«Los Elementales», álbum con el que Arco Iris hace su reaparición discográfica, es un LP desbordante de energía e idcas. La selección de temas, que abarca una variedad de estilos, desde el jazz rock funky hasta ciertas incursiones en el free y la música autóctona, tiene como denominador común una calidad estructural e interpretativa muy poco común.
La música de «Los Elementales» tiene una identidad propia, una unidad que se va afirmando a medida que pasan los surcos. Uno se da cuenta que no se está en presencia de una melange de riffs efectistas sino de un trabajo elaborado y coherente pero al mismo tiempo con una soltura muy poco común en grupos locales. Ara Tokatlian ha llevado su saxo a un terreno de expresividad francamente notable —escuchar por ejemplo sus solos de Gob y Necksa— y su labgr en los diversos teclados es uno de los cimientos básicos en que se apoya el LP.
Con un musual sentido del balance entre técnica, buen gusto y mesura, las intervenciones del guitarrista Ignacio Elisavetsky se convierten en otro “plato fuerte” del disco, ya sea en sus memorables dúos con el saxo de Ara o en los pasajes solistas como Despertar de los Hijos de la Mañana. La base rítmica de Guillermo Bordarampé en bajo y José Luis Pérez en batería es sólida y competente, mereciendo el baterista una mención especial por la justeza de su “timing”.
El único detalle que no me termina de convencer en Los Elementales es la parte lírico/ vocal, cuya inclusión en el disco parece un detalle casi forzado. El ensamble instrumental de las diferentes bandas, con su diversidad de climas es mil veces más sugerente que el vacuo misticismo de las letras.
De cualquier manera este es un detalle menor, que no alcanza a empañar el resutado final.
«Los Elementales» convencerá a todos los escépticos de que Arco lris está muy lejos de ser un caballo gastado a la espera del tiro de gracia y que —a juzgar por este LP— tenemos ante nosotros a una de las experiencias musicales más lúcidas vistas en éstas latitudes en los últimos tiempos.
Alfredo Rosso