A fines de julio Sancamaleón editó «Cancionero para niños sin fe», un trabajo de alto vuelo que tranquilamente podría ser uno de los discos del año.
Distorsión + sensibilidad + ritmo + energía + letras vibrantes – bajón = San Camaleón. El grupo integrado por media docena de músicos de San Telmo, Once y Flores brilla por muchos motivos: el cantante y principal compositor, Federico Cabral, maneja una vocalización clara y abierta, con fraseos muy expresivos; la percusión de Román Montanaro aporta candombe con certificado de sangre uruguaya; el trío de bajo, batería y guitarras (Diego Fernández, Nicolás Moauro y Diego Fares) camina cómodamente entre paredes de distorsión gordas o rítmicas bien bailables; el pianista, Patricio Pérez, remata con una cuota de elegancia. Cuando arrojan su talento a la coctelera obtienen canciones explosivas o armoniosas, pero siempre mestizas. Como referencia, se puede decir que estos muchachos de veinticinco años promedio están a mitad de camino entre Todos Tus Muertos y La Vela Puerca, pero con un interesante despliegue de elaboración genuina.
El reportaje con Román y Montanaro empieza en el Bar Británico y terminará enfrente, en un banco del Parque Lezama. Cuentan que antes de armar San Camaleón los músicos no se conocían pero no obstante «hay mucho cariño entre los integrantes. Somos seis novias» dice Román. A Federico le gusta la figura que representaban Los Abuelos de la Nada para Miguel Abuelo: «somos como una estrella de seis puntas, cada uno con una personalidad diferente pero buscando estar todos contentos a la vez». Se formaron hace cuatro años tirando para cinco, pero tocan en vivo hace tres. En sus inicios Zeta Bossio posó sus ojos sobre ellos y los incluyó en el Proyecto Under que dirigía el ex Soda para la multinacional Sony. «Puso un tema nuestro en un compilado, pero en realidad mucha relación nunca tuvimos con él. Esta todo bien, pero es otro palo», sigue Federico. Previamente a Cancionero… habían grabado dos EP´s (uno en la sala de ensayo y otro en vivo) con canciones que incluyeron en su primer disco.
Román: A «Cancionero…» lo empezamos a grabar hace más de un año, pero lo terminamos cuando juntamos la plata. Como no teníamos mucho dinero teníamos una mitad en Circo Beat, un estudio de alta complejidad, y otra parte en la computadora de nuestra casa. Compatibilizar eso fue un laburo importante. El otro día nos acordábamos de ese proceso y lo vemos como una etapa en la que estábamos muy complicados y a la vez ansiosos.
Federico: Fue un proceso muy quemador que nos va a quedar para siempre, pero los momentos buenos garpan todo eso. Ahora queremos tocarlo en todos lados.
¿Sienten que están saliendo del under?
Federico: Nosotros queremos que la banda crezca. No tenemos una compañía atrás y la música nuestra no suena en las radios, pero el disco llega por otro lado. El boca en boca es fundamental.
Román: En nuestros recitales hay un grupo chico de gente que son infaltables, pero siempre hay caras nuevas que se van renovando. Hay una mezcla de gente distinta que viene a vernos y la pasa bien.
¿En qué lugar hicieron los mejores recitales?
Román: En La Trastienda o Cemento; ahí vienen todos los que no podían desde hace un tiempo y se arma a full. En el Salón Pueyrredón también nos sentimos cómodos, pero ahora está clausurado el escenario y la banda lleva más público.
Federico: Al lugar más lejos que llegamos es Santa Rosa, La Pampa. Fuimos un par de veces para tocar al aire libre y otra vez fuimos a un boliche y explotó; nos aprecian mucho ahí. También hicimos un recital en el Borda, para la radio La Colifata; otra vez tocamos en el subte y la gente pogueaba… y siempre fantaseamos con la gira mágica y misteriosa recorriendo la Argentina en combi.
¿Hicieron la típica gira por la costa?
Román: Fuimos a Mar del Plata pero no en temporada. Ahora que tenemos el disco algo tiene que salir.
Sus videos son muy buenos: ganaron premios, hicieron ruido.
Federico: Si. Lo que tienen los videos de Juan (hermano del cantante) es que los filma con una camarita, los edita en la computadora y tienen cero gasto. Son cómo una marca de la banda, un sello nuestro. La gente espera que pase algo con los videos.
Román: El sentido que tienen para nosotros es que sirven para difundir las canciones mostrando otra cara de la banda. Llegan a gente que se queda achanchada en la casa mirando canales de cable.
Federico: Por lo de la polémica, el video de «Camino» en realidad era una gran metáfora de cosas con mucha actitud, pero no fue un mensaje vamos a matar a todos. Y está bueno que un tipo despreciable como Hadad nos tome como mini enemigos del día.
En sus letras tienen una carga social que es bastante evidente. Algunas de sus canciones las compusieron cerca del 20 de diciembre.
Federico: Si, «La venganza de la Pachamama» es una de ellas. Cómo que salieron bien crudas, con mucha bronca, pero no somos activistas políticos.
¿Qué es ser auténtico?
Federico: el otro día veíamos un DVD de Los Clash y los tipos eran Londres 79. Ser auténtico es usar todo lo que vos sos, el contexto y los límites como una herramienta con la que puedas emocionar. No es una cuestión de género.
¿Para qué hacen música?
Román: Para ser mejor ser humano. Para conectarme con un montón de cosas que me cambian la cabeza. La música me baja línea a la vida todo el tiempo.
Federico: Para disfrutar de los buenos momentos que tiene esto: ser feliz por un buen show justifica todo.
