¿Esquivando la melancolía? Despertando intensas polémicas, el grupo Alas optó, hace casi un año, por investigar las posibilidades sonoras del tango sin abandonar su carácter de sonido rockero. Con un LP en la calle y un público seguidor que cada vez más llena lá sala donde se presentan, Gustavo Moretto, Carlos Riganti y el nuevo miembro Pedro Aznar, están maduros para hablar de la experiencia cosechada.
¿Cómo se produjo el Alas actual, con todos sus ingredientes tangueros y su definida línea musical?
Moretto: Al principio, lo único que nos propusimos fue formar un conjunto que sonara bien y que tuviera algunos aspectos nuevos, especialmente los arreglos. Después, cuando se diluyó la novedad de estar juntos en el escenario, nos empezamos a dar cuenta que es inútil tratar de hacer una música que nunca vamos a poder tocar del todo bien. Podíamos llegar a ser muy dignos, a sonar bastante parecido a los músicos que admirábamos, pero no fbamos a aportar nada importante.
Entonces llegamos a la conclusión de que si bien no podíamos negar para nada lo que habíamos hecho hasta entonces ni podíamos pasar por alto la música que en este momento mueve al mundo, teníamos que reflejar de alguna manera lo argentino.
Yo siempre me pregunto: si tocaran en un recital por ejemplo, Genesis, ELP y después algún conjunto argentino, ¿a quién se podría poner? Hasta ahora el unico conjunto que tendría sentido allí serían Los Jaivas, que de todos modos son chilenos. Ninguno de nosotros tiene los medios para que la cosa suene como Genesis ni Emerson, pero lo que sé tenemos es la posibilidad de ser diferentes.
Aznar: Además, lo nuestro ni Genesis ni Emerson podrían tocarlo, aunque tengan todos los elementos técnicos. No podrían porque no lo conocen, no han mamado este sonido de Buenos Aires.
Pero todo este sonido del que hablan no surgió de pronto. Al principio ustedes probaron de meter folklore.
Moretto: sí, primero probamos por ese lado, pero bastó un sólo tema para darnos cuenta de que no iba a prosperar, Si no metíamos en algo así corríamos el peligro de parecemos a Ginastera. Los Jaivas, en cambio, como son chilenos, conocen la onda andina perfectamente.
Aznar: Pero el folklore con complicación armónica y riqueza rítmica enseguida suena a Ginastera,
Moretto: Como ninguno de nosotros vive en el campo ni nada parecido, lo más lógico era buscar en el folklore de la ciudad en que vivimos, Aunque te aclaro que la intención no es para nada hacer tango-rock, que es sólo una formulita barata, Lo que pasa es que aquí hay una tradición musical que tiene muchas cosas que no sirven para nada y otras que sí sirven, que son finicas en el mundo. Yo me refiero específicamente a la manera de frasear, al modo de exponer un tema, El bandoneonista, como fenómeno musical, también es único en el mundo. Los tipos que tocan bandoneón son todos músicos de altísimo nivel, gente que tiene una manera de hacer música muy especial, Pero la idea, como te decía antes, no fue la de hacer tango moderno ni nada por el estilo. Quisimos producir una música que fuera reconocible como perteneciente a Buenos Aires 77, Que refleje las vivencias tuyas y las nuestras, y no las de los malevos y las papusas, y ni siquiera la de los años 60, que es la música de Piazzola.
En un primer momento la gente pensó que nos movía el oportunismo. Es que nos estamos jugando una carta muy importante, y no todo el mundo está en condiciones de entenderlo.
Riganti: Cuando hicimos el primer tema con influencias tangueras, «Buenos Aires sólo es piedra», lo presentamos en el Coliseo con tres bandoneonistas, y sonó un despelote, gustó mucho. Pero más importante es integrar un tipo que realmente se meta a trabajar con el grupo y a vivir las cosas juntos, Y recién de allí sacar algo, que va a ser más espontáneo. No se puede tocar con un bandoneonista al cual vos le das la partitura y el tipo la lee y nada más. Los bandoneonistas son tipos que trabajan en los boliche para el turismo, y vos no podés ir y proponerle una idea un poco mística de la cosa, una visión demasiado experimental. El problema es entonces encontrar un pibe que esté con nosotros y se integre al grupo. En este momento estamos buscando alguien así. Pero para eso tienen que atreverse a cortar el cordón umbilical con ese tango «for export».
