Cientos de bandas y artistas consagrados dieron sus primeros pasos en aquel mítico lugar que hoy funciona como una simple playa de estacionamiento. Con la fiel convicción de que «Cemento fue mucho más que un lugar donde tocaron bandas», un grupo de estudiantes decidió reivindicar su nombre a través de un documental. En esta nota, Lisandro Carcavallo nos cuenta su experiencia como productor y gestor del proyecto, las emociones de los entrevistados y el estreno en Capital.
¿Por qué hacer un documental de Cemento?
Lisandro: Consideramos que hay una deuda muy grande con Cemento, porque fue mucho más que un lugar donde tocaron bandas.
El documental se inició como un proyecto personal, junto a Guillermo Piuma, en el que trabajamos la producción y el guión; luego se sumaron Florencia Carcavallo y Leandro Chirico con sus cámaras; y Mariano Mazzitelli y Pablo Novoa con el sonido.
Pasaron más de diez años desde que cerró Cemento y no nos olvidemos el por qué.
Hay personas que por dolor no hablaron nunca más, pero a raiz de este proyecto aparecieron con ganas de contar su experiencia.
¿Cuándo arrancaron con las entrevistas?
Lisandro: Hace solo tres meses, pero lo que se generó fue algo increíble. Desde gente como Alejandro Taranto, que nos contactó para ocuparse del sonido y la música del documental, hasta músicos como Lee Chi y Edu Schmidt . A partir de ese momento no hubo una fecha definitiva para el estreno porque hay muchísimas entrevistas por realizar.
Son 20 años de historia y la cantidad de bandas y gente que pasaron es enorme; hasta ahora, tenemos más de 20 entrevistas, y para un documental sobraría material. Sin embargo, teniendo en cuenta lo que fue Cemento, no es ni una cuarta parte.
A su vez, hubo personas alrededor de Chabán, como Raúl Villarreal, que aún no pudimos entrevistar pero es una pieza clave de la historia. Sin él el documental de Cemento no estaría completo.
¿Cuál sería la perspectiva?
Es un tema delicado en cuanto al por qué, pero nuestro enfoque siempre es con respeto y sin intensión de herir a nadie, o censurar palabras. Vamos a manejar esa línea y sabemos que hay mucha gente que tiene cariño por lo que representó Omar.
En lo personal, considero que le debemos gran parte de nuestra música actual. Y por otro lado, hablamos de una reivindicación del lugar como semillero de las bandas más grandes de nuestro país y que hoy funciona como un estacionamiento. Hay una falta total de sentido de cultura y patrimonio de nuestra ciudad.
¿Han manifestado pensamientos similares los entrevistados?
Lisandro: Definitivamente. Si bien hay varias posturas, nadie niega que lo que pasó fue una falla de la sociedad en general. Hubo un conjunto de circunstancias que se dieron y llevaron a lo que ya sabemos, pero más allá de las diferencias todos coinciden en que ver a Cemento como un estacionamiento es triste por lo que significó para nuestra música.
¿Pensaron en incorporar algún testimonio político o que vincule a las autoridades que estuvieron involucradas en el caso?
Lisandro: Lo pensamos, pero quisimos hacer un documental netamente de Cemento, porque si empezábamos a indagar nos metíamos en algo muchísimo más grande. Enfocarnos en lo que sucedió en Cromañón para luego explicar por qué no está Cemento, se volvería algo muy complicado de desarrollar.
¿Se basará sólo en entrevistas o también hay material de archivo?
Lisandro: Existe material y, al entender que se está realizando de forma seria, tuvimos el agrado de que muchos se acercaran para colaborar.
El otro día vino Fede Sica, ex bajista de los Jóvenes Pordioseros, y nos trajo un VHS con el recital que realizaron en 2003. Así que estamos recopilando toda la información para que las entrevistas estén acompañadas de lo audiovisual.
¿A dónde les gustaría proyectarlo?
Lisandro: Nos gustaría encontrar algún reducto en Capital para hacer la avant premiere, a modo de presentación, y luego lanzarlo de forma online para que cualquier pueda verlo y descargarlo.
No tiene un fin económico, lo hicimos de corazón y con la intensión de que la gente supiera lo que se vivió en ese lugar y en lo que se convirtió ahora.
Somos un país sumamente rockero y muchos creemos que la escena actual cambió demasiado. Parte del objetivo es reivindicar ciertos parámetros que exceden lo musical e involucran lo cultural.
Creo que es fantástico que la gente sea consciente de que hay un lugar vigente y que no hay que perderlo.