampoco porque no es el camino, uno tiene que hacer autocrítica. Ahora lo digo porque está Yuri (risas). Siempre consciente de que es un espacio muy importante que me tocó ocupar, y tratando de mantener una autocrítica permanente y hacerlo cada vez mejor. Yo empecé a cantar tango directamente en el ámbito del tango nuevo, del tango contemporáneo, muy influenciada por la Fernández Fierro, que fueron los primeros que se animaron a hacerlo.
Hace un tiempo entrevistamos a Pablo Marchetti y Rafael Varela y sostenían que el Tango nuevo, que ya cuenta con su propia historia, tiene ahora lo que tuvo el rock en sus inicios y fue perdiendo, de ser un espacio de encuentro para la juventud, y de camaradería para los músicos. Ustedes son el tango y el rock, si se permite la herejía genérica. ¿Qué piensan de eso?
YV: Sí, no sé exactamente porque no sé cómo habrá sido el rock en otros momentos. Nosotros sí nos relacionamos muchísimos con otros grupos del tango, y otra cosa que fue históricamente en el género fue el hacer música de tus contemporáneos, y eso en cierto punto está reflejado fuertemente en el repertorio que hacemos. Hay temas del Cuarteto la púa, de Bombay Buenos Aires, del Tape Rubín, o sea, todo lo que vamos encontrando por ahí, por el aire, que está bueno, y que además que son gente con la que nos cruzamos habitualmente, incluso hemos trabajado juntos haciendo música, está ahí, muy presente. Así que sí, desde ese punto de vista hay mucha conexión.
JPF: Yo sigo creyendo que el rock mantiene eso, no es que lo dejó de tener. Capaz ellos se referían a cuando el rock deja de ser under y pasa a ser proyectos, sobre todo en los 90, muy masivos, de mucha profesionalización en el sentido de tener mucha gente trabajando, y las bandas terminan un poco aisladas. Me parece que en el under eso está todo el tiempo, hay un montón de cruces. Muchas veces los shows se hacen para dar a conocer al otro, y que el otro traiga su público y uno recomendar bandas, y te vas asociando. Yo creo eso sigue pasando todo el tiempo. Capaz tiene que ver con que es una forma de que nosotros terminamos armando y produciendo las fechas propias, que hacemos las cosas de una manera personal, independiente. Después podemos hablar otro rato de cuánto hay de eso de precarización, de que uno termina asumiendo riesgos que deberían asumir capaz los productores, pero no deja de ser algo que uno no va a dejar de hacer, es lo que estamos haciendo todo el tiempo, y compartido es mucho mejor. Compartís con el público, compartís con los músicos, con los amigos, termina siendo una movida que tiene que ver más con juntarse que con el arriba y debajo de un escenario.
NL: Yo creo que por ahí uno cree que está haciendo un movimiento similar a los 70 porque estamos dentro del mundo del tango y por ahí conocemos bandas como Acorazado, pero no conocemos mucho más de lo que está pasando. Pero así como nos sucede a nosotros tiene que sucederle a un montón de gente, que se junta y lo que prioriza es lo que le está saliendo sinceramente, la música que quiere hacer, la letra que quiere escribir, el contenido, lo que quiere criticar, lo quiere cuestionarse o de lo que quiere reflexionar, la influencia musical que tenga, lo que quiera mezclar, y ¡menos mal que existe esa gente, que pasan esas cosas! Y creo que tienen que pasar en todos los géneros.