Un día en 1967 Javier Martínez apareció «diciendo: «Encontré un vidlero que mata y le gustan-los blues». Era una época en que no había muchos vieleros, y no menos aún eran los que se copaban realmente con su instrumento. Los músicos jóvenes tocaban cosas de los: Beatles o Los Rolling, y había sólo dos o tres tipos que componían en castellano. Y apareció este Claudio Gabis, pelito corto y pinta de estudiante universitario, con sus-montañas de discos de Bloomfield, B.B. King, Dylan. Un tipo con tina intensidad increíble en la manera de sentir las cosas a través de su Repiso.
Claudio debutó discográficamente en el simple de Los Abuelos de la Nada: Diana Divaga. Después, con Javier y Alejandro Medina formaron Manal, un trío que todavia puede servir de inspiración a la bueña música argentina. Manal tuvo su apogeo glorioso y su decadencia (que encarnó la decadencia de toda una época del rock nacional).
Gabis pasó a tocar con La Pesada del Rock and Roll; extraña mescolanza de talentos musicales y exhibiciónismo barato, cuya consecuencia directa en el tiempo, «La Biblia», también lo tuvo metiendo sus dedos ágiles y su inteligencia asombrosamente clara. Hizo dos long plays solistas que definen su estilo personal de hace cuatro años, tocó sitara y ragas hindúes en la guitarra; trabajó y vivió en Brasil, grabó con Ney Matogrosso un álbum casi perfecto, reunió varios grupos con músicos brasileros, y finalmente, viajó a Berklee para estudiar durante un año.
De paso por Buenos Aires y rumbo a Brasil, donde lo espera su nuevo grupo, Index, Claudio charló con Mordisco dúrante toda una mañana, con la parla fácil que lo caracteriza definiendo el ambiente de la época de Mánal, a actuálidad musical norteamericana, sus estudios en Berklee y algunas cosas más.
MANAL
Javier tocaba la batería en el supercomercial grupo de Gastón (era la primera vez que laburaba como músico, y no le duró mucho), y yo tenía un Conjunto que tocaba temas psicodélicos en inglés. Una vez en el Instituto Di Tella, se armó un espectáculo que se llamaba «Be at Beat Beatles» y en un costado del escenario toca-. ban ellos y del otro nosotros. Así nos conocimos con Javier. Enseguida nos dedicamos a hablar horas sobre música, tomando cerveza con maní en los bares de Plaza Lezica. Allí descubrimos que teníamos dos gustos en común: el blues y el jazz.
Esas largas conversaciones eran el caldo del cual sacábamos los temas que después Manal tocó. Y se trataba de darle mucha importancia a lo humano dentro de la música, queríamos decir cosas. Porque en esa época había mucha gente diciendo cosas: Dylan, los Beatles… Poder llegar a un escenario o a un medio de difusión a decir cosas era algo muy importante.
El ingrediente más importante que había en esa época era A entusiasmo ligado a un enfoque de la vida, a una manera de ver las cosas. Hoy en día es difícil juzgarlo, porque todo es muy distinto y porque tenemos más años. Uno estaba convencidísimo de que la música sirve para ampliar los horizontes mentales, hacer soplar nuevos vientos en la imaginación. Es decir, que a través de una letra, un sonido, una actitud, uno podía mostrar una forma diferente de vida. Todo eso, por supuesto, conducía a un esclarecimiento, a una especie de iluminación. Estábamos entusiasmados con eso. No era una cuestión mística, una cosa cotidiana, vital. Estábamos dedicados a una gimnasia mental, estimulada por larguísimas caminatas y conversaciones.
Cuando Manal tomó forma, hubo que adaptar, nuestro: ritmo de vida a las condiciones de trabajo: horarios, preocupación por el producto (la música) que estabamos haciendo, etc.
Entonces te convertís en un comerciante, en un tipo que saca su producto a la venta. Ahí es cuando tenés que conservarie sano, haciendo esá cosa cóncreta que es tu producto pero sin que se te suba a la cabeza. Que no te absorba más ganar dinero que hacer una buena letra. Porque la cosa te come rápido. De pronto, dejás de sentirte angustiado, y te sentís demasiado cómodo. Hay tipos que consiguen seguir bien toda su vida, haciendo su música y ganando fama y dinero con ella, pero sin abandonar ni la profundidad ni la calidad. Hay otros a los que el negocio del «showbussiness» se los traga completamente.
EL PUBLICO Y EL MUSICO
El artista es un especialista, que tiene que estar al día con su arte, tiene que estar ligado a lo que pasa, y por eso está constantemente cambiando. No es como el público, que no es especialista en nada. El público asume un estilo, una onda, y la gasta a lo largo de 4 ó 5 años. No puede hacer algo nuevo cada día. En cambio el artista tiene que exigirse eso, porque vive de eso y todo el tiempo tiene que salir con algo nuevo. No puede parar de cambiar.
