Desde hace unos nueve meses Moris había dejado de cantar en público. El anuncio de la pronta aparición de un libro y de un nuevo long-play haten ahora que sólo se haya tratado de un período de inactividad o retraimiento.
El libro, editado por Cuatro Editores, incluye entre treinta y cuarenta textos (letras de canciones y poemas) además de numerosas fotos y dibujos: su aparición a mediados de julio va a concretar un viejo sueño de Moris, aunque toda vía no se sabe el título definitivo.
Los ensayos para la grabación del disco recién empiezan. Casi la mitad de los temas los va a hacer Moris solo con guitarra y el resto en la compañía de Ciro Fogliatta en Órgano y un batero y un bajista a determinar.
Por otra parte, Microfón está a punto de reeditar el bien recordado long-play de Moris en Mandioca: “Treinta minutos de vida». Y justamente aquí enganchó la charla que sigue, sostenida en un café de la calle Las Heras (donde, aunque a nadie le interese, comimos pastafrola) fue sucediendo el anocher de un viernes y hasta conseguimos escucharnos entre el ruido.
I – UN LONG-PLAY “VIEJO”
Pelo: ¿Qué opinás entonces de la reedición de ese long-play tuyo?
Moris: Mirá, indudablemente el tiempo pasa. Escuchándolo siento que el que canta es un tipo que en ese momento cantó lo que tenía que cantar, hizo lo que tenía que hacer. No es que piense que sea un disco viejo: tiene la validez de lo que fue hecho en ese momento. Pero claro, yo miro para atrás y escucho una voz que no es la mía, no existe más ese tipo. Lo escucho con cariño, con cierta melancolía en algunos momentos, quizás con alegría. En general no me gusta escuchar cosas pasadas: como dice la gente progresista: “Me gusta mirar hacia adelante!… Pero conozco a muchos que les gusta mucho el long-play; en “De nada sirve”, por ejemplo, se identifican con la neurosis de que está cargado ese tema. “Pienso que hoy cantaría todo de otra manera, y que lo que voy a cantar ahora va a ser de otra manera, de acuerdo con mi estado actual… Ese disco fue producto de un estado de ánimo y de una forma de pensar que ahora es algo diferente.
Pelo: Explicame concretamente la diferencia.’
Moris: Y, mirá… “De nada sirve” sigue siendo válida, es una canción desesperada como puedo estarlo yo o cualquiera; cualquiera puede seguir siendo “El Oso” y también es muy válida «Escúchame entre el uido”. Que yo no las compondría ahora no les quita belleza, si la tienen, o potencia. Pero el motor que me llevó a mí a cantar eso Quizás ya no es el mismo que me lleva ahora a cantar otras cosas.
“Y ojo que no estoy hablando de «madurez”, “reflexión” o “equilibrio”, sino de otra- forma, de otra mañéra de estar frente a la música. No: digo que ahora yo sea, o no, más coherente ¿con qué patrón se juzga lo que es coherente?), más responsable o más sereno. El punto es que voy a hacer otra cosa, que no sé cómo va a sonar…
II – EL TIEMPO
“Y todo esto tiene que ver con el tiempo.
“En todo este periodo de inactividad tomé conciencia del tiempo: el tiempo cambia tu temperamento, tu humor, tu actividad. Puede ser que antes yo cantara de una forma profética, más inmaculada, como a quien crítica un poco sintiéndose libre de la crítica, como planeano por scbre las cosas. Ahora soy más impuro. Formo parte de las cosas. A lo mejor antes estaba más afuera de las cosas y ahora más adentro. Es un punto importante. Un tipo una vez me dijo una cosa: que lo que uno hace todos los días es lo que uno es. No puede ser que un tipo no haga nada en todo el día, o se aburra, y después quiera transmitir cosas muy poéticas, o sutiles, o revolucionarias, Uno no es un tipo etéreo, un espíritu que vaga por la tierra.
Pelo: Y ahora está más unido lo que vos querés transmitir con lo que sos.
Moris: Si. Va a estar mucho más cercano lo que quiero transmitir, lo: que quiero expresar, de lo que vivo. Pero no hablemos de un cambio, en el sentido de que yo haya pasado de hacer canciones Ge protesta a hacer canciones más simples. De todas maneras no quisiera explicarlo demasiado ahora, con palabras, el asunto se puede hacer muy rígido. Se va a ver bien cuando salga el nuevo long-play.
“Pasaba así: como en general reina un clima de confusión, yo notaba que la gente venía a escuchar mis recitales para que les aclarara las cosas, les indicara la posta, la verdad. Yo sacaba como fotografías de la realidad en forma muy analítica. en mis canciones, o algunos sentían que había un tipo lúcido detrás. Entonces me venian a ver al terminar el recital, querian saber cómo vivia porque a lo mejor querían copiar mi vida, a lo mejor yo tenía la posta para resolver todos los problemas, para ser poderoso, tener mil minas, hacer canciones de protesta y no laburar. por ejemplo, para la felicidad. Me venían a ver como si tuviera una lámpara especial para alumbrar las cosas. Yo ahora no tengo más la actitud de omnipotente de esa época, pero podés agregar que si alguno cree que estoy en modesto que se vaya al carajo. Estoy nada más que tanteando mi camino. Y si dentro de cuatro meses descubro que tengo otras cosas que decir las voy a decir en forma muy agresiva o contundente.”
“De repente en este periodo de inactividad capté la fragilidad de las cosas: se puede cambiar. de opinión, contraecirse, ir para adelante y para atrás, sufrir altibajos. Pero ojo: quiero que esto no se convierta en una especie de psicología de mi música. Yo estoy nada más que grabando un long-play, por editar un libro y haciendo mis cosas: como un mono que busca su alimento”.
III – UNA ACLARACION NECESARIA
Moris trató de mostrar todo el tiempo durante la charla, los limites de las palabras de esa charla. Y como un poeta merece que se lo juzgue por sus mejores poemas, Moris merece que se lo escuche hacer música, si se quiere recibir noticias suyas. En todo caso, la charla y las letras o poemas que transcribimos deben funcionar como aproximación a su música, o deben llevar a escuchar por ejemplo “Busco un amigo” (el último tema) o el entrañable rockcito compuesto en el año ’66 en la Perla del Once: «A veces estoy cansado”. Asi se podrá ver cómo en definitiva toos los cambios resultaron en favor de da persistencia de la línea muy propia de Moris [donde también, y entre otras muchas codas, se pueden escuchar ecos felices y lejanos de «contemporáneos y ex-con-. temporáneos como Litto y Tango), que es, justamente, su propia forma. de producir belleza.
