Marcelo Zoloa, cantante y guitarrista de Bela Lugosi, asegura que la espera valió la pena. «Tomándoselo con calma», el cuarto disco de la banda, cuenta con la producción artística de Ezequiel Araujo y Leha Martinez (productores, también, del último disco de Intoxicados). En la entrevista habló sobre la estadía en Buenos Aires, la etapa por la que pasa la banda, Sumo y el estado del rock&roll en Argentina.
– Bueno, contame del nuevo disco…
– Sí, estamos grabándolo todavía. Bueno, ya lo grabamos, estamos haciéndole los últimos retoques. Lejos, creo que es lo mejor que se ha hecho, que hemos hecho, y demoró un tiempo largo volver a hacer un disco. El último disco nuevo fue en el año 2004. Entonces, fue como que nos tomamos un tiempo largo para hacer un disco como nosotros queríamos. Un disco que tal vez lo podríamos haber sacado el año pasado, pero el hecho de habernos ido a Buenos Aires, estar allá, asumir esta película era como que también queríamos laburarlo allá, con gente de allá, con productores, técnicos de allá. Entonces es un disco muy, muy groso.
-¿Por qué se llama «Tomándoselo con calma»?
– Es un disco que se iba a llamar «La otra mitad». Hablándolo y charlándolo pensamos que el disco estaba bueno y tenía tono para que se llamara «Tomándoselo con calma». Una, el tema que le da título es un tema que venimos tocando mucho. Había algo, una energía extra en este tema como para creer que podía hacer honor al título de un disco. Y también, tenía que ver el hecho de estar pasando por lo que pasamos. El hecho de decir «¡basta!, tomemos otro rumbo» y era un momento de muchas decisiones ¿no? Bueno, después de decidir, lo que había que hacer era tomárselo con calma. Más que nada por eso.
-¿Qué nos vamos a encontrar en el CD cuando llegue?
– Bueno, tiene 11 temas. Nos vamos a encontrar con una cosa muy sanguínea. Y a la vez, con un trabajo muy cuidado. El hecho de que esté Ezequiel produciéndonos es un punto de partida más que interesante y, a la vez, un poco raro, porque Ezequiel viene de la escuela pop, ¿no? Yo personalmente pienso que, en este momento, Ezequiel es el mejor productor de la Argentina y todo el conocimiento y toda la locura que él tiene era necesaria para este disco. En este disco hay canciones, hay algo de reggae, hay humor, hay punk y hay rock. Un poco lo que hemos hecho siempre. ¿No? Pero esta vez es como que las cosas están más organizadas: «Bueno, las voces son así, las guitarras son así, los teclados son así, la bata…» es como que el tipo puso un orden que nosotros por ahí necesitábamos. Y conocer cosas nuevas, y meternos en cosas electrónicas también sin dejar de ser la banda y sin perder la más mínima esencia. Entonces, bien y muy contentos. Sinceramente estamos sobrepasados de entusiasmo por todo lo que nos está pasando porque era un desafío para nosotros.
Bueno, ya hay gente amiga que va a estar. Está Ale Sokol cantando un tema, hay un par de invitados más también, pero no los voy a decir para no quemarlos. Y además mucha gente colaborando: hay saxo, acordeón. O sea, yo creo que aquel que le gusta la banda se va a sentir muy satisfecho.
-¿Cuál va a ser el principal corte?
– «Tomándoselo con calma». Ahora, el jueves empezamos a filmar. En realidad hemos venido a filmar el video. Va a ser en Malargüe, en el Pozo de las Animas, que en realidad no conozco, pero me han dicho que es un lugar muy místico, muy groso, y en la Laguna del Llancanelo, que también me han dicho que está muy bueno. Y acá en el Pasaje San Martín, nos han dicho que nos van a disfrazar. Vamos a estar filmando por acá seguramente, chocándonos con la gente. Después nos queda volver a Buenos Aires y terminar el disco.