El chico que antes tenía once años ahora tiene quince y toca la viola mejor que yo. Uno tiene que mantenerse en ese tren. El público no. El público no tiene ese tipo de obligaciones. Entonces hay que conseguir un balance muy dificil entre ese producto que vos vas elaborando como especialista y profesional, y lo que le va pasando al público. Existe el artista batata y chanta que está solamente pendiente de hacia donde tira el público y el que mantiene ese equilibrio.
Por el solo hecho de ser especialista en música, vos tenés que estar más informado, más avanzado que el público. Tenés que seguir tu trabajo diario de investigación, los discos que escuchás, la música que aparece en tu cabeza, tu diálogo con el universo y todas esas cosas que te mantienen creando permanentemente, y al mismo tiempo, escuchar el sonido del público.
Para ser artista tenés que tener sustentación interior. Algo que te permite soportar las idas y venidas de la historia de un tipo, las épocas de triunfo o de fracaso, el respeto o el rechazo del público, etc. Si sos «idolo» tenés que cumplir, porque la gente está esperando cosas de vos.
MUSICA ARGENTINA
En una época yo decía que quería ser sólo un guitarrista de blues y rock and roll. Hoy no lo digo más. Si hay músicos que todavía quieren quedarse encerrados en eso, está bien.
Es cada vez más raro encontrarse con otros tipos con los que puedas formar algo más que un conjunto musical. Algo que tenga una filosofía en común. Ni Alejandro, ni Javier ni yo hemos vuelto a formar parte de grupos en los que además de la unidad musical hubiera esa cosa indefinible que le da otra dimensión a lo que hacés.
La inclusión de bandoneones gn el rock no me terminó de gustar hasta ahora. Es válido y real, porque todos llevamos un tango adentro (risas), pero es recién un germen. Hay que esperar a ver que pasa. Los Jaivas, son chilenos y están haciendo su música, lo mismo que podría hacer un conjunto de Salta o Tucumán. En Buenos Aires, eso es un poco artificioso. Después salen esas cosas tipo «folk-beat» (más risas) que son muy extrañas.
El panorama musical argentino lo veo muy desapasionado, sin-pasión. Hacen falta tipos jóvenes, que toquen otra música. He encontrado amigos míos que -están haciendo cosas sin valor. Tienen que actualizarse. ¡Tienen que apasionarse!
LA MUSICA EN EL MUNDO
La situación actual del mundo en términos musicales es como la de hace diez años. Existe un movimiento de Jazz-Rock, como en aquella época Bloomfield y compañía, pero lo que se consume masivamente es pésimo. Es por eso que Bob Dylan tiene cabida nuevamente. Hace falta gente que diga cosas, En cuanto a las ideas, a las cosas que conducen a una generación, la nueva generación está igual que entonces: sin nada. Por eso Dylan vuelve a hablar. Los grupos ingleses son los únicos que tienen algo que ver.
Hay una diferencia terrible entre los grupos de rock norteamericanos actuales y los ingleses. Los norteamericanos son muy chantas, no aportan nada. No estoy hablando del JazzRock, sino de todo lo demás. Estoy tefiriéndome al rock and roll: Queen, Aerosmith, etc. En Estados Unidos hay una división muy definida: el jazz rock o el rock cuadrado. Los grupos ingleses tienen de todo: un poco de música clásica, un poco de folklore europeo, un poco de jazz, algo de Stockhausen, Beatles, etc. De todas maneras, en los últimos cinco años no hubo nada nuevo bajo el sol en el campo del rock. La apertura vino porque se sumó otra música, el jazz, que tiene un mensaje de libertad. A medida que voy evolucionando como músico voy descubriendo que hay demasiadas repeticiones en el rock, que los músicos se manejan con elementos muy limitados.
Posteriormente se han ido incorporando otras músicas que ayudaron a sacar al rock de su estancamiento: la música brasilera, la clásica contemporánea, la salsa, la música tropical…
Musicalmente grupos como Return To Forever o Weather Report son muy superiores a los mejores grupos ingleses: Gentle Giant, Génesis, Yes. Pero los ingleses, en cuanto a show y en cuanto a contenido son mucho más completos y más apasionantes.
PUNK ROCK
El punk rock es como el punto final del rock americano. A esos tipos sólo le importa la imagen que tienen y que la música suene muy fuerte. Pero hay que esperar, porque los procesos se gestan de a poquito y aunque no tienen ningún signo de inteligencia, profundidad o lucidez actualmente, no se sabe en que pueden terminar.