Moretto: Eso es parte de nuestra carrera con obstáculos, Pero la cosa va a seguir adelante con o sin bandoneón integrado. Y va a seguir adelante contra viento y marea. A pesar del silencio miedoso de los medios especializados. Porque aquí en la Argentina tenés que pasar un exámen para que te acepten. Tenés que triunfar afuera primero. Es muy fácil aceptar lo que ya triunfó en Inglaterra y Estados Unidos. Si vos imitás lo que triunfa allá, está bien, pero si haces algo nuevo nadie se va a atrever a emitir una opinión.
Pero eso es un viejo problema…
Moretto: Mirá, hace años llegaban discos de afuera y a no sé qué loco, qué tipo descabezado, se le ocurrió cantar los temas que tenían éxito en Europa y Estados Unidos con los mismos arreglos, las mismas voces, todo igual, Después de un tiempo hubo millones de conjuntos que lo finico que hacían era cantar los Éxitos extranjeros. De golpe apareció un conjunto de locos infernales a quienes se les ocurrió cantar temas propios en castellano (Los Gatos). La gente decía que no se podía cantar esa música en castellano, Ahora la gran locura, el gran desprejuicio es hacer música que tenga que ver con el tango… «Hay que estar chiflado para meter un bandoneón ¡Estos tipos deben ser unos jovatos espantosos, deben vivir entre telas de araña! O son unos oportunistas que aprovechan que a Piazzola le fue bien»…
Algún día los conjuntos ingleses y americanos van a llegar aquí a la Argentina, Si empiezan a venir regularmente el rock argentino desaparece.
Lo que pasa es que con los Beatles y Cía. fue la primera vez que hubo un sonido que tenía que ver con el fenómeno universal de las ciudades, los semáforos, los aviones y la electricidad. Y la gente se creyó que para hacer eso tenía que imitar a los Beatles y Cía. al pie de la letra.
Moretto: Claro, De todo eso hay muchas cosas que ya nos quedaron definitivamente en los oídos. El concepto rítmico, los arreglos modernos, etc, Es un legado cultural, Lo mismo que la tecnología y los instrumentos que usamos. Lo que me parece tonto es, además, querer hacer la música de ellos. Importemos lo que nos sirve, pero aquí no existe la niebla londinense.
¿Ustedes no tienen miedo que se les enfríe la música por tener una propuesta previa? ¿Qué se intelectualice un poco todo?
Riganti: ¿Sabés por qué no se puede ser espontáneo? Porque uno está lleno de prejuicios. Lo que suena bien es lo que suena como lo extranjero. Y la propuesta es limpiarse de esos prejuicios. La propuesta no es hacer tango, sino tomar conciencia de hasta qué punto estás influenciado por lo extranjero.
El peligro es que se convierta en un nuevo esquema, porque los demás te califican de «tango-rock», y a vos te queda en la . cabeza que vos sos esb, que pertenecés a esa corriente.
Moretto: Es muy probable que en la primera etapa, en la de formación del estilo, suceda eso y suenes esquematizado. Pero no hay otro camino. Nosotros no podemos tocar «Aire» y «Buenos Aires sólo es piedra» en un mismo recital. Porque eso sería decir «vamos a jugar al tango .en este tema, pero ¡ojo! , que nosotros somos del rock and roll».
Yo te digo una cosa: todo el níundo está esperando a ver qué pasa con nosotros y con- los tipos que están en la nuestra, Piensan: «Si les va bien, ganan plata y se hacen famosos, yo me dedico a lo mismo». Nosotros aceptamos la responsabilidad, pero después vamos a gozar de los laureles si ganamos. Si perdemos, nos lo tendremos que meter en donde vos sabés.
El rock y nuestra generación tienen una cierta «desfachatez» frente a la vida. El tango es lo contrario a eso. Te hablo no sólo en un sentido musical, sino humano.