– ¿En mayo calculan que sale?
– Yo creo que para mayo no va a salir. Va a salir para principios de junio. En realidad podríamos haber llegado a la fecha, que en principio era fines de mayo. Pero en realidad preferimos dilatarla un poco más para que el disco fuera lo que queríamos. Un poco revelándonos frente al sello, porque el sello quería mayo. El sello tiene su estrategia, nosotros hacemos música. Entonces, bueno, para que quede como nosotros queremos necesitamos un poco más de tiempo. Ese es el panorama por ahora.
– O sea que este año va a ser todo giras para presentar el disco…
– ¡Dios te oiga! Si es que hay un dios jejeje, sí. Tenemos que defenderlo mucho, con sello o sin sello, tenemos que defenderlo porque se lo merece ¿no? No me perdonaría no hacerle honor a todo lo que se ha hecho. Fundamentalmente va a ser mucho trabajar el disco y tocar mucho. Por ahí, no tanto en Mendoza, supongo que será la presentación también, pero tocando más que nada afuera (por las provincias): Córdoba, Rosario…
-Es una de las pocas veces que incursionan en el punk, ¿no es cierto?
– Yo creo que siempre hubo un tema o dos temas punk en el disco. O sea, es como que es algo que siempre estuvo ligado a la banda. Cuando hacíamos «Misionera» o «Humahuaqueño» que por ahí tenían una cierta connotación folklórica, pero es cierto que la banda tiene ese costado nihilista, de descreimiento.
– Medio irónico el tema punk en un disco que se llama «Tomándoselo con calma»…
– ¡Y lo más irónico es cómo se llama el tema punk: «Una buena mujer»! Ya es el colmo de la ironía (risas). Qué sé yo, hay un tema que se llama «Me gusta fumar» que también fue una especie de chiste a tanto «reggero» que anda dando vuelta. De repente los «reggeros» aparecieron de la nada. Yo decía: «¿dónde estaban todos estos pibes hace 10 años atrás?». De repente todos compraron los discos de Marley y pensaron que el reggae era tocarlo de un día para el otro y se hicieron los relocos. Entonces, dijimos, bueno, si la moda es reggae hagamos un reggae y seamos lo más obvio que se puede ser, diciendo la obviedad que por lo menos vemos. Yo escucho reggae desde que tengo 8 años, ahora tengo 35 así que he visto alguna banda de reggae también, bastantes. Pero creo que ninguno tuvo que disfrazarse de reggero para demostrarse a los demás lo que estaba haciendo Bela Lugosi. Creo que siempre hubo ironía en lo que nosotros hicimos, hasta con nosotros mismos.
-¿La banda está en una etapa más madura?
– Sí, lejos que no hay desperdicio. Cuando sacamos «Decidir» me pareció un disco que nunca me gustó. Pero me pareció un disco de transición que era algo que había que hacer para llegar a esto. A veces tenés que pasar por un momento de transición para llegar a algo groso. Y bueno, nosotros tuvimos que pasar por «Decidir» para llegar a «Tomándoselo con calma». Se justifica por ese lado.
-¿Crees que ahora que se han consagrado nacionalmente están en la mejor etapa?
