Gabriela regresó a Buenos Aires luego de residir en San Francisco, ese legendario lugar donde se refugiaron gran parte de los sueños de amor que sacudieron la década del 60. De toda esa experiencia, y del reencuentro con la música de Buenos Aires y sus transformaciones, hablamos con ella en la nota que sigue.
E.I.: ¿Cómo te fuiste de aqui?
Gabriela: Me fui muy mal, con esa bronca que a veces se va acumulando a través de repetir situaciones parecidas que van deteniendo tu creatividad, tus ganas de vivir.
E.I.: ¿Eso cambió allá?
Gabriela: Sí, me ayudó mucho contaectarme con un ámbito más distendido. Allá es común que la gente se salude por la calle, que se muestre més abiertamente,
E.I.: Eso, ¿es común en EE.UU.?
Gabriela: No, creo que es un fenómeno típicamente californiano, probablemente porque residen muchos latinos, y es una zona semi-tropical.
— ¿Tiene que ver con el San Francisco de los viejos sueños?
—No, más bien es un débil reflejo de los tiempos del auge de ta paz y el amor. La realidad actual, en cambio, es bastante decadente, la gente más hermosa se fue yendo, desplazada por grupos de tipos muy destruidos que quedaron desubicados en la historia, que sólo vegetan esperando el final, Me contaron que hace algunos años todo el mundo hacía música por la calle, y se vivía tan feliz que no te querías ir nunca.
—Y con la música, ¿qué sucede?
—El negocio de la música de rock es tan importante como el de una industria de acero, El dinero que movilizan es impresionante, y quedan muy pocos músicos que no hayan sido atrapados por él.
—¿Quiénes quedan, por ejemplo?
—Algunos como Crosby, Still, Nash, O tipos de jazz de vanguardia, o algunos auténticos blueseros, Pocos pueden resistir la situación que se produce si llegás a ser aceptado por el público. Al perder el anonimato quedan aislados en grandes mansiones con rejas, perros guardianes -y circuitos cerrados de televisión, para evitar intrusos, Pierden por completo dominio sobre su obra, ya que son tantas las actuaciones y giras que es imposible mantener conciencia de lo que se está haciendo. Por ejemplo: una gira de seis meses por todo el país con actuación día por medio, con los hoteles y hoyarios escrupulosamente coordinados por tu manager.
—¿Es imposible hacer música sin un manager?
—Es absolutamente imposible, Ellos son los únicos que tienen los contactos como para que puedas hacer tu obra.
—Para contratarte, ¿te toman una prueba?
—No una, muchísimas pruebas. Por ejemplo, te hacen ir 20 veces en un mes, porque quieren estar seguros de que no es producto de un día briliante, y que al otro te desinflás.
—¿Cómo te las arreglaste para hacer música allá?
—Bueno, hice dos recitales importantes al aire libre, en un programa en que tocaba A. Guthrie, la hermana de Joan Baez, y otros músicos bastante conocidos por allí, Lo conseguí por intermedio del representante de Joan Baez, que es un buen tipo, pero de esos que ya la hicieron, que perdieron pasión, que ya todo les interesa poco, Al principio me parecía imposible, y me alegré muchísimo por la oportunidad que representaba, pero en uno de los recitales, luego de hacer cinco temes, el público me pedía otra, entonces se me acercó y me dijo al oido: «Canta mañanitas, o «Cielito lindo» «. Pensé: «Este tipo está loco», y no de hice caso, Luego, hablando con él, me dijo que le interesaba que apareciera con poncho y que cante en la onda de Mercedes Sosa. Yo le dije que muchas gracias y que mucho gusto en conocerlo, El problema de la residencia nos dificultaba mucho las cosas, pero cantaba en todas las oportunidades que podía, y seguía viendo representanteslUn día, me acuerdo,err] barazadafui a ver a uno con una pan za así de grande.
Pedían cantantes, Tuve que esperar entre minas super lindas, y cuando agarré la guitarra para dar la prueba, tuve que inclinarme, porque ya no alcanzaba bien para tocar, Entonces el tipo me dijo: «Canta muy lindo, pero por qué mo vuelve cuando ya, je, je…»», y ahí me di cuenta de que tenía que parar un poquito y dedicarme a esperar a mi hija.
—¿Cómo encontraste a Bs.As.?
—Me encontré con gente que me pareció haberla visto ayer, y otros que cambiaron tanto que es como si no los hubiera visto nunca,
—¿Y con respecto a lo musical?
—Hace poco tiempo que estoy, y tal vez no pueda apreciarlo demasiado claramente, pero me parece que existe entre los músicos más competencia que antes. Se ha perdido un poco de esa naturalidad de la cosa entre amigos, Pero, por otra parte, me sorprendió ver cómo proliferaron excelentes músicos de muy poca edad, y también me parece increíble que ahora se reúna tanta gente en los recitales.
—¿Qué pensás hacer en los meses que te quedés acá?
—Bueno, por un lado pienso grabar un disco acompañada por León Giecco en dos o tres temas, y otros con Raúl Porchetto. Y por otra parte, quisiera presentarme en público, aunque esto se hace un tanto difícil, ya que hubiera querido prescindir de representantes, pero, también a ese nivel las cosas han cambiado mucho, Organizar un recital en una sala no muy grande sale 100 millones de pesos. Es una lástima que también acá le sea casi imposible a un músico costearse sus presentaciones, Así que depende de lo que pueda arreglar en este tiempo. Espero que todo salga bien, Quiero volver a cantar aquí.
—¿Y cuando regreses a EE.UU…?
—Quisiera formar un grupo, Me interesaría encarar una experiencia musical colectiva con gente que se prenda en un viaje real en busca de una identidad musical. Algo que me parece ser cada vez más difícil, ya que si bien los grupos en general han evolucionado, también se han standarizado mucho en sus formas.
Pienso además, con Edelmiro, regresar periódicamente a Buenos Aires, Creo que viajar te ayuda a tomar mayor perspectiva de las transformaciones y tu ubicación en ellas,
Jorge Pistocchi
FOTOS: Pipo Lernoud