Moretto: A mí me parece bien la desfachatez, cuando se trata de no ser excesivamente dramáticos. Esa cosa agobiante del tango me parece una aberración. Nuestra actitud, personalmente, no es desfachatada, Tampoco somos tipos serios que ponen la ficha en el instrumento y tocan. Pero yo pienso demasiadas cosas cuando toco. No me sale ponerme a saltar, No todo el mundo tiene que tirarle cuchillos al Hammond como hace Emerson.
Yo no me refería tanto a la actuación, a ser saltimbanqui en escena, sino a un «no me vengas con el verso de la nostalgia». A un modo directa y sin vueltas que tiene el rock para decir las cosas,
Muy bien. Pero, el mundo, ¿cómo está? ¿Bien? ¿Qué querés hacer, cantar «la felicidad, ja, ja, ja, ja? «… Yo cada vez que me leyanto a la mañana y leo el diario envejezco diez años.
Tampoco hay que agobiar a la gente. Pero yo cuando hago música expreso lo que siento, no invento historias mágicas, cuentos de Walt Disney.
Pero la pregunta no la formulé bien y no me la contestaron. Yo me refiero a la diferencia entre el lamento tanguero y una visión post Bob Dylan de las cosas. Esa es una cosa que ustedes tienen que definir bien frente a la gente.
A nosotros la filosofía del tango no nos interesa para nada, Hemos tenido contactos con tangueros, y es terrible, los tipos tienen un concepto patriarcal, una filosofía de principios de siglo, El tango está muerto, enterrado y podrido. Andá a los boliches de tango, vas a ver. Es lamentable ver músicos de veinte años que parece que tuvieran cincuenta. Piensan, se visten y tocan como tipos de cincuenta, Todos los lugares donde se toca tango son reductos turísticos a los que llegan los brasileros a escuchar «música argentina»…
Aznar: El dos por cuatro no tiene nada que ver con el Corrientes y Esmeralda de hoy en día. Ahora es quince por treinta y uno…
Moretto: Todas las ciudades del mundo tienen un mambo propio. Y Buenos Aires es una de las ciudades que más personalidad tiene.
¿Y qué pasa con el nuevo concepto musical trasladado a los instrumentos? ¿Por qué debe cambiar la manera de encararlos, no es cierto?
Aznar: Cambia tu manera de tocar, Cuando laburás con un bandoneonista aprendés las in flexiones- los fraseos del fueye y suena rarísimo.
Riganti: En la batería, por ejemplo. El tango es rítmicamente medio parecido a la marcha, y uno tiene que crear todo un nuevo lenguaje, porque no hay nada hecho. El tango no tuvo gran desarrollo rítmico.
El candombe es lo único…
Aznar: Claro, pero el candombe es más tirando para Brasil, no hay mucho en Buenos Aires, El candombe es un ritmo típicamente: negro, de los barrios negros de Montevideo. Tiene un aire de batuque que el tango no tiene.
Lo cual es una pena, porque al tango le falta esa cosita vibrante, esa polenta…
Riganti: Más que nada, tenés que tocar lo que te sale, Tenés que bailar mientras tocan, sentir el pulso del ritmo más que pensarlo, Es un desafío, porque no hay nada hecho.
Cuandó vos encarás tu instrumento desde otro punto de vista, te queda un campo inmenso para investigar.
Moretto: Sí, pero no es tan fácil. Vos podés fantasear todo lo que quieras, pero llega un momento en que tenés que tomar tu propuesta musical con mucha rigurosidad,. Te limitás en base a ciertas pautas rígidas. Recién cuando las nuevas cosas están muy incorporadas podés probar otras. Si no, podés sonar incongruente. No es ni chicha ni limonada, como «la muerte contó el dinero». Pero esa es una etapa que tenés que pasar, y que nosotros ya hemos pasado. En los nuevos temas ya nos manejamos con más libertad.
Hay una última cosa que quiero decir. Creo que ya todo el mundo se habrá dado cuenta de que lo que hacemos no es ni un capricho adolescente ni un lance comercial. Alas podría. recurrir a dos o tres formulitas fáciles y hacer que la gente baile y se tire de los pelos, porque tenemos capacidad para hacerlo. Pero no es lo que nos interesa, Estamos buscando algo con toda honestidad, sin grandes mecanismos publicitarios. Quiséramos que nos escuchen, nada más.
Entrevista: Pipo Lérnoud
Fotos: Uberto Sagramoso