El viaje que originalmente Leon Gieco haría a Colombia se transformó en un largo viaje por varios países de América Latina, cuya culminación se producirá en Los Angeles, Estados Unidos, después de casi un año. Por lo tanto, Gieco emigrará por mucho tiempo. Su intención también es crecer, formar un estilo más amplio, y entregar sus canciones a públicos diferentes, a la vez que hacer conocer el movimiento de rock nacional y tomar contacto con los demás paises que recorrerá, Este es el último revortaje que Lcon Gieco concedió antes de su partida hacia la búsqueda de otras.
Vino del campo a conocer la ciudad, y terminó cantando para el Luna Park lleno. Hizo simples canciones porque él es una persona simple, hizo letras claras para que pudieran comprenderlo. Ahora Leon Gieco se va a recorrer Latinoamérica para tratar de extraer de su historia el sentimiento vital, común, de los que comparten la música de un continente. Viajará por Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador, Costa Rica, México y Estados Unidos, estableciéndose, posiblemente, en algunos de esos países por algunos meses, La entrevista que sigue se convirtió en una despedida, en la explicación del compositor de su propia música, en un balance de todos los años vividos en Argentina.
Gieco: «Desde setiembre está cada vez más cercana la posibilidad de irme del pais. Primero porque gané algunos pesos en este carnaval, y segundo porque cuento con el anoyo de la grabadora. Una de las ayudas más importantes es la de un representante de la Warner Bros, en Los Angeles, Phil Rose, que estuvo en Buenos Aires a principios de febrero. El se interesó solamente por el material de «La historia del tango» y de Leon Gieco. Cuando este señor estuvo dejó encargada a la gente de la compañta en la Argentina para que le mandara material al presidente de la Warner Bros en Los Angeles. Como sabe la gente, en Ecuador está editando un álbum (lo que es la primera vez que ocurre), en Colombia fueron lanzados tres long plays, y en el último festival de la Juventud en Olavarría me encontré con un portorriqueño que me informó que hay tres álbumes editados en su país. En México está editada «La Navidad de Luis». Esos hechos son positivos en la medida en que me obligan a acompañarlos con una gira que voy a hacer ahora por Lima (Perú), Bogotá (Colombia), Caracas (Venezuela), Quito (Ecuador), Costa Rica, Puerto Rico, México y Los Angeles (Estados Unidos). El pasaje dura un año, incluyendo el regreso, Pienso que una manera de ayudar a la salida de mis álbumes en el exterior, además de hablar directamente con el presidente de la Warner Bros en Los Angeles, es viajando. No sé qué es lo que va a pasar. Mis intenciones son hacer recitales y actuaciones por televisión; esto último va a ocurrir en Colombia y Ecuador.
Voy a ir a la grabadora de cada país, y les voy a proponer editar mi material. Por ejemplo, en México pienso decirles que me quedaría ahí durante tres o cuatro meses haciendo recitales y conociendo músicos para tratar de grabar. Todo es un plan mental. Creo que se va a realizar porque hay buenas posibilidades y cosas ya asentadas. Además, mis ganas de viajar también se deben a que siempre me intrigó la música que pueden estar haciendo los conjuntos latinoamericanos. Quiero conectarme con músicos de la línea rock de Latinoamérica. Este es uno de los motivos principales de mis deseos de viajar. Mi idea también es la de mandar material de los grupos de esos países. Este viaje no lo considero un riesgo. Me siento tan seguro como la vez que, estando en mi puebio (Canada Rosquín, Santa Fe) cuando tenía quince años, vi actuar a Cafrune y me dije que alguna vez iba a ser tán conocido vomo él. Después me dije, cuando tenia diecisiete años y tocaba temas de Manal, Los Gatos y Almendra, que sería fenómeno actuar alguna vez con Litto Nebbia, y a los dos años y medio que me plantee eso estaba tocando con él en los recitales del teatro Luz y Fuerza. La mismo me pasó con Arco Iris y con toda la gente que conocí. «Estoy haciendo una especie de balance y análisis regresivo. Pienso que cuando parta de Ezeiza, rumbo a todos esos paises, voy a comenzar una etapa totalmente distinta. Siempre he sentido necesario cambiar rotundamente de etapa, cada cinco años de mi vida. Asi como un día me fui de mi pueblo en un tren —y recuerdo cuando mis viejos me saludaban—, asi me voy a ir de acá. Pero ahora va a ser más fácil, porque antes me venía totalmente a la deriva, a un lugar que nunca había visto en mi vida, que cuando llegué a Retiro, medio me asusté. Seguramente cuando llegue a Nueva York me voy a asustar también, pero ahora soy más grande, estoy más seguro. Esta etapa va a ser totalmente nueva, voy a componer temas nuevos, con otra ideolégía musical y, quizás, literaria: voy a conocer a otra gente. Es lo mismo que me pasó cuando me fui de mi pueblo, aquí tengo a mis amigos y con este viaje voy a desaparecer por año y medio; eso por un lado viene bien y, por otro lado, te queda el recuerdo de todos tus amigos. Pero esto no va a ser una cosa defintiva; es distinto de lo que me pasó con mi pueblo, porque ahí no podía volver más.