BUENOS AIRES
De repente yo me sorprendo a veces yendo por determinados barrios de Buenos Aires y viendo las calles, los bares, los rincones, y escuchando en mi mente una música de jazz que ese lugar me inspira. En Estados Unidos también me pasó, escuchando sierto tipo de jazz de hace 20 años, recordar. las calles de «Buenos Aires con tanta fuerza comu sí: estuviera escuchando Piázzolla. Y «el -blués y el jazz que inspiraron ‘a Manal «tienen eso.
TIRO DE GRACIA
La mejor cosa que hizo Manal, la música para la película Tiro de Gracia, se perdió. Yo tenía una cinta y el director, Ricardo Becker, otra. Ambos las perdimos, Y es una pena, porque era muy bueno. Después nunca logramos esa altura musical. Originalmente la película se llamaba «Un día con tres soles» y participaron toda la gente que andaba en el circo de aquélla época.
LA PESADA, BRASIL, BERKLEE
La época de la Pesada fue un bajón general. Para mí fue interesante a nivel de trabajo. Yo grabé muchisimo. Creativamente fue una época muy intensa. Grabamos como 15 long plays. Y eso es una experiencia de estudio muy importante. Formábamos un grupo interesante y nos que: ríamos mucho. Estábamos todos los días 4 ó 5 horas en el estudio de grabación.
A la Pesada le faltó seriedad y composición. Llegó un punto en que sentimos que habíamos llegado ¿ un plafond y necesitábamos un cambio.
Hay tipos que con solo despestarse y decir «voy a cambiar» se renuevan totalmente. Otros necesitan que alguien venga y les diga: «Che flaco. ¿no estás aburrido: de hacer siempre lo mismo?». Hay ottós, como yo, que necesitan viájar, cambiar. de ambiente. Es un viejo método. Es algo típico de los artistas, los místicos y todos los que están buscando. Dejar los amigos: la familia, el pasado, el paisaje que te rodea siempre, para tencr nuevas experiencias, conocer otras gentes, hablar otros idiomas. Dejar de ser vos para volver a ser vos.
Yo sentí en ese momento que viajar era lo que andaba necesitando. Sentí que, musicalmente, lo que yo estaba tocando antes, había terminado.
Y asi fue que viajé a Brasil y me conecté con toda esa camada de extraordinarios creadores jóvenes que hay allá: Gilberto Gil, Gal Costa, Egberto Gismonti, Milton Nascimento, Ney Matogrosso, etc.
Con Ney Matogrosso trabajé un año y medio y grabé un long play. Y por otro lado formé una banda con uno de los músicos de Ney, un trompetista buenísimo. La banda se llamaba Macaha y fue mi primer conjunto de Jazz-Rock.
El trabajo con Ney fue muy interesante, porque todos los músicos que lo acompañan, son de primera. división, él es un tipo inteligente y el show que hace es descomunal.
En ese tiempo yo era muy conciente de la necesidad que tenía de estudiar. La gente me hablaba constantemente de Berklee . Y yo justo tenía un pasaje de ida a Estados Unidos. Así que me fui para allá, como si fuera de vuclta al colegio.
AGARRA LOS LIBROS, QUE NO MUERDEN
Berklee tiene unos dos mil y pico de alumnos, de los cuales la mitad son guitarristas. Y 850 de esos guitarristas son paquetes totales. Es un colegio privado, en el que entrás dando un exámen que decide en qué nivel te ponen. Hay como quince niveles diferentes. Un nivel va a paso de hombre, otro va en tren, otro va en avión, otro va en cohete, etc. Y vos podés pasar de un nivel a otro según tu capacidad.
Berklee en realidad es una Universalidad, un profesorado musical, y tiene como profesores a grandes músicos. Mi maestro de arreglos era Mike Gibbs, el arreglador del LP de Peter Gabriel, y de Apocalypse de la Mahavishnu. Al final tenés un título y un nivel profesional altísimo, Hay mil cursos, los métodos están totalmente actualizados y vos vivís en un ambiente totalmente musical.
Hay un grupo estable formado por los estudiantes, que toca lo que escriben otros alumnos. Cualquier cosa que a vos se te ocurra se lo podés dar para que lo toquen. Así todo el mundo practica. Es como un laboratorio. Yo, después de haber pasado por Berkles (a donde pienso volver) puedo seguir la partitura completa de una obra cualquiera, puedo arreglar, componer, escribir lo que haga falta. Y eso te abre el panorama en una forma increíble. Ahora necesito dos años para asimilar todo lo que aprendí y convertirlo en música. Porque todo lo demás depende de tu talento.
INDEX: SU NUEVO GRUPO
Tengo compromiso para bastante tiempo con el grupo Index, en Brasil. El grupo está formado por un tecladista, un saxo, bajo, guitarra y batería. La onda de Index es funky-jazzrock brasilero. Pero mi objetivo a largo plazo es volver a Berklee . porque estudiar música es algo apasionante que no termina nunca.
Fernado Basabru y Pipo Lernoud. Fotos: Uberto Sagramoso