Fragmento de la entrevista de Mauro Apicella para el Diario La Nación.
-¿Qué es lo que van a dejar registrado en estos próximos conciertos?
Baraj: -El repertorio incluirá los temas que fueron más populares en los setenta, con un mejor sonido y el desarrollo musical que cada uno de nosotros consiguió en estos años. Pero nos seduce pensar en preparar un material nuevo para más adelante, aunque sería demasiado apresurado definirlo.
-¿Cómo cae esta propuesta dentro del marco del rock nacional modelo 2000?
Mellino: -Todo el derrotero que hicimos y el que vamos a hacer nos sitúa dentro de la misma actitud que nos distinguió en esa época. El negocio no es lo más significativo. Además, el que conoce de esto sabe que se necesita mucho más que una serie de conciertos para darles de comer a seis personas. Acá volvemos a buscar la misma esencia de hace treinta años.
-¿No tienen miedo de quedarse sólo en el revival?
Baraj: -Tampoco creo que el revival sea una idea descalificadora. Creo que se siente una necesidad de reencontrarse con la atmósfera de los setenta, opuesta a este presente. La que tenía gran espíritu de lucha, una juventud que pensaba que las cosas podían cambiar y que la dictadura se encargó de hacer desaparecer. Es una manera de encontrarse con esa atmósfera, aunque más no sea desde la fantasía. En este sentido, el revival trasciende el calco musical.