– No. Es todo una fantasía también. Nosotros nos estamos curtiendo la de pelear y, en cierto modo, «empezar casi de abajo» en Buenos Aires. Por más que tengamos un sello, un productor, el apoyo… Pero no creo en la consagración. O no pienso en eso. La consagración, hoy en día, significa hacer el disco que estamos haciendo. Eso ya es para mí algo consagratorio porque pienso que la banda tocó un punto, llegó a un punto que yo jamás pensé que iba a llegar. O que, a lo mejor, lo quería, muy internamente. Y siento que estoy cantando mejor, y siento que estoy tocando mejor, siento que todos estamos tocando mejor. Entonces, en este disco puedo decir… o sea, este disco puedo agarrarlo y puedo decir, «bueno, me puedo escuchar, lo puedo disfrutar»… La otra vez hablábamos con Ezequiel, y él me decía: «Mirá, lo bueno de este disco que este disco ustedes lo van a escuchar, y lo vas a disfrutar de tal manera como disfrutás un disco que a vos te guste, pero ¿cuál es la diferencia? es un disco tuyo, no es un disco de Jimi Hendrix… -salvando obviamente la distancia ¿no?- Así como podés disfrutar un disco de Jimmy Hendrix o un disco de Pink Floyd vas a poder disfrutar este disco, pero es tuyo, es tu música.» Está bueno pensarlo así. Y eso es lo que se ha logrado. Eso es una consagración. Que, obviamente, si el disco tiene la difusión que tiene que tener, bueno, mucha más gente va a conocer lo que es la banda. Y es una buena manera de decir: «Bueno, nosotros somos Bela Lugosi, este es el disco».
Nosotros en Buenos Aires tenemos que decir acá estamos. Nuestro presente es que estamos viviendo en Buenos Aires. Ese disco lo hicimos allá y nuestras canciones son estas hoy en día. Me siento muy tranquilo y muy feliz con eso.
– ¿Con el tema de la reunión de Sumo que opinás? ¿Puede existir Sumo sin Luca?
– No, Sumo sin Luca no. Porque Luca era el 80% de la banda. Era el guía, era el que marcaba, era el que enseñaba a hacer reggae a músicos cuando acá el reggae no se sabía qué poronga era. Acá Luca hablaba de Lui Rey cuando acá nadie sabía quién era Lou Reed. O sea, hablaba de cosas que en ese momento no eran conocidas por la gente de acá. Luca era un adelantado. De hecho, vos escuchás un tema de Sumo hoy en día y suena re-actual. Ahora, ¿qué pasaría si dentro de 10 años escuchamos un disco de alguna de las bandas de moda? Yo creo que nada. Son discos que impactan en su momento, pero que no son perdurables en el tiempo. Porque hay maniobras que Sumo no utilizó. Lo de Sumo era amor y era el sentimiento expuesto totalmente. Esto parece más bien lo otro, pensado «estratégicamente», para venderse. De hecho hagamos la prueba, dentro de 10 años nos juntamos ha escuchar un disco de Bersuit Vergarabat y veamos qué sentimos. Si sentimos lo mismo que sentimos después de escuchar a Luca, que hizo el último disco en el año 87, y vos escuchás un tema después de 20 años y sigue siendo una obra maestra. Entonces, ahí está la respuesta de por qué Sumo no podría volver a existir. Porque había un tipo que se entregaba totalmente a todo eso. Y que se hayan juntado me parece perfecto. Nosotros cuando se hizo el Andes Vivo, que estuvimos ahí, yo, imagináte, estaba viendo a Las Pelotas y al lado estaba Arnedo y al lado estaba Catriel, el baterista de Divididos, estábamos los tres mirando. En un momento, después de que estuvieron Las Pelotas, se juntan ellos, yo miraba y pensaba: «¡No lo puedo creer!», para mí ya era demasiado.
Creo que está bien. ¿Quién no lo haría? Después de haber tocado en una banda como Sumo ¿Quién no lo haría? ¿Quién no se volvería a juntar? No creo que esté mal. Y conociéndolos a ellos, como los conozco, no creo que haya habido especulación en eso. Hace 10 años sé quién es Sokol y hace 10 años sé quién es Germán, sé que no hay especulación en eso. O sea que para mí está bien.
– Última pregunta, más filosófica esta vez, ¿qué significa para vos ser rockero?
