Miss Bolivia editó «Miau» el año pasado, su segundo disco de estudio. Pariciparon como invitados Leo García, Mimi Maura y Pocho La Pantera. Con una base más cumbiera que en «Alhaja», mantiene su estirpe de fusión y de incorporación de diferentes sonidos. Con letras contestatarias, logra una mezcla perfecta entre ritmos bailables y canciones con contenido.
Paz Ferreyra, así es su nombre real, mantiene los pies sobre la tierra. Es cauta y va dando pequeños pasos de progresos. Luego de llenar Matienzo se animó a un Niceto junto a sus amigas Las Taradas. Con localidades agotadas algunos días antes, piensa en nuevas alternativas, pero va despacio. No se la cree. «Vamos viendo de a poco. Vamos tratando de estar acordes a las cosas que van pasando sin desfasarnos de la realidad», sentencia Paz.
¿Cómo vivís esta etapa de crecimiento?
Estoy muy contenta y muy agradecida, sobre todo. Siento que esta recepción y este aguante responden a un laburo que venimos haciendo, de crecimiento en lo musical y en lo personal. Y eso va acompañado por el aguante de la gente. Es como un círculo vicioso bueno: nada de esto sería sin los otros. Si bien las canciones nacen de una necesidad personal, sin ese aguante nada de esto sería posible.
¿Cómo es la recepción de la fusión en los diferentes ambientes?
En un principio era mucho más jodido, porque yo no estaba fusionando tanto. Ir a lugares de rap y tocar cumbia era sacrílego. Y en la cumbia también. Los cumbieros están acostumbrados a su mantra que es el güiro y si le tirás otra cosa no les gusta tanto. Apertura hay. Fue bastante duro al principio, hubo que remar en aguas sólidas. Yo creo que ahora es un fenómeno cultural, la flexibilidad en la escucha. Hay mucha mayor receptividad a las letras de un tema. No es su palo, pero lo que estamos diciendo quizás es su espíritu. Creo que estamos pudiendo trascender barreras rígidas que son expulsivas y excluyentes. Eso me pone orgullosa de la gente con la que comparto escena.
¿Cómo fue la participación de Leo García y Mimi Maura en «Miau»?
La invitación partió de la admiración. De todos los invitados del disco son fan. Así es como invito a la gente. Cuando a mí me gusta algo, quiero compartir en el plano musical. Con los dos me pasó eso. Y que aceptaran participar e interpretar lo que yo había escrito para ellos, para mí fue de suma generosidad. Estos son artistas de una suma trayectoria, que me representan.
¿Cuánto hay de la Paz psicóloga en Miss Bolivia?
Hace un par de años que me propuse dejarla en el ataúd por un tiempo. Por un lado, desarrollé una capacidad de escaneo y sacadas de perfil de las personas, que a veces me generan estrés. Después, a la hora de componer y en lo que son los shows en vivo, yo lo asocio a la psicología pero de corte comunitario. Siento que la música, con un contenido y con los ritmos que generen algo en la biología de las personas, genera sanación, en distintas frecuencia, en distintos planos. Eso es salud colectiva. Y es preventiva, porque una sociedad conectada con el arte, la música, la naturaleza y el baile entre todos genera mucha más resistencia.
Foto: Julieta Saavedra