Rumipal es un pequeño pueblito, casi olvidado, escondido en la intrincada maraña de las sierras de Córdoba. Desde hace una semana, y por tres más, tres porteños están recluídos en una casa de ese pueblo. Estarán tocando su música. No por estar lejos de la ciudad, sino para acercarse a sí mismos y encontrar —aunque parezca mentira—la esencia del huevo.
SON 3 LOS LOCOS
En la ya desesperada ópera de Almendra participan junto con el autor (Luis Alberto Spinetta).otros seis compositores que en el contexto de la ópera figuran como trovadores: Litto Nebbia, Moris, Tanguito, Javier Martínez y Roque Narvaja; el último trovador, Miguel Abuelo, en el argumento de la obra, está loco, y él es quien susurrará la clave para advertir la incógnita del hombre. Pero Miguel Abuelo, también busca la incógnita del hombre por su lado, en el origen, quizás en el huevo. Por eso tiene a su lado a otros dos hermosos «locos», de esos que tienen el grado de locura o valentía necesaria para ver la vida con amplitud. Uno es Pomo, un flaco bueno de ojos profundos, al que le gusta repetir, casi paladeando, afirmar que «estamos unidos, estamos unidos…». Toca la batería. El otro es Carlos Cutaia. Toca el órgano y el piano (estudió mucho). Es la primera vez que se integra a un grupo con intenciones populares. Quizás por eso habla mucho y trata de explicar lo que siente y lo que hace. Parece tener un método: aplica la sinceridad.
EL HUEVO NACE
La idea de juntarse fuertemente en un trío no tiene para ellos orígenes concretos. Simplemente tuvo la circunstancia de que los tres esperaban lo mismo de la música, porque están en un mismo camino como seres humanos. Y además de todo eso, están contentos porque no están juntos —decididamente– porque tocan instrumentos diferentes entre sí. Casi no importa saber cuándo se juntaron. Lo importante es que ya están reunidos. Dos de ellos (Miguel y Pomo) ya habían estado juntos en los Abuelos de la Nada, un conjunto que prometió ser vanguardia en un primer momento; pero que se disolvió por «esas cosas…». De ese grupo, sin embargo, han surgido buenas esperanzas para la música popular argentina: ellos dos (Pomo y Miguel) y también Pappo, el actual guitarrista de los Gatos.
EL HUEVO SE REPRODUCE
Esta unión de Miguel, Carlos y Pomo ha decidido enrolarse con un nombre: el Huevo, precisamente. Y ellos piensan reproducirse musicalmente. De estas maneras:
Pelo: En estos días: hablemos claro, el advenimiento de un nuevo conjunto hay que tomarlo con pinzas: siempre, cada semana, hay uno nuevo. Ustedes por ahora no son la excepción. Pero lo que a partir de ahora hagan sí puede ser excepcional, diferente. Quizás deba ser así para que todo tenga sentido. ¿Cuál es entonces la música de ustedes?
Miguel: Fundamentalmente vamos a hacer lo que nos salga.
Pelo: Sí, pero lo quieran o no, ustedes tienen que tener algunas bases de partida. Carlos: En mi caso particular, parto del rock y el blues. Miguel: Yo parto del rock and roll. Ese es mi camino de hoy, antes era la balada.
Pelo: Por lo que dicen este conjunto parece ser la concreción de un cambio en cada uno de ustedes, o quizás el encuentro de algo…
Carlos: Puede ser: yo me tuve qué olvidar del prestigio que te da hacer la cosa llamada seria, de la música clásica. Yo quise desligarme de todo eso porque sentía que tenía que cambiar. No quise tener esquemas y me siento cómodo haciendo esto. Encontré la dinámica y me doy cuenta que transcurro y comienzo a crecer. Me doy cuenta ¿sabés?
Miguel: Yo creo que este grupo más que nada es un encuentro. Fijate que el huevo tiene una especial importancia para nosotros. No es un nombre elegido al azar. Lo pusimos como imagen de nuestra música. Cuando tocamos mucho, cuando llegamos al clima, todo suena. Entonces se produce la anulación del ego y el sonido va creando una especie de cúpula, que nos abarca: el huevo.
Pelo: ¿Cuál es la temática para ese sonido de cúpula?
Pomo: Todo va a ser muy simple porque nosotros primero somos seres humanos como cualquiera, después músicos, y por último, ingenieros, zapateros, o lo que sea.
Carlos: Estamos tratando de integrar nuestro propio idioma cotidiano a la música que hacemos. En la Argentina a veces el idioma castellano no cuaja porque muchas veces se hace música con características inglesas o norteamericanas y esos ritmos están específicamente correlacionados con el idioma de ellos.
Miguel: Mi intención no es hacer una sopa de letras, ni preparar el tema en el estudio, sobre la grabación musical.
Pelo: ¿Cómo se va a reproducir esa temática y esa música de el Huevo.
Miguel: Nosotros somos claros como personas, y la claridad la entiende todo el mundo. Esperamos la comunicación masiva, pero muy masiva.
EL HUEVO VIVE
Quizás a algunos les parezca una posición intelectualizada la de Miguel Abuelo, Carlos Cutaia y Pomo. Pero ojo: a veces la claridad se confunde con rebuscamiento. Ellos están seguros de que eso no va a ocurrir. Y para el que los escuche seguramente van a dar esa imagen: tres tipos sin vueltas, que quieren hacer las cosas bien y con modestia. Todo eso tal vez sea el producto de un profundo conocimiento —y respeto— de cada compañero.
Ellos están ahora en medio de la sierra, en Rumipal, preparando sus canciones, seleccionando las que van a grabar y las que integrarán sus recitales. Una de las funciones principales del aislamiento en Córdoba es dejar perfectamente coordinado el ensamble de los distintos instrumentos, porque a pesar de que el Huevo es un trío no se van a limitar a tocar sus instrumentos básicos: van a afrontar muchos otros e inclusive los intercambiarán en el escenario y en las grabaciones. El huevo es realmente una buena esperanza para los ansiosos de cosas hechas con ganas y autenticidad. Dentro de un mes cada uno podrá comprobarlo: para esa época habrán iniciado sus primeras presentaciones. Pero mucho antes de enfrentar al público, ellos supieron qué es lo que querían como personas y como músicos. Como estas cosas:
Carlos: En esto no estamos solos. El rock es uno de los emergentes de la nueva cultura. Ya hay un proceso que se está gestando, un proceso de música urbana.
Miguel: La cosa empieza por uno. Si querés que las cosas cambien, primero tiene que cambiar, uno; si lo lográs, tu comunicación va a llegar a cualquiera.
Pomo: Hay algo muy hermoso: estamos unidos.