«Para intentar todo esto me baso, pura y exclusivamente, en que aquí a la gente le gusta lo que hago: los long plays se venden, hay respuesta del público, ellos me quieren y yo los quiero. Este país es uno de los más cultos de Latinoamérica, aquí la gente es muy pretensiosa; o le gusta o no le gusta. En estos dos últimos años mi popularidad creció un montón, y no sé muy bien por qué. La gente valoró más mis temas.
Son consciente de que quiero influirme por una música más original, no en la parte literaria, con la que estoy conforme, sino en lo musical, donde tengo mis dudas con respecto a mis influencias. Volando por los países latinoamericanos voy a absorber más las raices latinas.
«Por más que esté mal el movimiento ahora, aunque no actuemos por televisión ni por radio, creo en el peso del movimiento. Un movimiento engendra la historia, que es redactada en libros o revistas; eso va quedando, se carga a las mentes de las personas. Este es uno de los pocos lugares del mundo donde hay un movimiento especifido de rock; ni Francia lo tiene. La gente tiene necesidad de expresarse; por eso apoya a los grupos rock, aunque vengan grupos del extranjero. Dentro de una perspectiva personal, pienso que Argentina va a ser muy importante en el plano internacional dentro de cuatro o cinco años. Hay una especie de déficit en esa parte de la cultura en Estados Unidos, pero creo que ellos se están volcando hacia grupos nuevos que le crean expectativas nuevas a la gente.
«La cuota de carisma es importante, pero no la separo de mi actitud para hacer música o escribir letras. Nunca me planteé que iba a tocar para tanta gente, pero ahora para mí es normal. Ese carisma sobre el escenario es tan importante como las letras que cantás. Por ejemplo, con las letras que canto no puedo tirarme al suelo. Aqui otros que tienen mucho carisma son Charly (García), Moro tocando la batería, Nito (Mestre), Spinetta. Y dentro de la historia del rock hubo músicos que tuvieron carisma, que algunos perdieron por la falta de ayuda de la grabadora, para darte un ejemplo.
«Cuando uno es famoso, y actúa para muchas personas, cree que nunca va a perder todo eso. Hay que hacer un trabajo para no perder esa popularidad. No es subir a tocar para quince mil personas, sino mantenerse tocando para qunce mil personas. Ese es el trabajo más importante del músico, es decir: ser una persona valorada por los temas que uno hace. Pienso que ésto se lo plantean no sólo los músicos argentinos sino de todas partes de! mundo. Se lo debe estar planteando Joe Cocker, y también se lo plantea Stephen Stills, en su último álbum, donde en una de sus letras dice: «Hace mucho tiempo me iba a ver mucha gente, llenaba muchos estadios, y ahora que no tengo nada de eso, le doy valor a lo que era antes. Quien ahora sólo me da aliciente es mi mujer.» Lo importante para un músico es hacer una música universal, para mucha gente. De esa manera, un músico puede aspirar a seguir tocando para mucha cantidad de gente. Hasta el momento no me planteé esa decadencia; ojalá nunca escriba canciones sobre eso porque son un poco tristes, como dice Stills, Hay gente que tocó para mucha gente cuando era joven y lo sigue haciendo, como Atahualpa Yupanqui. A mi me gustaría ser como él, seguir su camino. Yupanqui debe tener más de sesenta y cinco años, y estoy seguro de que habria muchos chicos de quince o dieciséis años que irían a verlo. Abarca muchas generaciones, como también es el caso de Mercedes Sosa. Quizás nosotros seamos los futuros folkloristas, pero partiendo de una cultura nueva, la cultura rock.
«Soy fundamentalmente un solista, aungue pueda compartir con otros músicos, porque la canción siempre va a existir, los pueblos siempre van a necesitar de la canción para comunicarse. Yo nunca fui demasiado elaborado musicalmente, por eso hago música simple; tampoco soy un tipo culto y por eso mi música no es demasiado culta.
«A mi todavía me encanta cantar «Hombres de hierro». Soy de los que piensan que las canciones se hacen para toda la vida. No tengo la mentalidad de algunos músicos de este país que hacen una canción famosa, y después hacen como que superaron esa etapa. Yo no tengo etapas para superar; las supero en la medida en que las acumulo. Me interesa ahora cantar «Hombres…» como la primera vez, cuando la hice para la película «Hasta que se ponga el sol». Quiero aclararle a un montón de gente que las canciones que vos componés, si son verdaderas, las querés para toda la vida. Sería fenómeno que alguna vez Luis Alberto (Spinetta) cante «Muchacha». Todos nos manejamos por recuerdos, que son muy importantes. Dentro de mis temas, me interesa volver a cantar «La Navidad de Luis», y en México lo voy a hacer con algún conjunto que forme. Mi pasado personal es glorioso. Si ahora tengo tantas ganas de vivir, inclusive por el viaje que voy a hacer, es porque mi pasado lo tengo muy presente.»