Según la revista Rock Salta, con su anterior disco se convirtieron en los «Pink Floyd de la Puna»; halago que defienden en su nuevo y tercer material, «Arpay».
«Creo que LaForma pudo evolucionar desde su primer trabajo, ‘Munición de Rock & Roll’ (2009), y proponerse exploraciones que condensan desde el rock distintas expresiones musicales –señala Horacio Ligoule, voz y guitarra del conjunto salteño–. ‘Arpay’ logra ser una unidad, un todo que cierra bastante bien. Hay mucha diferencia con los discos anteriores en ese punto, pero también en el hecho de hacer las tomas en directo, en una búsqueda sonora que para todos estaba más clara y presente durante todo el proceso«.
El flamante tercer larga duración de LaForma se grabó en su totalidad en directo, toda la banda en el estudio, con el fin de transmitir esa química, esa comunicación especial del conjunto en vivo. Al respecto, su voz cantante agrega: «Con tomas que seguramente no fueron perfectas, pero que a lo mejor tienen un plus, algo más para el que quiera y pueda escuchar con más atención. También por eso decidimos no tener músicos invitados como en el álbum anterior, y que se escuche a la banda pura por así decir. La mezcla y re mezcla se trabajaron con el mismo espíritu, y a la hora de masterizar, le pedimos a Mario Breuer que se cuidara todo eso«.
Si en su segunda placa, «Vamos» (2010), el conjunto reflejaba el viajar por paisajes americanos que parecían muy distintos entre sí, pero guardaban un fuerte parentesco, en su sucesor buscaron enfocarse en un horizonte más local, sin perder su identidad y un estilo reconocible en cada canción.
«‘Arpay’ es una voz originaria que refiere al acto de ofrendar –explica sobre el origen del título-. Cuando hace casi tres años empezamos a proyectar este disco, nos propusimos trabajar a partir de un concepto sobre el que pivotearan las composiciones, la lírica y los arreglos. Veníamos de un álbum que fue importante para nosotros y del que nos costaba despegarnos para encarar algo nuevo. Lo conseguimos a partir de pensarnos y conectar nuestro hacer con el concepto de tierra, y a medida que se fue desarrollando maduró en esta idea-necesidad de hacer nuestra particular ofrenda a esta tierra, a este espacio simbólico que se podría ubicar en el norte del sur«.
Además de su frontman, el conjunto salteño nacido en 2002 se completa con Cristian Gana (guitarra), Gonzalo Delgado (bajo) y Rodrigo Martín Troyano (batería).
«Es el primer disco que editamos con una gráfica realizada por profesionales que hicieron un gran laburo y que se masterizó y duplicó también profesionalmente. Y supongo que nosotros crecimos un poco como intérpretes desde y a partir de los trabajos anteriores«, reconoce Ligoule y afirma que llevar su música al resto del país es un desafío difícil de alcanzar: «Más allá de la Internet, si una producción musical no cabe en la lógica de mercado y no tiene una mínima difusión, te quedás prácticamente en el boca a boca. Y la verdad es que para muchas bandas como LaForma, una mayor difusión y una mejor distribución están fuera de alcance«.
Tanto en Salta como en otras provincias, algunas bandas se separan tempranamente al ver que el camino es muy dificultoso.
Por ahí, la continuidad en el tiempo de un grupo, tratando de hacer su propia música, dependa de qué expectativas tenga. La verdad es que la distancia entre la fantasía de ser un «rockstar» de un día para el otro, rodeado de minitas y que te pasen todo el tiempo en la radio, y la realidad de trabajar muchísimo y recibir poco, puede voltear a cualquiera. Pienso que nosotros logramos construir un buen grupo humano, privilegiar lo creativo, abrir un espacio de libertad artística y, sobre todo, no creernos el chamuyo de las lucecitas de colores y las baratijas… que nunca vimos.
