El artista mendocino lanza su segundo disco después de una década. Grabado entre Mendoza, Buenos Aires y Dinamarca, el álbum combina piano, saxos y electrónica en diez canciones breves pero intensas.
La carrera de Puar comenzó en 2014 con El look de la pelea, un disco producido por Daniel Melero que, aunque pasó desapercibido en su momento, es considerado una joya oculta del pop argentino. Diez años después, el músico, poeta y artista plástico mendocino regresa con Flor roja, un álbum que retoma y expande el universo sonoro de su debut. Grabado entre Mendoza, Buenos Aires y Dinamarca, donde Puar estudia Arquitectura en la Universidad de Aarhus, este trabajo refleja su curiosidad inagotable y su sensibilidad única.
El disco está compuesto por diez canciones que no superan los tres minutos cada una, estructuradas en frases mínimas que se repiten y evolucionan. “Las canciones de este disco son un retrato de lo que me conmueve del arte, la cultura, la música, la pintura y la historia argentina”, explica Puar en una entrevista con Claudio Pombinho. Influencias como Charly García, Eduardo Scalabrini Ortiz, Erik Satie, Pity Álvarez, Talk Talk, los Beatles y Ryuichi Sakamoto se entrelazan en un entramado pop que fusiona lo tradicional y lo contemporáneo.
Flor roja comienza con el canto de mirlos, grabado durante el amanecer en Dinamarca. “Me gustó la idea de empezar el álbum con esos pájaros cantando al final de la noche”, comenta el artista. El primer sencillo, “Casate conmigo”, combina ritmos y melodías que recuerdan a Talk Talk y Pity Álvarez, con letras que mezclan lunfardo y surrealismo. La canción cuenta con la participación del Guri, una figura legendaria del under mendocino, y fue mezclada por Cristian Gualpa, un productor local que Puar describe como “una joya oculta”.
El álbum también incluye colaboraciones de músicos como Matías Quesada en bajo, Baltazar Oliver (co-productor de El look de la pelea), Mauro Ortega en batería, y los saxofonistas Nicolás Oyuela y Laurits Huus, este último un joven danés que Puar conoció al escucharlo tocar desde su casa. La mezcla final estuvo a cargo de Ariel Schlichter en Berlín, dando como resultado un pop fracturado y conceptual que avanza entre beats electrónicos, bombos y referencias culturales.
Entre las canciones destacadas se encuentra “La Lengua del Malón”, que cita al escritor Guillermo Saccomanno y al pintor Ángel Della Valle, y “Bebida Negra Pop”, con la participación del poeta y cantautor Francisco Garamona. “El Tendido”, por su parte, evoca desamores y ferrocarriles que atraviesan el desierto, inspirado en el documental Buenos Aires al Pacífico de Mariano Donoso.
Cerca del final, el instrumental “Navidad dosmildieciocho” refleja un momento de desaliento en la vida del artista. “En 2018 volví muy derrotado a Mendoza después de vivir dos años en Buenos Aires”, recuerda Puar. “Esa canción salió al piano después de Navidad, como un cierre simbólico”. El álbum concluye con “Noche de Guitarras”, un brindis acústico dedicado a los cantautores de todos los tiempos.
Actualmente, Puar trabaja en un EP con versiones de Lana del Rey y un libro de fotografías y textos sobre la obra de su abuelo, el poeta y arquitecto Luis Ricardo Casnati. La tapa de Flor roja, un boceto inspirado en bordados de monjas del siglo XVII, refleja su fascinación por lo simbólico y lo minimalista. “Me identifico con la fascinación de Borges por el cuchillero, aunque yo no soy violento”, confiesa. “Mi lugar en el mundo es la noche, mi estudio, mi intimidad”.