El segundo material de Matías Olivastri fue grabado, mezclado y masterizado entre octubre del 2017 y noviembre de 2018 junto a Hernán De Michelli en Sonórico Estudio.
Matías Olivastri es un cantante, compositor e intérprete oriundo de la ciudad de Lobos que, después de participar en diversos proyectos musicales, decide lanzar en 2016 su primer trabajo solista, «Sendero desconocido». Este material incluye diez canciones de carácter más espiritual y abstracto.
Actualmente se encuentra presentando «Fuera del área de cobertura». Un cosmos de melodías y temas de los que se desprenden sus dos primeros cortes: «Nuevo cielo», lanzado en diciembre de 2017; y «La mística del poder carey», en mayo de 2018. Estos mismos son reversionados e incluidos en el último disco.
La propuesta viaja con su MAPA desde las artes plásticas hacia lo sónico con guitarras acústicas, looperas, teclados y sintetizadores. De esta manera, recorre sus paisajes con la métrica del pop-rock. A la vez que simpatiza con el ambient y lo experimental.
En el vivo convive tanto con lo lúdico, como lo improvisado y espontáneo. A su vez, los invitados y espectadores se ven rodeados de paisajes escenográficos, pinturas y visuales. En varias oportunidades lo acompañan Francisco Quintana en bajo; Juan Ignacio Leiva y Hernan de Michelli en Guitarra; Gustavo Minian (Mingus) y Hernán Dadamo en Samplers, electrónica y fx; Tomi Quevedo, Augusto Wybert, Maru Tome, Angie Frinchaboy en voces.
¿Cuáles fueron tus inicios musicales?
Tengo recuerdos de abstraerme mucho, de salir a caminar por el barrio y sentir la música. Creo que nunca dejé de tener esa relación, primero de escuchar y después de cantar arriba. También de escribir letras y ponerles melodías con un tecladito que en aquel entonces era de un tío.
Ya un poco más grande, a eso de los 16/17 años, empezamos con un amigo a tocar en bares y hacer canciones del estilo adolescente con el teclado y la batería. Un tiempo después armé una banda en la que nuevamente canté y toqué el teclado.
Me gusta hacer canciones e involucrarme en todos los instrumentos, sin encasillarme en un estilo particular. Se vuelve todo muy intuitivo y experimental. Para mi hacer música significa ampliar el horizonte. De repente puedo pasar de una chacarera al hip hop.
En un momento me junté con otro amigo a trabajar música electrónica y pasamos a estar sentados en una mesa con artefactos. Era todo más mental y aprendí mucho. Con eso armé de un set que decantó en lo que hoy es MAPA.
¿De qué tiempo y espacio estamos hablando?
En 2015 empecé de a poquito a grabar los temas del primer disco, que salió en 2016. Fuera del área de cobertura lo hice en Estudio Sonórico con Hernán De Michelli, que fue el técnico y también me ayudó a producir.
Empecé de forma esporádica y eso estuvo bueno porque le dio cierta frescura. Lo fui actualizando en la medida que se me iban ocurriendo ideas.
¿Notás una continuidad entre Sendero Desconocido y el que estás presentando ahora?
«Sendero Desconocido» es más espiritual y abstracto en algunas cosas, mientras que Fuera del área de cobertura radica en la postura de una manera más cruda y detallista, incluyendo a la ciudad y cuestiones más vitales. A su vez, tiene su cuota de humor. Cita como cierto lugar fuera del alcance de un ojo controlador, o de un espacio a temporal, que se termina sufriendo o padeciendo.
Si bien dijiste que no te centrás en un estilo particular ¿Cuáles serían los pilares que construyen Fuera del área de cobertura?
Es pop electrónico, con bases de rock y una cuota experimental psicodélica de los 80´s y 90´s. Soy abierto y la verdad es que recorro bastantes lugares.
¿El público también es variado?
En su mayoría es gente joven, pero he tenido apreciaciones de todas las edades y es agradable también. Como que hay un lugar intenso en los temas que van bastante al choque y, por otro lado, hay espacios agradables.
¿Qué buscás dejarle a la gente?
En principio busco ampliar el horizonte musical, al menos en mí. Necesito generar los sonidos y luego compartir ese viaje con los demás. De alguna manera es luchar y militar por la música sin ningún estandarte. Algo más real, en el sentido energético, que está sonando en el aire y ni siquiera sos consciente de qué te sucede. Compartir una vibración y encontrarme a través de eso con la gente.