Esta es otra nota a los cantantes compositores de una nueva generación que está otorgando una nueva posibilidad expresiva a la música popular. Esta vez, Miguel Krochik, probablemente el más definido baladista desde los tiempos de Miguel Abuelo.
La aparición de un cantante solista. y como Miguel Krochik en los escenarios destinados a la música progresiva, es una de las más clarás señales de que un movimiento de profunda renovación y evolución está ocurriendo en el seño de la música popular. Antes, esto es apenas un año atrás, era casi ilógico que un grupo y más aún un solista subiera a un escenario para hacer algo que no fuera rock o blues netos. Una mayor información en el público, la búsqueda de nuevos sonidos y ritmos, sumados a la presión de artistas que querían dar su mensaje sin enrolamientos produjeron durante la presente temporada un nuevo fenómeno dentro de la música progresiva: los autores y solistas (no así ; grupos) totalmente independizados de las corrientes más fuertes de la música popular: el rock y el blues.
Apareció entonces Gabriela, con su estilo básicamente folk aunque por momentos se inclina al rock, el duo Miguel y Eugenio dio decididamente un paso importante dentro de una línea folk mezclada con nuestras músicas urbanas, León Gliecco está tratando de preocuparse por las raíces folklóricas argentinas y Miguel Krochik trata de utilizar los ritmos modernos que lo rodean cotidianamente con serios estudios. de múslca-clásica y de los folklores latino americanos.
Hace apenas un año, Krochik estaba programado para un recital en el colegio Copello de Devoto. Ese mismo día actuaba Árco bis. El subió primero y cantó sus canciones: “Los chicos de Árco lris —cuenta— que estaban preparándose detuvieron su trabajo para escucharme. Después que ellos hicieron su actuación estuvimos conversa» do mucho tiempo y me invitaron al estudio dónde ellos suelen estar. Allí conversamos más en profundo y se ofrecieron para ayudarme. Allí grabó mi primera cinta de prueba y fui plasmando mi camino profesionalmente. Más tarde pude relacionarme con Los Barrocos y algunos otros grupos y di varios recitales hasta que actué en el Acusticazo”.
Miguel Krochik es poseedor de un estilo y un tono de voz que, si bien le da una variedad tonal y le permite segulr un camino realmente independiente, muchos creyeron en un primer momento que era un continuador de una forma de cantar inaugurada por Gustavo Santaolalla, de Arco Iris. Esas asociaciones seguramente se disipan para quienes tienen oportunidad de tener una segunda audición de sus . canciones: tan íntimas y dulces a veces como «Guilmar”, contenida en el álbum “Acusticazo») o realmente críticas como “Prisionero de Guerra”, un tema donde la fuerza aflora más allá de su estilo suave y por momentos candoroso.
Krochik es realmente un estudioso de su instrumento y de la música folklórica a la que le asigna vital importancia en el desarrollo de la música popular en la Argentina. No sólo por edad, 18 años, Miguel está Inmerso en la nueva generación de músicos argentinos; su identificación con las raíces telúricas, su dedicación al estudio (serlo) de las posibilidades de la música y una idea bastante clarificada del rol que debe cumplir la música popular como Integrante de un cambio y la posición que debe adoptar. A dentro de ella el músico como mensa jero comunicante de toda una generación.