– ¿Ser roquero? Hay en día el rock se transformó en una cosa de estrategia, como hablábamos hace un rato. Hay estrategia en la actitud de los músicos, en venderlo, en la forma de sacar un disco, en la forma de componer de los músicos. Entonces, por ahí hay tipos que te devuelven la fe. Escuchar hoy el último disco de Bob Dylan te devuelve la fe. Porque el tipo inventó tantas cosas y se mantiene totalmente entero. La otra vez, fue Tom Waits al festival de cine y decía: «Ése loco es rock». No necesitaba definir el rock. Era él. Tenía como 60 y pico de años, mostrando lo que él siempre fue. Hasta que en un momento se cansó de hablar y se puso a tocar el piano. Tocó dos temas en un piano: emocionante. El tipo y el piano. Entonces, esas cosas son de las que uno se nutre para seguir creyendo en el rock. Y para aquel que lo ve de afuera: hay droga y sexo y locura; que está bueno, pero ¿y la música? O sea, que tipos muy famosos como los Rolling Stone, Jimi Hendrix, The Who, digan «Sexo, droga y rock&roll», pero además tenían una música de la puta madre. Sino mirá a los Sex Pistols, Los Ramones… son tipos que marcaron algo. Hoy el primer disco de los Ramones me sigue pareciendo espectacular. No hay una música con una energía de lo más real, y con una esencia tan pura como la de los Ramones. Es básico. Es como cualquiera que empieza a tocar la guitarra, no hay solos de guitarra, no hay grandilocuencia; es música tocada por 4 tipos hecha de una forma espectacular. Entonces, si Joey Ramone decía «Sexo, droga y Rock&Roll» había que creerle. Pero si «Sexo, droga y Rock&Roll» te lo dice, Robbie Williams. ¿Qué referencia te da?
Personalmente no escucho música. Prefiero agarrar un disco de Mahler, Beethoven… disfruto más todo eso que cualquier banda de rock de las que hoy abundan. No me molesto en escuchar y en saber qué está pasando. Si escucho esa música pierdo la fe en lo que está pasando. No me identifico para nada con todo esto. Porque cualquiera puede tener un concepto, un fundamento, pero no se trata de que el cantante de Bersuit tenga un concepto, un fundamento de todo lo que está diciendo si despues música que hace, sale con un tema que dice la «tetona» o qué se yo. Loco, eso no es rock. El rock te permite la libertad de decir un montón de cosas y de molestar. El rock tiene que molestar, tiene que provocar. Si el rock te da todo eso… o que te tomaste una bolsa de merca o todo eso. Eso cualquier boludo lo hace, no veo la hazaña en decirle al pendejo «me inhalé una bolsa». Y lejos de ser un moralista, no voy a ser yo precisamente. Pero me parece que una letra, tiene que comunicar cosas. O sea, vos tenés 3 minutos para decir algo: aprovechálo. Y jugáte esos tres minutos por una verdad, aunque te equivoques. Cada uno puede vivir su vida como quiere, pero si estás comunicando algo, tenés que hacerlo bien. Tenés que ser universal. Yo cuando escribo… hay un tema que se llama «La otra mitad», es un tema que me gusta mucho porque es, cada tema son como obsesiones a veces mías, a veces no. Tiene eso de que una cosa siempre tiene que encajar con otra. O sea, lo bueno, para que sea bueno, tiene que tener un contraste. Si creés en un después tiene que haber un antes. Entonces, siempre hay algo que tiene que estar compensando en la vida. Y es lo que siempre falta, lo que siempre vos buscás en la vida, la otra parte que falta. Y te pasás toda la vida buscando y si lo mirás de un punto de vista pesimista, capaz que no la encontrás nunca. Pero es la vida misma. entonces, ese tema me gusta mucho. Hay otro tema que se llama «La buena mujer» es la obsesión de un tipo que tenía una buena mujer sabiendo que no se lo merece. El tipo duda si existe, porque duda si existe un buen tipo. Es una obsesión, es un pensamiento. No podés escaparle a eso. Yo no me puedo traicionar, es la que me toca. Y obviamente hay mucha gente que no le gusta y no me escuchará y otra que sí. La vida misma, la otra mitad, lo bueno y lo malo.