En un reportaje publicado en esta revista en 2000, Juan Pablo Fernández, voz y guitarra de Reincidentes, señalaba que su aspiración era grabar otro disco -luego del festejado álbum homónimo- y escribir una letra que dijera “te quiero”. Así, pero no con uno sino con dos “te quiero”, abre «Miguita de pan», lo nuevo de esta banda que ya despejó de un escobazo el mote de novedad para instalarse entre los grupos sobresalientes de la Argentina.
Las letras de su hosca etapa inicial y las del primer trabajo en formato de orquestita hablaban de desconsuelos, egoísmos, cracks mentales, sombras. El cielo reincidente estaba siempre nublado. Ahora, Fernández y sus compañeros se permiten sonreír un poco e intentan buscar las respuestas más profundas en entidades tan pequeñas como una simple miguita de pan. Y lo interesante es que lo hacen manteniendo su impronta musical, ésa con picos melancólicos o brotes eufóricos, ésa que consigue pasearte por el barrio de La Paternal, o hacerte emerger en un casamiento gitano en Bosnia. Canciones como “Siete suelas” (la de los “te quiero”), “Gallo rojo, gallo negro” (cortita y frenética) y “En el Oeste” (¿un chama-reggae de Europa del Este?) levitan en ese flamante clima primaveral; y otras, como “Tren blanco”, “Yo” y “Desvelo” arrullan con su ya explorado otoño de hojas derramadas. Había que salir al sol…